tag:blogger.com,1999:blog-10819886369639800312024-02-08T19:19:12.865+01:00INCURSIONES INTEMPESTIVASManuel Penella Hellerincursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.comBlogger432125tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-79017112464418250072022-10-14T16:56:00.001+02:002022-10-14T17:14:02.063+02:00JOHN F. KENNEDY, JOE BIDEN Y EL ARMAGEDÓN<p> </p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span face="Calibri, sans-serif"> </span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> En Nueva Jersey, ante el Comité Nacional de su partido, el presidente Biden ha admitido que “por primera vez desde la crisis de los misiles en Cuba (1962) tenemos la amenaza de un arma nuclear si, de hecho, las cosas continúan por el camino que van”. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Seguidamente, dio como <i>posible</i> el temido Armagedón en vista de que Putin, un “tipo” al que dice conocer bien, “no está bromeando cuando habla sobre el uso potencial de armas nucleares”. Los malos resultados de los rusos en el campo de batalla acentúan el peligro… reconoció, para luego afirmar que es imposible que Putin recurra a un arma nuclear táctica sin desencadenar el Armagedón. Se deduce que Biden está decidido a dar una respuesta devastadora, es decir, a desencadenar el Armagedón en caso de que Rusia haga uso de una de esas armas. <span style="color: red;">En consecuencia, el destino del pueblo norteamericano –y de la humanidad– depende de lo que haga Putin…</span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> ¿Qué va a hacer Biden para que las cosas no continúen “por el camino que van”? En Nueva Jersey dejó bien sentado que seguirá apoyando a Ucrania, sin más. E incluso fue más lejos, al explicar que anda a vueltas con el problema de cómo lograr que Putin salga de la escena. Va lanzado sobre férreos raíles mentales, en el ingenuo supuesto de que el ruso se va a arredrar… Y sí, a juzgar por las palabras y los hechos del anciano presidente, el destino de la humanidad depende de que Putin se arredre, lo que nos da una escalofriante idea del peligro que corremos. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> El portavoz del Pentágono, John Kirby, se apresuró a puntualizar que en estos momentos no hay trazas de que Rusia se esté preparando para lanzar un ataque nuclear. ¡A ver si nos tranquilizamos! Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha querido rebajar el terror que provoca la sola mención del Armagedón; ha declarado que Putin “sabe muy bien que nunca se debe librar una guerra nuclear y que no se puede ganar”. Nada tranquilizador, a mi juicio, precisamente porque no estamos, qué más quisiéramos, en los tiempos de la Guerra Fría.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Encima, las autoridades europeas han declarado, unánimes, sacando pecho como si estuvieran en una taberna o en el patio del colegio, que <span style="color: red;">no se van a dejar intimidar por las amenazas nucleares de Putin</span>. Son muy “valientes", y de paso nos confirman que la estrategia occidental reposa sobre el principio de que Putin no hará nada irreparable (a pesar de sus antecedentes y de la presión a que se ve sometido). Continúa vigente, sin matices, el principio sentado por Josep Borrell: la guerra de Ucrania se dirimirá en el campo de batalla. Hasta la expulsión del todos los invasores, reclama Zelensky. Como si Putin no dispusiese de armas nucleares. Es mismamente como si los líderes occidentales confundiesen al inquilino del Kremlin con un simple Sadam Hussein. Solo así se entiende que no hagan ni la menor concesión a la diplomacia, lo que evidencia una voluntad de correr un riesgo demencial, intolerable para el común de los mortales. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> No es una provocación menor que Ursula von der Leyen, disfrazada con la bandera de Ucrania, haya expresado su deseo de ver deshecho el tejido productivo ruso. Es evidente que esta señora, a quien no tengo noción de haber elegido, <span style="color: red;">se salta a la torera el Tratado de Lisboa, por el que la UE se justificó, entre otras cosas, por la común voluntad de contribuir a la paz y a trabajar activamente en la prevención de los conflictos. </span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Por no hablar de señora Tuss, entusiasmada sobre un tanque, afirmando que no le temblará la mano en el instante de apretar el botón nuclear británico. A destacar el afamado general Petreus: imagina que, en caso de que Putin lance una bomba nuclear táctica, lo mejor que podría hacer Estados Unidos en aniquilar a los rusos presentes en Ucrania y a la entera flota fondeada en Crimea con sendos ataque convencionales. Otro que ignora el peligro de que Putin pase a mayores, como el señor Borrell, que acaba de declarar que “un ataque nuclear contra Ucrania provocaría que el ejército ruso fuera aniquilado”. Mientras tanto, lo mejor que se le ocurre a John Bolton es hacer saber a Putin y a toda la cúpula dirigente rusa que pasarán a mejor vida si se les ocurre dar el paso fatal. Hasta le vienen a las mientes los asesinatos de Bin Laden y el general iraní Qasen Soleimani… Otro que menosprecia el potencial nuclear de los rusos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Al hilo del discurso de Biden en Nueva Jersey, varios comentaristas han afirmado que Putin es “impredecible”. Ponen en entredicho la certeza de que se abstendrá, pase lo que pase, de hacer algo irreparable, pero solo para exonerar a Occidente de la responsabilidad de negociar, pues se supone que no hay manera de hacerlo con un loco. <span style="color: red;">El problema es que Putin es bastante predecible.</span> Sus demandas han sido las mismas desde 2007 y ha ido de menos a más precisamente porque no se le ha hecho el menor caso. Ya se ha lanzado criminalmente a esta guerra atroz y no quiero ni pensar en hasta dónde va a llegar si Occidente persiste en su actitud. Estando Ucrania en el centro de la hipotética primera diana nuclear, no entiendo que Zelensky llegase a demandar un ataque preventivo contra Rusia, pero comprendo que luego, pensándoselo mejor, haya atribuido esa exigencia loca a un error de traducción. Sí entiendo que ahora diga que mejor ni mentar el Armagedón, un tabú para seguir en las mismas. Forzar la situación es la ley del momento.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Ya que Biden ha mencionado la crisis de los misiles de 1962, confieso que me embarga la impresión que la situación actual es muchísimo más peligrosa. Ahora corre la sangre y reina el caos. En aquellos tiempos ambas partes tenían bien claro lo que cabía esperar de una confrontación nuclear: la destrucción total. Tenían conciencia de los límites del peligroso juego que se traían entre manos y guardaban frescos en la memoria los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Y esto es lo que ahora se echa en falta.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> En 1962, en respuesta a la colocación de plataformas misilísticas nucleares en Turquía, los soviéticos, para nada inconscientes del peligro, introdujeron subrepticiamente sus armas de destrucción masiva en Cuba. Estados Unidos, claro es, no podía consentir la sola idea de vivir bajo semejante amenaza. Hoy la cosa va de ocultar las causas de lo que está pasando, lo que para nada facilita el entendimiento y la negociación. Además, para nuestra desgracia, en la actualidad existen armas nucleares en miniatura (que por algo han sido concebidas, malditas sean). Nos vemos en el peor escenario imaginable y yo me pregunto si Biden está a la altura de las circunstancias. ¿Podría emular la proeza de John F. Kennedy? <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Recuérdese que Kennedy fue capaz de contener a sus halcones (gente como el embrutecido Curtis LeMay), fue capaz de entenderse con Krushev, de negociar y de ceder, esto es, de renunciar a sus vectores nucleares instalados en Turquía a cambio de que Krushev retirase los suyos de Cuba. Así, entre los dos –dejando a un lado a Fidel Castro, que por nada del mundo quería verse privado de los misiles–, salvaron a la humanidad (con la ayudita del capitán de un submarino ruso que se saltó el protocolo y optó por no iniciar la conflagración fatal). <span style="color: red;">Me parece terrible, pero es más fácil imaginar a Putin en el papel de Krushev que a Biden en el de Kennedy. </span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Confieso que no consigo entender que Biden se haya dedicado a echar leña al fuego y a seguir atizándolo. No entiendo que haya pasado por alto el ejemplo de Kennedy y que eche en saco roto los consejos de George Kennan, Paul Nitze, Henry Kissinger y demás halcones con cerebro. Al parecer, se atiene a los los papeles de la Rand Corporation, y a los dichos neocón de Victoria Nuland y John Bolton, y no me lo explico… o no quiero explicármelo porque me da miedo. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Vicepresidente en tiempos de Obama, Biden estuvo involucrado en las oscuras tareas encaminadas a dejar a Rusia fuera de juego en Ucrania. En esas tareas se habrían gastado no menos de 5.000 millones de dólares entre finales del 2013 y principios de 2014, sin importar las consecuencias, la ira de Moscú y la ruptura del equilibrio en este país, empujado a una guerra civil entre la porción rusófila y la rusófoba. Si me da por pensar que Biden obra en consecuencia con aquello, cuya operaria fue precisamente la señora Nuland, la del “que se j… Europa”, me llevan los demonios. ¡Nada que ver con Kennedy! <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Biden es el hombre que dio la callada por respuesta a la carta que le envió Putin a finales de 2021 en demanda de garantías de seguridad, con lo que quizá esté todo dicho, pues era el primero en saber qué querían decir los rusos con “medidas técnico-militares” en caso de no recibir una contestación seria a los problemas planteados en esa misiva. <span style="color: red;">No se apeó de la idea de incluir a Ucrania (y a Georgia) en la OTAN ni antes de la invasión ni ahora, a sabiendas de que para Rusia se ha tratado siempre de una línea roja o, mejor dicho, de un <i>casus belli</i>. </span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Que se actúe como si las armas nucleares estratégicas y tácticas no existiesen, como si los artefactos convencionales de hoy fuesen cosa menor, nos da una idea de lo profunda que es la recaída en la barbarie. No estoy disculpando ni justificando a Putin. Simplemente, me veo en la obligación moral de señalar la corresponsabilidad de Occidente, a ver si comprende de una vez que no es solo cuestión de huevos y de ocultar a las muchedumbres una demencial agenda geoestratégica, agenda que los rusos, los chinos y cualquiera que piense un poco se sabe de memoria. Sin inteligencia y humanidad, de esta no salimos. De "la guerra como la continuación de la política por otros medios", ya hemos pasado al estado siguiente, ya observado también por Clausewitz, el de la bélica ebriedad, de curso incontrolable ya en sus tiempos y ahora no digamos. </span></p>incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-20125019143411627962022-10-05T15:16:00.004+02:002022-10-05T15:22:14.955+02:00 EL MISTERIOSO SABOTAJE CONTRA EL NORD STREAM<p><br /></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span face="Calibri, sans-serif"> </span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Cuatro explosiones casi simultáneas han reventado el Nord Stream I y el Nord Stream II en el mar Báltico, frente a Bornholm. Primero las explosiones, de intensidad sísmica; seguidamente, tremendas fugas de gas. Las autoridades danesas y suecas afirman que se trata de un sabotaje; descartan un accidente. Inutilizar ambos gasoductos, de muy problemática y costosa reparación, este ha sido el objetivo alcanzado de pleno. Cuando termine salir el gas, se llenarán de agua.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Curiosamente, lo ocurrido no merece en los medios occidentales la atención que merece. Detecto perplejidad, palidez y miedo a meter la pata. El asunto se trata con pinzas. Algunas voces voces madrugadoras, como la de una ministra española, cargan la responsabilidad, cómo no, sobre el señor Putin. Altas autoridades occidentales prometen graves represalias contra el culpable… sin nombrarlo. Por su parte, Rusia demanda a la ONU una investigación, como quien obra sobre seguro, con la vista puesta en Estados Unidos, no sin recordar las recientes maniobras de la OTAN en la zona de las explosiones. Putin ha señalado la autoría “anglosajona” en su último discurso.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Dadas la robustez de las cañerías y la vigilancia occidental, el sabotaje no ha sido obra de unos aficionados. Al parecer, por lo que veo y oigo, solo hay dos posibilidades: la mano negra de Rusia o, tema tabú, la de Estados Unidos. El intercambio de acusaciones promete ser espectacular y mucho me temo, a juzgar por eventos anteriores, que nunca nos será dado saber a ciencia cierta quién perpetró estos sabotajes. Hay demasiado en juego. Sin embargo, a partir de los hechos comprobados por las autoridades suecas y danesas, sería imprudente quedar en modo de espera, en situación de ser arrastrados como pardillos por la siguiente ola mediática. Pensemos un poco, al menos lo indispensable para ser exigentes con las “explicaciones”.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> ¿Hay alguna manera de poner el sabotaje en relación con los intereses de Rusia, elevando, por ejemplo, a la décima potencia la perfidia del señor Putin? No veo qué ha podido salir ganando. Ha perdido un as en la manga, ya no puede jugar con la llave de paso del gas, ya no puede tentar a Alemania con un alivio energético inmediato a cambio del cese de las sanciones y de una suspensión de la cadena de suministros bélicos a Ucrania. Imaginar que Putin atentó contra una obra que le salió carísima solo para fabricar un <i>casus belli,</i> me parece delirante, pues no necesita añadir ninguno a los ya conocidos. Entonces, nada por allá. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> La otra hipótesis disponible, sometida, como digo, a un tabú, me causa escalofríos. Ni queriendo se puede olvidar que el presidente Biden se comprometió a acabar con el gasoducto ruso en caso de invasión. ¿Y cómo?, le preguntó un periodista, a lo que respondió con un “le prometo que somos capaces de hacerlo”. La señora Nuland, neocón, bruja mayor, corroboró la ominosa advertencia. Y ahora el secretario de Estado Antony Blinken tercia con la idea de que la voladura representa una “gran oportunidad” de eliminar la dependencia del gas ruso. ¡Acabáramos!<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> No es posible hacer la vista gorda ante los intereses económicos y estratégicos que prácticamente nos impone esta segunda hipótesis. La inutilización del Nord Stream, un paso más en la desconexión entre los grandes bloques, asegura no solo la dependencia alemana del gas licuado norteamericano; también, dato decisivo, ha borrado de un plumazo la posibilidad de que, puesta en graves apuros, Alemania ceda a la gran tentación de apearse del enloquecido tren de la historia. El sabotaje, en efecto, impide que se salga del guión atlantista. La entera Ostpolitik ha sido dinamitada en el fondo del Báltico. Alemania ya no puede retornar a su vieja política de entendimiento con Rusia en materia energética, cosa que hasta ayer mismo podría haber hecho en nombre de la necesidad y harta de ir de suicida o imbécil. En definitiva, el sabotaje ha eliminado de raíz la esperanza de volver al <i>status quo</i> anterior. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> En mi opinión, las cuatro explosiones dejan entrever una jugada arriesgadísima, del tipo que solo se realiza cuando se anda sobrado de poder, sin miedo a ser pillado. En casos así, como la historia documenta, el saboteador opera sobre el principio de que engañará a las muchedumbres desconcertadas. Quienes no se fíen de su versión serán pocos y quedarán mentalmente desconectados del enjambre. Y ni siquiera se considera malo que los grados de miedo se eleven. Esto, en teoría.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Hay que tener en cuenta un inconveniente: podría darse el caso de que mucha gente se subleve de una forma u otra. La mera sospecha de que la mano negra de cierta élite norteamericana sin escrúpulos, metida en sus asuntos de poder y totalmente ajena a los requerimientos del bien común, haya perpetrado el sabotaje puede acabar funcionando como una bomba de relojería contra el amañado consenso europeo (con los correspondientes e imprevistos beneficios para Putin). Y conste que para que detone dicha bomba psicológica ni siquiera hacen falta unas pruebas incontestables de culpabilidad, porque basta con la desconfianza de largo tiempo instalada en el ánimo de las buenas gentes. En cuando estas se vean precipitadas en un escenario digno de lo que antes se llamaba Tercer Mundo, los efectos podrían ser devastadores. Imagínese el sentimiento de los alemanes al verse expuestos a la carestía por dirigentes burlados por unos mandantes norteamericanos de lo más taimados y egoístas. Ese sentimiento podría arruinar la narrativa oficial. Los alemanes podrían sentirse traicionados por sus dirigentes. La reputación de Estados Unidos, ya tocada, se vería arrastrada por el fango. <o:p></o:p></span></p><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> En cualquier caso, a la luz de este sabotaje y de acuerdo con la “hipótesis norteamericana” es posible hacerse una idea de hasta qué punto está avanzado el proyecto de ir a por todas contra Rusia y, de paso, aunque cueste asumirlo, contra Europa. Es el momento de tener muy presente que las excepcionalidades de esta en materia social y ambiental siempre fueron odiosas para la élite neocón que desde hace décadas pugna por adueñarse del destino de la humanidad. Y recuérdese que esta élite, para nada comprometida con el bien común en su tierra, ya devastada y sumida en la miseria, nunca perdonó “el milagro alemán”, por ella entendida como desagradecimiento, como competencia desleal (a falta de gastos militares). Liquidado el “sueño americano”, todo lo que sirva para arruinar el “sueño europeo” le parece una genialidad, y esto sí que lo sabemos con certeza. </span>incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-66669486902617110142022-09-14T18:23:00.002+02:002022-09-14T18:23:29.580+02:00GORBACHOV Y LA OCASIÓN PERDIDA<p> <span style="font-family: Calibri, sans-serif;"> </span><span style="font-family: Calibri, sans-serif;"> </span></p><p><span style="font-family: Calibri, sans-serif;"> </span></p><div><span style="font-family: Calibri, sans-serif;"> </span><span style="font-family: helvetica;"><span style="font-size: medium;">A los 91 años de edad ha fallecido Mijail Gorbachov, el hombre de la</span><span style="font-size: medium;"> <i>perestroika </i>y la<i> glasnost</i>. Soñó con democratizar la Unión Soviética y le debemos nada menos que la finalización de la Guerra Fría y la esperanza –bien lo recuerdo, no sin emoción– de que sería posible fundar una casa común desde Lisboa a Vladivostok. <br /> Para quienes vivimos desde jovencitos bajo la amenaza de la destrucción mutua asegurada y tuvimos tiempo de hartarnos de la sórdida confrontación entre el mundo comunista y el mundo presuntamente libre, fue un gran hombre, un visionario, un tipo valiente y , con todas sus peculiaridades, un modelo de humanidad militante. Él sí que le dio “una oportunidad a la paz”, y no precisamente a una paz miserable, pues imaginaba que, libres de la piedra de molino de los gastos militares desbocados, los pueblos podrían acceder a niveles de vida nunca vistos.<br /> Sin embargo, de acuerdo con las encuestas, los rusos no lo recordarán con cariño sino con aborrecimiento, prefiriendo con mucho al horrible Stalin. Le consideran responsable de la penosísima década de desesperación resultante del derrumbamiento del imperio soviético. Sería mucho pedir que se olvidase fatídica imposición del abecé neoliberal. Él lo empezó todo, luego él tuvo la culpa de todos los males que se abatieron sobre la indefensa población. Que el proceso se le fue de las manos, esto está fuera de discusión, como también, al menos para mí, que la desgracia colectiva que siguió al derrumbamiento debe recaer, si la cosa va de personalizar y simplificar, sobre el borracho Yeltsin. Por no hablar de la artera mano del salvaje capitalismo occidental. Que cada palo aguante su vela.</span></span></div><div><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"> Gorbachov fracasó, y con él nosotros, a juzgar por los resultados. Está claro que, de haberlo querido, dada la naturaleza de su poder, podría haber aplastado a sus oponentes como si fueran cucarachas. Creo sinceramente que le honra no haberlo hecho, pero el precio ha sido altísimo: su contención moral se entiende ahora como mera ingenuidad ante Occidente, un pecado que difícilmente se va a repetir. </span></div><div><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"> Gorbachov no imaginó que Estados Unidos faltaría deshonrosamente a su palabra con la metódica y prepotente ampliación de la OTAN. Exactamente como si desconociese los modos y costumbres de la superpotencia, o como si creyese que su buena voluntad pudiese modificarlos en sentido positivo por magia o simple contagio. Putin tiene bien aprendida la lección, pues pasó hambre en su juventud, y además le dieron un repaso ampliando la OTAN bajo sus narices y tomando a guasa todas sus propuestas constructivas y todas sus advertencias de 2008 en adelante. Me refiero a la misma lección que recibieron los chinos, quienes difícilmente se avendrán a repetir un experimento como el de Gorbachov. En definitiva, el mundo sería distinto, mucho mejor, si Gorbachov hubiera ganado la partida. Ni siquiera han sobrevivido sus acuerdos para limitar y desmantelar las armas nucleares de largo y de corto alcance, ya enviados a la papelera de la historia por Bush Jr. y Trump, a manera de avance de la funesta guerra que actualmente nos desvive. </span></div><div><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"> Nosotros, en España, tuvimos suerte: cuando se llevó a cabo la Transición seguía vigente el capitalismo de antaño, todavía vacunado contra los excesos que forman parte de su ADN (de ahí que nuestra Constitución posea valiosos mimbres sociales). Caso distinto el de la Unión Soviética y el de todas las partes en que se descompuso. La compleja operación tuvo lugar en plena galopada del capitalismo salvaje. De ahí el tremendo desprecio por el bienestar de los pueblos involucrados. De ahí la castración general a mayor gloria de unas élites que se pusieron rápidamente en sintonía con el espíritu predatorio de los centros de poder occidentales. Que los muertos quedaran sin enterrar, que la gente pasase hambre, que la esperanza de vida cayese en picado, ¿eso a quién le importaba? No desde luego a los inversores y traficantes occidentales. Hubo algunas ayuditas muy publicitadas, pero la cosa iba de aprovecharse de la debilidad de los ex componentes del Estado soviético, esto en grado de humillación. </span></div><div><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"> Ojo, dijo George Kennan, mucho ojo habría dicho Keynes, porque Rusia, el país más grande del mundo, no iba a permanecer de rodillas para siempre. Ni caso, por ignorancia o maldad, ya da igual. ¡La horrorosa y demencial guerra de Ucrania! Hemos entrado en una nueva era, muchísimo más peligrosa que la Guerra Fría. Como diría el viejo Séneca, Gorbachov ha tenido la suerte de irse antes del desenlace.</span></div><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p>incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-26810852093622683292022-08-07T17:28:00.007+02:002022-08-24T17:24:07.008+02:00 LA GUERRA DE UCRANIA, EL PODER Y LA MORAL<div> <span style="font-size: medium;"><span style="font-family: helvetica;"> La humanidad vive horas cruciales bajo dos amenazas terroríficas, el calentamiento global y el apocalipsis nuclear. </span><span style="font-family: helvetica;">Según António Guterres, secretario general de la ONU, lo de Ucrania podría acabar en una hecatombe planetaria. Por su parte, Selwin Hart, brazo derecho de Guterres, asesor para la Acción del Clima, lo tiene claro: hay que proceder a la descarbonización y eliminar los combustibles fósiles </span><span><span style="color: red; font-family: helvetica;">sin pérdida de tiempo</span><span style="font-family: helvetica;">.</span></span><span style="font-family: helvetica;"> </span></span></div><div><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"> ¿Qué posibilidades hay de que salgamos bien librados de esta doble amenaza? A mi juicio, no muchas, más dependientes de la suerte que de la razón, malamente pervertida en los tiempos que corren. La guerra de Ucrania ha provocado reacciones en cadena que bloquean una reacción sensata al cambio climático y nos lanza a la cara la posibilidad de una confrontación nuclear. </span></div><div><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"> Joe Biden llegó a la presidencia con la promesa de afrontar el desafío climático con la debida ambición y urgencia, pero, como siempre, estamos a la espera de los resultados. En cuanto a la guerra de Ucrania, ni viéndola venir hizo nada positivo para impedirla, demostrando con ello su incapacidad como líder mundial y su irresponsable sometimiento a intereses oscuros. No tuvo mejor idea que llamar "asesino" a Putin, sentando el principio bélico y antidiplomático que vemos todos los días en los medios. Aunque bien es verdad que en mayo, en un artículo opinión publicado en <i>The New York Times</i>, Biden dejó dicho que no abriga el deseo de derrocar a Putin, que no quiere que que la guerra se prolongue "solo para infligir dolor a Rusia". Algo es algo, pero todo indica que este anciano presidente cabalga un tigre. En estos momentos Estados Unidos presta a Ucrania un creciente apoyo dinerario, armamentístico y de inteligencia, mientras trata de estrangular la economía rusa. El juego va de recordar el poderío atómico de Putin y de olvidarlo a continuación.<br /> El 77 aniversario de las bombas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki debería servirnos de aviso. ¿Se arrepintió Truman de haber dado orden de lanzar esas bombas con la intención principal de poner a Stalin en su sitio? No, nunca. ¿Con qué ánimo había procedido a sacrificar esas dos ciudades inermes y desprovistas de interés militar? Truman levantó la mano hacia el entrevistador e hizo un chasquido con los dedos. Así de fácil. Ni el menor atisbo de mala conciencia. <span style="color: red;">Y pienso que ese chasquido también debería recordarse, como símbolo de la deshumanización que puede acabar con nosotros.</span><br /> ¿Acaso hemos progresado? Me temo que no. La lógica del poder, o mejor dicho la lógica de la atrocidad, ha vuelto por sus fueros y ya se ha saltado reiteradamente todos los límites delante de nuestras narices. Es una malísima señal. Y lo digo yo, acostumbrado a vivir bajo la amenaza de la Destrucción Mutua Asegurada, hecho a los modos de la Guerra Fría. Me sobrecoge la manifiesta temeridad de los primates actuales. <br /> Antes, las desgracias, por tremendas que hubieran sido, concedían una segunda oportunidad y los supervivientes lo primero que acordaban era no volver a las andadas aunque tuvieran que tragar sapos y culebras. No cabe representarse el futuro inmediato a la luz de esa enseñanza recurrente. Se diría que en las altas esferas nadie se acuerda de las dos guerra mundiales y de su cerril causación. O no se jugaría con fuego. Incluso hay algún imbécil que propone una guerra atómica con la idea de darle una lección a Putin… El calentamiento global es algo nuevo, pero, aplicada de lógica de la atrocidad, ¿adónde iremos a parar? ¿Qué se ha hecho desde que James Hansen dio la voz de alarma ante el Congreso de Estados Unidos en los años ochenta? Solo dar largas, redactar informes y suavizarlos concienzudamente, hacer negocios y marearnos con el greenwashing o lavado ecológico. <br /> Para colmo, la barbarie de los primates ha calado a millones de personas. ¿Se declara usted pacifista? ¿Exige la paz aquí y ahora, con las inevitables cesiones entre las partes enfrentadas? ¿Exige que se emprendan acciones serias contra el calentamiento? ¡Pues tonto debe de ser! <br /> Aquí lo que cuenta es el Poder (así, con mayúscula, como lo escribía Pasolini), ya desprovisto de ataduras morales. De ahí que la OTAN nos convoque a una <span style="color: #cc0000;">competencia global por el gran poder</span>, decidida a imponer los designios norteamericanos no solo a Rusia sino también a China. Me parece el colmo de la desmesura. (Y conste que lo digo sin experimentar ni la menor simpatía por el formato de los regímenes desafiados.) ¿Se ha tenido en cuenta el calentamiento, que exige <span style="color: red;">acuerdos globales inmediatos</span>? ¡Pues no! Quema masiva de combustibles fósiles para el sostenimiento y la ampliación del aparato bélico, regreso al carbón… <br /> Por desgracia, no se puede decir que el plan de la OTAN para la humanidad sea un simple brindis al sol. Los chinos y los rusos se lo toman muy en serio. Los halcones de Pekín y Moscú hasta pueden ver en él una justificación para cualquier emprendimiento racional o insensato. Y no se crea que es solo cosa de una OTAN en clave ofensiva. Dentro de ese plan inhumano cobran sentido las declaraciones de Josep Borrell, alto representante de la política exterior europea: en lugar de ejercer como diplomático, <span style="color: red;">nos hace saber que la guerra de Ucrania se dirimirá en el campo de batalla.</span> Por su parte, con la misma actitud, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, sueña con <span style="color: red;">desmantelar la industria rusa</span>. El influyente magnate George Soros sueña con un mundo liberado tanto de Putin como de Xi Jingping. No tiene ninguna gracia. <span style="color: red;">El poder occidental ha perdido el sentido de los límites. Aquí, en esta desmesura, se deja ver, a mi juicio, una pérdida del sentido de la realidad y una capitulación de orden moral.</span><br /> Que la moral sea un invento humano surgido precisamente de <span style="color: red;">la necesidad existencial de ponerle límites al poder </span>no se trae a colación ni por descuido. Se da por supuesto que tomársela en serio es propio de curas, filósofos trasnochados y buenistas. Lo que no impide que se moralice a toda máquina a ambos lados de la línea de fuego: nadie, y menos los expertos en propaganda y relaciones públicas que trabajan a sueldo del Poder, ha echado en saco roto lo dicho por Maquiavelo, a saber, que la moral, no venida del cielo, es un poderoso e insustituible instrumento de dominación, ni más ni menos. Y como tal instrumento se la usa a todas horas, malbaratándola. Nosotros, faltaría más, somos los buenos, portadores de las luces de la libertad y la democracia. Estoy hablando de moralizaciones de usar y tirar. Se condena al ostracismo al príncipe Salman por el descuartizamiento del periodista Kashoggi, y unos días después, se compadrea con él sin el menor sonrojo.<br /> Al mismo tiempo y sintomáticamente, las voces que desafían la narrativa oficial tienen a gala expresarse sin valoraciones morales de por medio, como si estas tuvieran que ser necesariamente tontas o torticeras, como si la lucidez fuera incompatible con el humanismo, como si estuviéramos ante fenómenos teléuricos. Miren por donde, vienen a coincidir estas voces con aquello del “no hay alternativa”, el famoso veneno thatcheriano contra la conciencia moral, ya responsable del desaliento, el cinismo y la paralización de millones de personas tanto de derechas como de izquierdas. <br /> ¿Acaso hay alguna incompatibilidad entre analizar los hechos a la fría manera de Tucídides y juzgarlos desde la óptica moral que corresponde a las necesidades humanas y a la sabiduría acumulada? Tal parece, porque ahora, que yo sepa, solo el papa Francisco, Noam Chomsky y Rafael Poch son capaces de hacer ambas cosas. Los demás son devotos de la cratología, no sé si por presumir de objetividad, por un tic académico, o por no querer meterse en líos. <span style="color: red;">El caso es que así colaboran a la militarización de las conciencias.</span> <br /> La adoración del poder va a más, al tiempo que este va a por todas sin el menor escrúpulo. Las buenas gentes ya habituadas al lenguaje del poder en el orden económico pasan a usarlo en el orden militar y ceden gustosamente a la necia pretensión de dividirnos entre buenos y malos, amigos y enemigos.<br /> Conviene recordar que tiempos hubo en que para ser respetado y admirado, para ganar lealtades, había que poseer algo llamado <span style="color: red;">autoridad moral </span><u>(</u>algo que, a diferencia de sus lectores posmodernos, Maquiavelo nunca se tomó a la ligera). He recordado el siniestro chasquido de Truman, pero solo a bombazos y dólares desde luego que Estados Unidos no habría alcanzado el rango de potencia hegemónica. Habría sido temido, nada más. En cambio, con su <span style="color: red;">doctrina de las cuatro libertades</span> (de expresión, de culto, del miedo y de la miseria) se hizo con un formidable crédito moral durante la II Guerra Mundial, que luego consolidó con el apadrinamiento la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948). <br /> ¿Qué queda de ese crédito? Nada, por desgracia. Estados Unidos lo dilapidó en los últimos cuarenta años a mayor gloria de los señores del dinero y de la guerra. A estas alturas ya suena a hueco todo lo que se diga apelando a su recuerdo. Lo que yo considero una señal clara, entre otras, de que la potencia hegemónica se encuentra en decadencia. (Ande, señor Biden, vaya a pedirle sacrificios a su pueblo o a los europeos de a pie y a ver qué cara le ponen.) <br /> Hace mucho que pasamos de la señora Eleanore Roosevelt, promotora incansable de los derechos humanos, a la neocon Jeanne Kirkpatrick, capaz de afirmar en público que dicha Declaración no pasa de ser una carta a Santa Claus. La misma señora que, para deleite de Ronald Reagan y de sus asociados, afirmaba que siempre hay que distintiguir entre dictadores malos y “buenos”, con los que es lícito hacer toda clase de negocietes sin venir con cominerías. Y sí, ya nos vamos acostumbrando al doble rasero, una la inmoralidad. <br /> Al principio, consciente de lo que se jugaba, Estados Unidos actuó con disimulo en el “lado oscuro” (los derribos de Mossadeg, Arbenz, Sukarno y Allende, el asesinato de Lumumba, por poner solo algunos ejemplos), tratando de mantener a salvo la autoridad moral ganada con tanto esfuerzo. Luego, vino la guerra de Vietnam, empezada con disimulo y continuada a cara descubierta. ¿Y de ahí en adelante? Descontada la fanfarria mediática, <span style="color: red;">puro matonismo de inspiración neocon</span>: Conmoción y Pavor, bombardeos de ciudades, fósforo blanco, secuestros (entregas extraordinarias), torturas (técnicas de interrogación mejoradas), asesinatos selectivos, por lo general con víctimas colaterales, actos de “justicia” según la jerga oficial, y allí en Guantánamo un Dachau a modo de siniestra advertencia. Y todo esto haciendo trampas, mintiendo desde las más altas tribunas, incurriendo en chapuzas monstruosas, como el financiamiento de bandas armadas de fanáticos y la alevosa provocación de guerras civiles interminables. Pongámonos en el pellejo de los afganos que, creyendo en las lindas palabras de los invasores, acabaron entregados a lo talibanes. No, aclaró Biden tras veinte años de campaña, nunca se trató de configurar una democracia; simplemente, se había actuado contra el terrorismo. La retirada no era, pues, una derrota, sino el premio por haber cumplido la misión. <br /> Con esos procederes Estados Unidos dilapidó su crédito moral. Y no hay más que ver cómo trata a sus propias gentes para que uno sepa a qué atenerse. El pueblo norteamericano, antes envidiado, está sumido en la miseria y el precariado, por no hablar de los veteranos de guerra con los nervios destrozados de por vida (se suicidan por decenas). Si la élite prepotente y avariciosa ya se cargó el “sueño americano”, díganme qué le puede interesar el bienestar de la humanidad. <br /> Y todo esto, precisamente por el papel inspirador otorgado en el imaginario colectivo a ese país en base a sus pasados logros, ha tenido graves consecuencias para el conjunto de la humanidad: desengaño, odio, desorientación. La pérdida de autoridad moral ha acabado por afectar a su credibilidad y desde luego que también a cualquier pretensión de legitimidad de los planes de dominación en que pretende involucrarnos. Hace unos años una encuesta Gallup reveló que mucho más que al terrorismo o cualquier otra amenaza, los terrícolas temen a Estados Unidos. </span></div><div><span style="font-family: helvetica; font-size: medium;"> ¿En qué quedaron los usos del llamado “poder blando”, capaz de ampliar la simpatía por el gigante del norte? En nada. Lo que cuenta es la fuerza bruta, de la que ese país anda sobrado, algo muy peligroso ahora, cuando su hegemonía empieza a ser cuestionada tanto en el plano económico como en el tecnológico.<br /> Según una famosa lista filtrada por el general Wensley Clark, después de Afganistán, Irak y Libia venía Siria. Bacher Al Asad fue demonizado en la línea habitual, se financió y armó a insurgentes diversos, incluidos los extremistas islámicos; en suma, se organizó otra guerra civil. Y todo iba según lo planeado hasta que, oh sorpresa, Vladimir Putin salió en defensa del presidente sirio con sus bombarderos. Estados Unidos tuvo que envainársela. Fue un aviso. <br /> Estados Unidos no le perdonaría jamás a Putin la bofetada, la primera que recibió así, en frío. El nuevo orden (por llamarlo como se acostumbra) surgido tras la caída de la Unión Soviética se podía considerar roto ya por aquel entonces. Al matón supremo le había surgido un rival, otro matón. Se diría que el resto es una consecuencia. <br /> Henry Kissinger, entre otros pesos pesados, maligno él pero con cerebro, explicó que no había que acorralar a Rusia ni empujarla a una alianza con China, explicó que no era una buena idea meter a Ucrania en la OTAN y que era un desatino atizar una guerra civil en este país. No se atendió a sus razones, ya vemos con qué resultado. ¿Y por qué no se le hizo caso? ¿Por qué no se atendió a sus pragmáticas recomendaciones? La respuesta es simple: <span style="color: red;">porque en la actualidad el poder está tan desprovisto de frenos morales como de frenos pragmáticos.</span> Hay motivos para creer que hasta la noción de “mal menor” se perdió por el camino. <br /> Si el poder ya no entiende las razones de un Kissinger, ya me dirán. Visto lo visto, ni siquiera debería asombrarnos que el señor Putin, hasta ayer mismo considerado astuto y calculador, haya acabado por lanzarse criminal y chapuceramente sobre Ucrania. No es asombroso, digo, de acuerdo con los usos imperantes de un tiempo a esta parte. <br /> Sin duda abundan en los círculos del poder norteamericano los seres pensantes capaces de tener en cuenta las realidades y los obvios requerimientos de la supervivencia humana. <span style="color: red;">Pero, lamentablemente, hay otros, en la élite del poder, que están en otra onda y que por lo visto ejercen una influencia decisiva a la hora de la verdad sea cual sea el presidente.</span> Me refiero a sujetos que tienen en el oído los monólogos a puerta cerrada del tenebroso Leo Strauss, unos tipos convencidos de la superior sapiencia de la idiota de Ayn Rand, unos adictos al trotskismo de Kristol (una versión ultraderechista de la famosa “revolución permanente”). Estos van a lo suyo, inmisericordes, psicopáticamente decididos dominar el mundo por las malas, tomándose su tiempo, yendo por etapas, susurrando al oído del fantoche de turno, haciendo de paso negocios armamentísticos formidables so pretexto de emprendimientos guerreros no menos demenciales que el de Putin. <br /> ¿El país se queda en los huesos? ¿El capitalismo salvaje por ellos impuesto nos ha metido a todos en un callejón sin salida? ¡Es que les da igual! Que por algo están prendidos de las ubres del Complejo Militar Industrial (ese monstruo fuera de control sobre cuya peligrosidad advirtió el presidente Eisenhower en su discurso de despedida). Que esa porción de la élite pretenda arrogarse la representación de Occidente es una listeza intolerable (salvo que se refiera a lo peor de Occidente elevado al cubo). Del hecho de que hayan conseguido hacerse con el el apoyo de unos líderes europeos desconectados de la sensibilidad común solo se deduce que los valores occidentales que se publicitan como superiores han sido desactivados a ambos lados del Atlántico. <br /> Ojalá estuviésemos ante un mero sometimiento perruno a los dictados norteamericanos, como parece a primera vista: ya es hora de que reconozcamos que la élite europea ha caído bajo el embrujo neocon, al punto de ser incapaz de pensar por sí misma hasta cuando la tratan a patadas. Siento decirlo, pero lo veo venir: <span style="color: red;">estos primates europeos van a terminar de cargarse la autoridad moral heredada de las generaciones precedentes y, en la misma jugada, el Estado de Servicios que a ellas les debemos.</span> Sí, están dispuestos a sacrificar a sus pueblos, a empeñarlos para los restos, a gastarse en armas lo que no tienen, a destruir y envilecer sus sistemas políticos, como si estuviesen decididos a copiar en sus respectivos países la degenerada polarización que distingue a la sociedad de sus mandantes. Es el momento de esgrimir la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Pero, ¿quién, entre esta gente poderosa, podría hacerlo sin que nos pareciera el colmo del cinismo?<br /> Entre las consecuencias del derrumbe de la Unión Soviética, debemos incluir no solo el sueño neocon de un mundo unipolar bajo la férula de Estados Unidos, de penoso despertar. Porque a ese derrumbe le siguió la galopada, ya sin barreras, del capitalismo salvaje, que ni siquiera se molesta en frenar en vista de las tremendas crisis que produce (paga el contribuyente) , y algo más: <span style="color: red;">una pérdida de valores. </span>Para contender con la Unión Soviética y frenar la expansión del comunismo, había que cuidar las formas, mostrar lo bien y civilizadamente que se vivía en libertad, en democracia, con cierta idea de superioridad basada en ideales y valores de procedencia cristiana entreverados con los mimbres del liberalismo. Occidente se esmeró en presentarse como una alternativa bien probada y muy atractiva a los regímenes dictatoriales de Stalin y e Mao. ¡El mundo libre! <span style="color: red;">Pero luego, tras la caída la Unión Soviética, al diablo esos valores, a los que solo se apela cuando interesa manipular las emociones de las “muchedumbres desconcertadas”</span>. <br /> El problema es que sin valores, sin la autoridad moral que se deriva de su cultivo, solo queda la fuerza bruta. Triste espectáculo: resulta que ya no hay nada más que se pueda oponer a Rusia y a China, cuyos líderes hace tiempo están advertidos de la mutación, del giro hacia el matonismo planetario y del carácter fraudulento de la apelación a los valores traicionados. Lo que en sí mismo no augura nada bueno. A estas alturas del partido, por cada acusación que los líderes occidentales lancen contra los regímenes de Rusia y China, estos lo tienen fácil: les basta con acusarlos de ver la paja en el ojo ajeno y de no ver la viga en el propio.<br /> ¿Hay alguna posibilidad de que Occidente recupere sus valores esenciales? ¿Puede recuperar su autoridad moral? Ojalá. Sería patético que los rusos o los chinos se vieran forzados a darnos lecciones de pragmatismo, y más patético aun que nos viéramos en situación de esperar que algún remanente de la Iglesia Ortodoxa Rusa, o algún giro dialéctico en el cerebro de Putin o alguna fórmula confuciana vengan en auxilio de la humanidad… ¡Qué dolor! ¡Qué vergüenza!</span></div><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p>incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-66160327444226131172022-07-11T20:26:00.020+02:002022-07-13T16:36:06.471+02:00LA OTAN VS. RUSIA + CHINA: ¡POBRE HUMANIDAD!<p> <span face="Calibri, sans-serif"> </span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span face="Calibri, sans-serif"> </span><span style="font-family: arial; font-size: medium;">La puesta en escena de la OTAN en Madrid ha sido muy llamativa, con la presencia de la <span style="color: red;">clase política al completo,</span> incluido el alcalde de Kiev, el ex boxeador Vitali Klitschko, y la intervención estelar del presidente Zelensky por videoconferencia. </span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> El espectacular elenco político/militarista que dice servir a nuestra defensa se exhibió a placer en el museo de El Prado, lo que a mí me parece de mal gusto e incluso una profanación. </span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> La ensaladilla rusa se llama ahora ensaladilla tradicional. Al parecer, todos contentos , unánimes, sonrientes y muy seguros de lo que se traen entre manos a pesar de su extrema peligrosidad. La participación de las esposas de los dignatarios, encabezadas por doña Letizia, vino a refrendar la bondad del acontecimiento.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> La OTAN ha cruzado el Rubicón, no de tapadillo sino a las claras, <span style="color: red;">con la evidente pretensión de remodelar la mentalidad de nuestro tiempo </span>en función de sus intereses a corto, medio y largo plazo. La organización se arroga la representación de Occidente, está claro, y de paso nos mete compulsivamente en una confrontación con Rusia y China... sin matices, sin ninguna alternativa. Por si no nos habíamos enterado, el escenario de la organización ya no se circunscribe a la vieja Europa; es el mundo. Y la intención, a diferencia del pasado, no es ninguna clase de equilibrio o contención, lo que debería preocuparnos porque, dato capital, esta organización y sus satélites no tienen el dominio global y nada podrán hacer al respecto sin causar daños y sembrar el caos. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> La OTAN nos hace saber que pretende lidiar con la amenaza de Rusia y simultáneamente con la de China, cuya actividad considera “maliciosa”. Afirma que nuestra seguridad y modo de vida se encuentran en peligro, lo que, se mire como se mire, podría justificar cualquier cualquier medida militar… o no militar. Ya tenemos el plan: VENCER a esos enemigos colosales. Se nos da a entender que la cosa va de un enfrentamiento entre la pureza democrática occidental y el totalitarismo oriental...<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> Con la guerra de Ucrania en curso, el plan luce inoportunamente temerario. Por así decirlo, el viejo orden ha saltado por lo aires. Ya se ha decidido que el conflicto en Ucrania se dirima en el campo de batalla. La idea es que Putin va a perder hasta la camiseta… sin jugarse el todo por el todo, sin recurrir a sus armas peores. Sí, Ucrania se incorporará a la OTAN y también Georgia… Ni caso al señor Putin. <span style="color: red;">La OTAN se reafirma en el ninguneo que causó la guerra y dobla la apuesta, implicando de paso a China.</span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> El comunicado oficial no deja margen alguno a la diplomacia, pequeño detalle que no ha merecido el menor comentario crítico en los grandes medios de comunicación. Confrontación pura y dura. Se da por sentada una dinámica de bloques, un choque de civilizaciones, así, con la mayor crudeza. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> No por casualidad, se ha escogido un lema más bien aterrador en las actuales circunstancias: “NATO [OTAN] in an Era of Great Power Competition”. ¿Se puede ser más claro? De esto se trata, del Poder, del Gran Poder, de la competición por el poder mundial. Y bien sorprendente sería que en Moscú y Pekín no se entendiese ese lenguaje, de sobra conocido. Me parece muy triste que Occidente solo ofrezca más de lo mismo (<span style="color: red;">con una actitud que ya le costó a la Humanidad dos guerras mundiales</span><span style="color: #3d85c6;">). </span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> Si Paul Nitze y Georges Kennan tuvieron claro que sería de locos acorralar a Rusia, Henry Kissinger, que participa de esa opinión y que algo entiende del gran poder, ha dejado bien sentado que no se debe hacer nada que provoque la unión de Rusia y China. A los dirigentes de la OTAN y sus asociados políticos, al parecer influidos por el chulesco pensamiento neocon, esos consejos les traen sin cuidado. Quieren imponerse y punto, al precio que sea. De modo que sería ingenuo pensar en un retorno a la Guerra Fría. Esto es mucho peor, más peligroso.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> ¿No es sorprendente que Europa obedezca las órdenes de una potencia hegemónica sumida en una crisis sin precedentes? ¿Tan rápido se han dado por archivadas las mentiras, barbaridades y chapuzas en que ha incurrido dicha potencia a la vista de todos, en Afganistán, Irak, Libia y Siria? <o:p></o:p></span></p><span style="font-family: arial; font-size: medium;"> A la indignidad se le suma la falta de luces. La jugada actual de Estados Unidos apunta no solo a desangrar a Rusia. Se trata de impedir que Europa se crezca de la mano de Rusia y que deje de ser un motivo de inspiración para los norteamericanos que quisieran gozar de los estándares sociales europeos (insuficientes pero molestísimos para los amos del capital). En el mejor de los casos, Europa quedará hecha unos zorros. Por no hablar del negocio armamentístico. Ahora todos los gobiernos europeos están dispuestos a gastar más en armas, lo que sea, a costa de lo que sea, <span style="color: red;">por muy en apuros que estén ya</span>. Al diablo el bien común y a poco que la cosa se vaya de las manos de los aprendices de brujo que dicen representarnos, todo esto provocará daños sociales que dejarán pequeños los actuales. Y es especialmente macabro por cuanto la competición por el gran poder se plantea cuando el cambio climático ya se nos ha echado encima. ¡Pobre humanidad! </span>incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-88591233875103179802022-04-15T16:17:00.015+02:002022-04-15T16:40:40.640+02:00GUERRA EN UCRANIA: NEGOCIACIÓN O DESTRUCCIÓN<p><span face="Calibri, sans-serif"> </span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span face="Calibri, sans-serif"> </span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;">Afirmé <u>hace un mes</u> que a mayor resistencia a las huestes de Putin, mayor sería la barbarie. Los horrores de Grozni y Alepo se reproducirían en Ucrania. Y véase ahora el martirio de Mariúpol, por decirlo todo con un solo nombre. No sé a usted, amable lector, pero a mí me indigna que no se haya tenido en cuenta tan atroz posibilidad. Los ucranianos, a los que se dice defender, víctimas seguras de una barbarie que se veía venir. ¿Acaso ignora Occidente de qué va la guerra? ¿Por qué se deja arrastrar por Putin a las tinieblas? Al final, lo presiento, no habrá forma de distinguir a los buenos de los malos. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> La barbarie de Putin no exonera ni santifica a los máximos dirigentes occidentales. No movieron un dedo para evitar la tragedia; provocaron a Rusia, la ningunearon, enviaron armas a Ucrania, instruyeron a militares ucranianos e incluso a elementos del Batallón Azov; atizaron el fuego en el Dombás. Todo, sin pensar en las buenas gentes. Y ahora siguen armando a Ucrania ostentosamente. ¿Cómo creen que se interpretan desde el Kremlin los envíos de armas y las sanciones económicas masivas en ausencia de un solo gesto conciliador? ¡Como más de lo mismo! ¡Como una llamada a la guerra total! No hace falta ser un putinólogo para saberlo, ni ser un experto en nada para justipreciar los riesgos de una escalada fatal. De momento, Putin hace la vista gorda al dinero, a las armas y a las aportaciones de inteligencia, como si no quisiera contribuir a una escalada o, quién sabe, como si despreciase esas aportaciones occidentales contra su campaña militar en el supuesto de que puede destruir el material antes de que llegue a destino. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Condeno rotundamente la invasión y me identifico con el pueblo ucraniano. Pero tengo al mismo tiempo la obligación de exigir una negociación seria e inmediata. Y por eso no puedo aplaudir la actuación de los líderes occidentales, mis supuestos representantes. Alguno me dirá que es inmoral negociar con Putin, que no se puede ni se debe ceder a ninguna de sus demandas. Respondo: Gracia no tiene, pero hay que hacerlo, como es de rigor en casos así. ¿Acaso hay otra manera de defender a los ucranianos ya que, como es sabido y como Putin entendió, no los defenderemos con nuestros cuerpos? <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Los dirigentes occidentales actuaron y actúan como pirómanos. Le cabe a Macron el honor de haber intentado mantener una línea de comunicación con Putin y de recomendar un empleo cuidadoso de las palabras por entender, inteligentemente, que llamarlo “asesino” es una pésima idea. No se lleva lo de Macron. El canciller austriaco ha sido criticado por viajar a Moscú con intenciones dialogantes… Lo que se lleva es lo de Josep Borrell, que acaba de pedir menos aplausos y más armas para Ucrania (¡menudo diplomático!).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Incluso se pretende, con veladas amenazas, que China se sume a la campaña occidental, como si su hipotético papel mediador fuera prescindible. Como si no fuera obvio que esta guerra debe terminar cuanto antes con una negociación. Y claro que hará falta la mediación de China, como la Turquía, dos países que se han opuesto a la voladura de todos los puentes. Sí, la de estos dos países precisamente en vista de que el señor Biden no está por la labor por intereses para nada edificantes. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Con las excepciones aludidas, los primates europeos se comportan como si estuviésemos ante un conflicto medieval, como si no hubiera que contar con las capacidades destructivas del armamento “convencional” del siglo XXI (bombas termobáricas, bombas de racimo, fósforo blanco y demás), <u>como si ignoraran que las guerras de este siglo se libran a costa de machacar bárbaramente a la población civil</u> y, encima, como si las bombas nucleares tácticas y estratégicas no existieran. Les veo capaces de acorralar a Putin hasta el punto de que se sienta “obligado” a hacer uso de estas armas, como contempla su doctrina militar oficial en casos de “amenaza existencial”. ¿No les parece una locura poner el destino de la humanidad precisamente en manos del líder ruso, en su capacidad de autocontención, en su sistema nervioso, en sus cálculos? ¡Qué ocurrencia! <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> No me lo explico, me parece una señal de degeneración intelectual y moral. Intelectual, porque estos líderes parecen desconocer las crueles lecciones de la historia, y moral porque están anteponiendo sus intereses geoestratégicos, narcisistas y mafiosos al valor de la vida humana (como ya hicieron reiteradamente en el pasado inmediato, dándole con ello lecciones de poder a cualquiera y en primer lugar a Putin). Estos genios, muy toscos si los comparamos con los de ayer (Kennedy hablaba con Krushev, Bush padre hablaba con el inquilino del Kremlin, Reagan hablaba…), ¿qué pretenden? <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> ¿Quieren que Rusia se desangre en Ucrania? ¿Desean derribar a Putin y convertirla en un Estado fallido? ¿Desean (en plan Victoria Nuland) que Europa termine de doblar las rodillas y que se olvide del sueño de “una casa común” e incluso del gas? ¿Desean dar rienda suelta a formidables negocios armamentísticos incompatibles con toda causa decente y con el lamentable estado del planeta? ¿Realmente les interesa el bienestar del pueblo ucraniano? Son preguntas inquietantes, de momento encubiertas bajo una unanimidad de la que ya hemos sido víctimas otras veces. En el peor momento, estos dirigentes se olvidaron de la <i>Realpolitik</i>, fea pero nunca imbécil. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Nótese que el presidente Zelenski, con trato de héroe y paseado por los parlamentos –lo nunca visto–, demanda acciones radicales al parecer sin pensar ni poco ni mucho en que, de ser satisfechas, la historia de la humanidad tal como la conocemos llegaría bruscamente a su fin. Y sin pensar demasiado, por lo visto, y no lo entiendo, en el creciente sufrimiento de su propio pueblo, al que se siente compelido a sacrificar en el altar de la guerra (no sabemos si por rapto dramatúrgico o por puro patriotismo, o por una combinación de patriotismo y de promesas y presiones internas y externas). Uno le comprende emocionalmente, pero se debe conservar la cabeza fría y no perder el sentido de las proporciones. <u>¿De verdad hay alguien que crea que la titularidad de Crimea y del Dombás vale más que el género humano o más que los ucranianos que tan cabalmente lo representan?</u><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Oficialmente al menos, el Pentágono y la CIA mantienen la cabeza fría, ante la evidencia de que no se puede jugar con fuego en esta materia, pero los dirigentes occidentales, de Biden a Borrell, juegan sin ningún recato y nos la calientan de la forma más irresponsable que quepa imaginar. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Han renunciado a la función política y reparadora que les exige una guerra de estas características. Nos invitan a apoyar ciegamente a Zelenski en su numantina resistencia, le ofrecen más armas, más dinero, que se sepa sin ninguna condición y desde luego que sin pensar las consecuencias de militarizar a todo un pueblo y de concentrar el poder en manos de elementos extremadamente iliberales. <u>Es como si ya hubieran resuelto que el conflicto se dirima en el campo de batalla –es decir, en ciudades, pueblos y pueblecitos– a costa del sufrimiento que sea.</u> Como la culpa la tiene Putin, adelante a ojos cerrados.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> De este modo que se han metido –y nos meten– en una dialéctica infernal. ¿Cuánto dinero contante y sonante, cuánto prestado? ¿Cuántas armas hacen falta para cubrir el expediente, cuántas para mantener a raya a los rusos? ¿Cuántas harían falta para expulsarlos? ¡A saber! Y como esto es infernal, se procede sin tener ni la menor idea de en qué punto podrían desencadenarse acciones terroríficas no convencionales por parte de Putin, astutas o desesperadas. Lo único claro es que, no siendo este un lance caballeresco sino una guerra brutal estilo siglo XXI, no ganará nadie en ningún sentido humanamente inteligible. Lo dicho: negociación o destrucción parcial o total.</span><span face="Calibri, sans-serif"><o:p></o:p></span></p>incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-73735263919012794152022-03-03T20:36:00.003+01:002022-03-03T20:41:41.335+01:00PUTIN SE ABALANZA SOBRE UCRANIA<p> </p><p class="MsoNormal" style="font-family: Calibri, sans-serif; margin: 0cm;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span face="Calibri, sans-serif"> </span><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Me duele el alma por el sufrimiento del pueblo ucraniano, y al mismo tiempo, por el pueblo ruso y por la humanidad. Vladimir Putin ha iniciado su viaje a las tinieblas y, a poco que nos descuidemos, siento decirlo, me avergüenza decirlo, nos arrastrará consigo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Evidentemente, esto <i>podía</i> pasar y, en mi opinión, el presidente Biden y los líderes europeos no han estado a la altura de las circunstancias: Han sido incapaces de impedirlo. ¿Acaso estaban desinformados? Hasta podría dar la penosa y desconcertante impresión de que no quisieron reconducir la situación cuando todavía era posible. Ni siquiera es posible afirmar que se tomaran en serio los acuerdos de Minsk. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Llevan años haciendo oídos sordos a las pretensiones iniciales de Putin, incómodas pero no absurdas. No lo entiendo, como tampoco lo comprenden –por poner solo tres referencias serias– Ignacio Ramonet, Noam Chomsky y Jack F. Martlock, ex embajador norteamericano. Para mí es inevitable recordar que Paul Nitze y George Kennan aconsejaron que nunca se acorralase a Rusia. El tiempo ha demostrado cuánta razón tenían estos dos geoestrategas, dos halcones, dos entendidos en los asuntos del poder puro y duro. ¿Por qué jugar con fuego precisamente ahora, cuando toca hacer algo serio contra el calentamiento global?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> ¿Tan difícil era darle a Putin algo de lo que pretendía, alguna seguridad? ¿Acaso los líderes occidentales no tienen ni la menor idea de cómo se las gasta y qué clase de lecciones de poder, todas brutales, le han sido impartidas por ellos mismos? ¿Desconocían el abecé del Kremlin? ¿Estaban en la luna? No lo parece, porque Biden predijo la invasión. A mi juicio, lo inquietante es que ni viéndola venir se prestase a negociar seriamente, que es lo que demandaban el Kremlin, los ucranianos y el mundo entero. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Biden se limitó a despreciar a Putin (una forma de distinguirse de Trump y de hacerse el duro), a asegurar que no enviaría tropas a Ucrania, que la OTAN no intervendría y que, esto sí, Rusia se exponía a gravísimas sanciones económicas. Esto fue todo, unido al envío de armas y dinero a Ucrania. Y esta ha sido la combinación fatídica. Ningún palo que Putin, acostumbrado a las sanciones, pudiera ver como tal; ninguna zanahoria.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Tras la criminal invasión, hemos entrado en una nueva fase. Occidente demoniza abiertamente a Rusia, y a la inversa, corre la sangre. Han saltado todos los puentes de comunicación. Occidente impone a Rusia sanciones económicas devastadoras y envía montones de armas a Ucrania (a sumar a las que ya había enviado). Ni que decir tiene que Putin interpreta todo esto como una declaración de guerra. Algunos de los suyos pensarán que, después de todo, él sí sabía lo que cabía esperar de Occidente. Todos contra Rusia, Rusia contra todos. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> ¿Qué pasará? En primer lugar, bajo presión creciente y ante la evidencia de que las defensas ucranianas no se han venido abajo a las primeras de cambio, todo indica que Putin intentará alcanzar sus objetivos rápido y a cualquier precio. Lo que solo le será posible con una brutalidad que al principio no quiso permitirse por razones de imagen. A mayor resistencia ucraniana, más violencia, más indiscriminada y terrorífica. Empezamos a verlo. Conmoción y pavor.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> En estos momentos, todavía bajo el impacto de la invasión, los países europeos en bloque (¡también Alemania!) anuncian que van a entregar a los ucranianos armas defensivas y ofensivas. Pues bien, la luz de lo que acabo de decir, me parece oportuno plantear dos preguntas elementales, seguramente odiosas si uno tiene en la retina la imagen de Zelenski y de sus desamparados compatriotas: ¿Hace bien Europa al renunciar tan abiertamente a una función pacificadora y reparadora? Voluntarismos aparte, ¿qué posibilidad hay de que esas armas reviertan la situación creada por Putin? Si a mayor resistencia ucraniana, peor comportamiento de los invasores, esas armas y la declaración de intenciones que las acompaña podrían servir para aumentar el sufrimiento de los ciudadanos dispuestos a empuñarlas o simplemente a creer en ellas. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> No vaya a ser que estas armas, muchas de ellas antiguas, tengan por resultado no la liberación sino una represión salvaje contra la población, contra los mal armados y contra los desarmados. La perspectiva de ver a Kiev reducida a escombros, como Grozni o Alepo nos obliga a pensarnos dos veces este tipo de iniciativas. Mejor, a todos los efectos, una ayuda humanitaria masiva, integral, por el bien de las víctimas y para dotar a Europa de la necesaria autoridad moral para mejor protegerlas. Tal es mi opinión, al menos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Por si no fuera bastante espantoso imaginar una guerra interminable en Ucrania, que a todos hará sufrir, hay algo más. Nadie quiere pensar en ello, hay un tabú al respecto, pero esto podría terminar en un apocalipsis nuclear por accidente, por irracional escalada o por una fría decisión. Putin ya ha lanzado varias advertencias al respecto. Cuanto más acorralado se sienta, mayor será el peligro. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Ni siquiera cabe descartar que Putin considere sus misiles hipersónicos como un as en la manga, con rango de “ocasión” por emplear el lenguaje de Tucídides (se supone que perderá esa ventaja en un par de años, cuando EE UU se ponga al día). En consecuencia, así lo entiendo, actuar con la chulería acostumbrada, hacernos los valientes a costa del pueblo ucraniano, negarnos a buscar una salida honrosa para atacantes y atacados, pedir a estos que se desangren heroicamente para desangrar a aquellos, todo esto es una locura. Como hacer negocios armamentísticos, como felicitarse por el error de cálculo de Putin y por la posibilidad de insuflar nueva vida a la OTAN y encubrir la desunión y las miserias de Europa. Algunos hasta sueñan con una segunda victoria sobre la Unión Soviética. A mi entender, no estamos para tales maldades y delirios. Sin sabiduría, de esta no salimos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm;"><span style="font-family: verdana; font-size: medium;"> Es el momento de recordar que en horas tremendas John F. Kennedy fue capaz de tomar el toro por los cuernos: negoció con Krushev, cedió. Quítame de encima tus misiles cubanos y yo te quitaré los míos de Turquía. También Krushev cedió. ¿Se acuerdan? El equilbrio del terror les obligó a ello por no ser imbéciles, pero ahora nadie ha planteado negociar nada en términos satisfactorios para las partes. A saber por qué razón. Se siente uno en manos de unos irresponsables. Incluso he oído traer a colación el “apaciguamiento” de Chamberlain como invitación al “no apaciguamiento”, como si el contexto fuera el mismo, como si se pudiera actuar de espaldas a la amenaza atómica y al poderío de las armas del siglo XXI, como si, de pronto, hubiésemos olvidado todo lo aprendido de las duras enseñanzas de la historia.</span><span face="Calibri, sans-serif"><o:p></o:p></span></p>incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-11996599911339520972021-11-27T17:25:00.000+01:002021-11-28T15:33:21.282+01:00EN RECUERDO DE RAMÓN NIETO<div style="text-align: left;"> <span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;">Por casualidad, anoche he venido a enterarme del fallecimiento Ramón Nieto (1934-2019), novelista, poeta y también editor. Ya no está en su reino de El Escorial, donde yo lo imaginaba, y me queda la cosa de no haberle enviado mis últimos libros, de no haber hecho nada por encontrarnos y ponernos al día como en los viejos tiempos. ¡Qué tristeza!<br /> Le conocí en la Universidad Autónoma de Madrid, en el viejo caserón del Retiro, donde fuimos compañeros de fatigas en lo tocante a las materias comunes que compartían por aquel entonces los estudiantes de filología y filosofía. El árabe nos dio mucho trabajo. Yo tenía dieciocho años y él mediaba la treintena, pero nos hicimos buenos amigos. Los desvelos literarios, ya se sabe, unen. Me conmuevo al recordar que leyó de verdad mis escritos juveniles, mis cuentos (lo que me pareció de lo más normal por pura ignorancia).<br /> Sus peritajes eran exigentes, pero cariñosos también. Mucho fue a parar a la papelera por su culpa, pero le debo que la revista <i>Ínsula</i> acogiese mi primer y único relato publicado, <i>La representación</i>, espectacularmente ilustrado por Zamorano. También me dio, no sin tacto, un buen consejo: aprende a escribir sin argentinismos. El entendía mejor que nadie lo importante que es para un escritor el habla, pero en mi caso era cuestión de supervivencia prescindir de parte de la mía, en busca de acomodación. Me recuerdo leyendo sus relatos y sus novelas para depurar mi oído y mi estilo.<br /> Descontado mi padre, Ramón Nieto fue el primer escritor de carne y hueso que conocí. Luego, vendría Dionisio Ridruejo a reafirmarme en la idea de que ser escritor, mi proyecto de vida, no era una ilusión. ¿Ellos habían podido? ¡Pues yo también! <br /> Ramón Nieto era por aquel entonces director de Santillana, antes de fundar Altea. Creí entender que la cosa iba de ganarse la vida en el mundo editorial y de escribir en horas libres, pues al parecer era posible según su ejemplo (a condición de no pensar en el tremendo esfuerzo que a él le costaba). Le pedí trabajo en Santillana. Primero me dijo que sí, luego se lo pensó mejor y me explicó que no le parecía conveniente: a buen seguro, <i>moriría de tristeza</i> en ese oficio. (En cambio, le abrió las puertas a mi hermana mayor, Carmen, y con ello le hizo un gran favor a mi familia.) <br /> Cuando abandonó Altea puso en marcha su propio negocio, la librería y galería de arte Ramón, en la calle Tutor, en el antiguo local de Rayuela. Una editorial, Ediciones Miríada, completaba en proyecto. Colaboré con él en los tres frentes, recién acabada mi carrera. Fue muy instructivo y también divertido. Mi amigo era un jefe exigente pero relajado. La aventura terminó cuando lo nombraron director de ediciones de la UNESCO. Estaba dispuesto a confiarme la galería y la librería, y no lo olvido. Me eché atrás porque el horario era de diez de la mañana a diez de la noche. <br /> Debo destacar que Ramón Nieto estaba exento del pintoresco amaneramiento que caracteriza al común de los hombres de letras. No presumía de sí mismo ni de sus logros. Nada que ver con Camilo J. Cela, Carlos Barral, Jesús Aguirre o Francisco Umbral. Era de trato llano, con un punto de modestia. Prefería observar a ser observado, escuchar a epatar. <br /> Sí, sabía escuchar y mirar, como convenía a su creatividad, al principio enmarcada en la estética del llamado realismo social, muy exigente en lo que se refiere a la captación de los movimientos y los decires humanos. Sus novelas <i>Los desterrados</i>, <i>La patria y el pan</i> y <i>El sol amargo</i> habrían sido imposibles sin esos dones suyos.<br /> Cuando yo le conocí andaba metido en <i>La señorita B</i>, considerada “experimental”. En esta novela su crítica al orden establecido aparece en cuatro planos narrativos superpuestos, en toda su potencia, sin el velo del realismo. Y que ese velo era imprescindible para para burlar las defensas del sistema se demostró a continuación. Esas defensas se habían relajado con la ley Fraga, pero sin garantías para los transgresores: <i>La señorita B</i> (Seix Barral, 1971) fue objeto de confiscación. Ramón Nieto se vio obligado a podarla por aquí y por allá para que le fuese dado reaparecer en 1974. Una pena, realmente. Hubo que esperar hasta 2004 para disponer de la versión completa de este desnudamiento de la miseria colectiva, y para mí tiene mucho encanto descubrir ahora que esta novela extraordinaria fue rescatada por Fernando Cabal, entonces director de Dilema, el valeroso editor de mi <i>Más allá de la indignación</i>. No habría estado de más celebrar como es debido este simpático guiño del destino, en realidad para nada sorprendente.<br /> En mí permanece de alguna manera el “yo misterioso” de Ramón Nieto, eso tan sutil que según Gabriel Marcel nos deja alguien cuando se nos va definitivamente. Conservo vivísimo el recuerdo del escritor, del esteta, del humanista. Doy por seguro que entre los papeles de su legado hay piezas de gran valor. No creo que su novela <i>Los monje</i>s (Destino, 1984) haya sido su último vuelo literario. Imagino montañas de papeles, encuadernados, encarpetados o sueltos, y hasta veo su letra, su caligrafía elegante y firme. </span></div><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm; text-align: left;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm; text-align: left;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm; text-align: left;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm; text-align: left;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm; text-align: left;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm; text-align: left;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm; text-align: left;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm; text-align: left;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm; text-align: left;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm; text-align: left;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: medium;"> </span><span style="font-family: Calibri, sans-serif;"><o:p></o:p></span></p>incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-70865400357187221162021-04-05T20:14:00.005+02:002021-04-05T20:56:52.643+02:00 MÁS ALLÁ DE LA INDIGNACIÓN. HUMANISMO O BARBARIE<div> <span style="font-family: helvetica; font-size: medium;">Así se titula mi último libro (Prokomún-Mandala, 2021), donde quemo mis naves a conciencia. Habrá quien se enfade muchísimo por el contenido, a ratos purulento e hiriente, y por la forma, coloquial y desenvuelta, sin concesiones a la urbanidad académica. ¡Qué le vamos a hacer! A estas alturas poco me importan las consecuencias, quizá porque tuve un grave problema de salud. Habla o calla para siempre. <br /> El libro se gestó al calor del 15-M, y se puede considerar una prolongación de <i>¡Indignaos! Un alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica</i>, del nonagenario Stéphane Hessel. Soy un indignado hesseliano, con la particularidad de que, más joven, necesito hablar desde la perspectiva de mi generación, la de los nacidos en los años cincuenta del pasado siglo, y concretamente desde la óptica de una izquierda alérgica a los usos leninistas (una izquierda malamente acallada, sometida al constante fuego cruzado del <i>establishment </i>y de las gentes de formación comunista).<br /> Tanto los supervivientes de la generación de Hessel como los de la mía hemos sido testigos impotentes del giro a peor iniciado hace ya cuarenta y pico años, y nos creo en la obligación de informar a quienes vinieron después, que se han hecho mayores bajo el imperio del la religión política conocida bajo el equívoco nombre de neoliberalismo. <br /> Todos nos vemos empujados a lo peor del siglo XIX y, de últimas, a la destrucción de la humanidad y el planeta. Y nos toca a los más viejos recordar que en nuestro tiempo había alternativas, por las que se luchó, y poner sobre la mesa que eso de que no las hay es un mito idiota a medida de los intereses de dicha religión política. <br /> Puede uno, por otra parte, celebrar los logros de esas dos generaciones, pero también está obligado a reconocer un enorme fracaso colectivo: fuimos incapaces de evitar la progresión de la revolución de los muy ricos, hoy dominante en todos los centros de poder. Y este fracaso nos une a los que han venido después, tan necesitados como nosotros de aprender de la dura experiencia.<br /> Medítese sobre ello: Según datos del CIS, el movimiento los indignados del 15-M llegó a contar con la simpatía del 75% de la población, y he aquí que el partido que se arrogó su representación, Unidas Podemos, ha ido a remeterse en el nicho electoral de la vieja Izquierda Unida, rondando ahora el 10% en estimación de voto. El movimiento mismo parece haberse disipado. Esto mientras un montón de indignados se están pasando a los dominios de la ultraderecha, aquí como en todas partes. ¿Cabe imaginar un fracaso mayor? <br /> Tanto la izquierda acomodaticia como la radical parecen haber perdido el norte precisamente en una situación que, en teoría, debería favorecer su crecimiento. ¿Por qué no suma? ¿Por qué se fragmenta? ¿Por qué pierde? <br /> ¿Por qué algunos de sus representantes coquetean con el populismo de derechas, por qué otros siguen vanamente a la espera de que los del 99% se constituyan en un sujeto histórico capaz de hacer algo, no se sabe bien qué, contra el 1% a todas luces dominante? En el libro intento encontrar la respuesta a estos pesados interrogantes. <br /> Encima, aunque tengamos muchísima prisa –el tiempo se acaba, el planeta no aguanta más–, antes de gritar '¡indignaos del mundo, uníos!' debemos aclararnos… ¿Bajo qué banderas tienen sentido la unión y la movilización general? ¡Uno no puede fiarse de cualquier indignado! ¡No vayamos a repetir viejos errores!<br /> Necesitamos una indignación ilustrada, imposible de manipular, imposible de volver contra nosotros mismos y capaz de sobreponerse a cualquier adversidad. Y para llegar a ella necesitamos las referencias históricas, antropológicas, filosóficas y morales que los acontecimientos y nuestra forma de mirar nos ocultan sistemáticamente. En este libro he procurado reunir esas referencias sin irme por las ramas. <br /> Y es que ya no basta con tomar nota de los motivos de indignación, una tarea necesaria para no perder la conciencia, pero insuficiente si de lo que se trata es de salir del atolladero. Hay que ir a los problemas de fondo. Y es lo que he intentado en este libro con la debida temeridad, con la clara intención de romper con la mentalidad dominante. <br /> A juzgar por el estado de los asuntos humanos y planetarios, nos veo ante una disyuntiva insoslayable: humanismo o barbarie. A primera vista, es fácil estar de acuerdo con el camino a tomar, pero haremos bien en preguntarnos por los fundamentos y los alcances de nuestra decisión. En este libro propongo un <u>humanismo de último recurso</u>, algo que no me atrevo a resumir en pocas líneas. <br /> Mucho agradeceré a mis amigos y lectores que hagan un poquito de publicidad a este libro precisamente, el más arriesgado y personal. Se puede conseguir en la Casa del Libro, por Amazon o, mejor, pidiéndolo directamente a la editorial (<a href="https://www.mandalaediciones.com/varios/politica/mas-alla-de-la-indignacion.asp" style="color: purple;">https://www.mandalaediciones.com/varios/politica/mas-alla-de-la-indignacion.asp</a>), que lo envía con rapidez.</span></div>incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-57217142358890903402021-03-18T18:17:00.000+01:002021-03-18T18:17:21.178+01:00PABLO IGLESIAS VS. ISABEL DÍAZ AYUSO…<div> <span style="font-family: trebuchet; font-size: large;">Cuando todavía no estamos a salvo, cuando la gente muere, pasa apuros, hambre, frío, incertidumbre, cuando las ayudas no llegan, ¡elecciones anticipadas en Madrid! La frivolidad de Isabel Díaz Ayuso carece de límites. La cosa va de armar un quilombo para encubrir sus hechos y la inmundicia que aflora en los juzgados, y desde luego que también va de redirigir contra Sánchez toda la frustración habida y por haber.<br /> La campaña electoral, se ve venir, será de género insoportable. En el peor momento, trumpismo castizo, encima con el peligro cierto de que vaya a más. ¿Qué tal si gana esta señora, sola o respaldada por Vox? ¿Qué tal si el entero PP resulta definitivamente abducido? Hasta podría ocurrir que el señor Casado se viera eclipsado por el tándem Ayuso/Rodríguez…<br /> No me apetece nada vivir en una sociedad políticamente esquizofrénica y se me revuelven las tripas de solo imaginarnos en los años treinta. Fue así como empezó la tragedia de entonces, de forma tan estúpida, poniendo en duda la legitimidad del gobierno y viendo comunistas por todas partes (y conste que solo había un puñado de ellos, marginados y sin poder alguno, como también ocurre en la actualidad).<br /> El cuadro se ha agravado por la repentina intromisión de Pablo Iglesias. Sin ahorrarnos un encomiástico repaso de sus logros, nos da a entender que solo él puede pararle los pies a la señora Ayuso (lo que ya es decir si echamos un vistazo a las estimaciones de CIS) y que no por otra razón se sacrifica. De entrada, se le ha visto ordenando el reparto de espacios y papeles, como si fuera el director de la obra, el prota y el estratega, como si todo se le debiera por renunciar a la vicepresidencia del Gobierno. <br /> Supongo que algunos celebran que señora Ayuso haya encontrado la horma de su zapato, pues ya tenemos a Iglesias arremetiendo contra la <span lang="CS">"</span>derecha criminal", así, en general (como si estuviese en un bar y no le cupiesen serias responsabilidades en orden al mantenimiento del sistema de convivencia). Y esto es lo grave, que se ponga en el mismo plano, con similar agresividad y similares brochazos efectistas, lo que yo no estoy en disposición de aplaudir. Puede que así represente a una parte de la izquierda a la izquierda del PSOE, pero de seguro que no a toda.<br /> Viendo venir lanzado a Pablo Iglesias, la señora Ayuso, encantada de la vida, opta por cambiar su grito de guerra de socialismo o libertad, delirante en referencia Angel Gabilondo, a comunismo o libertad, no menos loco. Pero he aquí que, en lugar de limitarse a sonreír burlonamente, el líder de Unidas Podemos, tocado en alguna fibra íntima, le sale al paso atolondradamente con la mención de ciertas heroicidades comunistas en la lucha contra el fascismo… Parece mismamente que hemos retrocedido varias décadas, y ya tenemos a la señora Ayuso haciéndose la graciosilla con estar del lado bueno de la historia en tanto en cuanto la tildan de fascista. <br /> ¿Acierta Pablo Iglesias al entrar en esa dialéctica? Yo pienso que se equivoca de medio a medio, pues esas heroicidades, como la cintura de Santiago Carrillo, no cuentan para nada en el imaginario colectivo, donde solo flamean el gulag y los usos norcoreanos. Cosas de la historia, que se ha encargado de poner las vergüenzas del bolchevismo en el mismo escalofriante anaquel donde lucen las del fascismo.<br /> Mucho partido le sacará la señora Ayuso a este fenómeno. En su boca la palabra libertad carece de sentido, y la palabra comunista está no menos vacía, hasta que llega Iglesias y recoge el guante, demostrando con ello que en efecto hay comunistas, quién sabe cuántos, lo que le asegura una gran movilización en sentido contrario, en nombre de la libertad… Yo no puedo entender tanta torpeza. Más Madrid ha hecho muy bien en no entrar en ese juego suicida. </span></div>incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-77725145897275250802021-03-11T19:06:00.001+01:002021-03-11T19:09:04.178+01:00ISABEL DÍAZ AYUSO COMO SÍNTOMA<div><span><span style="font-family: Times New Roman;"> </span><span style="font-family: times; font-size: large;"> </span></span><span style="font-family: times; font-size: large;">Visto lo visto en Murcia, la lideresa madrileña, temiendo lo que le pudiera pasar, ha reaccionado sobre la marcha, pillando a todos desprevenidos. Ha dejado cesantes a sus socios de gobierno, ha disuelto la Asamblea y convocado elecciones. Se nos presenta como la gran defensora de la libertad, decidida a plantar cara a los socialistas –a la no libertad norcoreana o bolivariana–, necesitada, añade, de hacerse con una mayoría absoluta. (Véase el post anterior sobre el uso que hace la neoderecha del vocablo libertad.) <br /> Que esto ocurra cuando estamos lejos de haber salido de la pandemia (cuando sí o sí se tenían que aprobar los presupuestos para hacer frente a las necesidades más acuciantes de los madrileños en apuros), debería ser motivo de escándalo. Pero no: Pablo Casado se ha apresurado a darle su bendición a Ayuso, al parecer arrastrado por la brava iniciativa y sin pensar ni poco ni mucho en lo que esta tiene de definición política. <br /> Para Casado y para el entero Partido Popular, seguir a la señora Ayuso y despedirse del famoso centro viene a ser lo mismo. De aquí en adelante las apelaciones al centro derecha no tendrán ningún sentido. Seguir a la señora Ayuso es abrazar el abecé de la neoderecha y despedirse de otras potencialidades que su partido tuvo en aquellos tiempos idos en los que Aznar se las daba de azañista y de hablar en catalán en la intimidad. Ahora se deja sentir el magnetismo de Vox, o mejor dicho, de lo que Vox representa. <br /> Ahora rigen los argumentarios de tercera mano inspirados en los decires de la Fox y en los pastiches de los think-tanks ultrarreaccionarios del otro lado del Atlántico. No he podido descubrir ninguna idea propia. Los proyectiles que se lanzan contra Sánchez son idénticos a los que cayeron sobre Obama, disparados desde mismo ángulo. Y en cuanto a la actitud, muy vista la tenemos: Esa asertividad, ese populismo simplón… <br /> La señora Ayuso es nuestra Sarah Palin, nuestro Trump en miniatura. Y no tiene ninguna gracia porque lo que parece loco se inscribe en una táctica, en un modo de antipolítica perfectamente conocido. No se nos olvide que la señora Ayuso no va por libre. En la trastienda tiene a Miguel Ángel Rodríguez, siempre dispuesto a ir a por todas (como buen discípulo de Pedro Arriola y Karl Rove), a quien no tiene sentido pedirle que abjure de la religión política del padre Friedman.<br /> Y no tiene gracia porque los expertos en sociología electoral dicen que esta señora podría ganar las elecciones (bien que difícilmente por mayoría absoluta). Lo que oyen: podría ganarlas, tal como ella es y precisamente por sus toscos decires y su irresponsable comportamiento… Se comprenderá que yo vea en su figura el síntoma de una enfermedad política de pronóstico pésimo. No es agradable hacerse cargo de que hay millones de madrileños dispuestos a votar contra sus propios intereses con extraño embeleso y no menos extraño despiste, un triunfo de la neoderecha antaño impensable. La gravedad del cuadro viene dada también por la división y los despropósitos de la izquierda, todavía atontada por razones que se me escapan.</span></div>incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-28571830992215512222021-01-28T20:42:00.002+01:002021-01-28T21:05:26.349+01:00 LA NEODERECHA Y LA LIBERTAD<div> <span style="font-family: "Times New Roman";"> </span><span style="font-family: trebuchet; font-size: large;"> La neoderecha se distingue de la vieja derecha conservadora de toda la vida por su conversión en masa al neoliberalismo, la religión política de la posmodernidad, una forma de sadocapitalismo de la que solo cabe esperar una acumulación de desgracias humanas y planetarias. <br /> Entre otras particularidades, la neoderecha se caracteriza por el uso que hace de la palabra <i>libertad</i>, una palabra que los conservadores de pasados tiempos administraban con comprensible avaricia. ¡Libertad!, grita la neoderecha venga o no a cuento. Ya se han quedado con la palabra, como si les perteneciese en exclusiva, y los más de sus peones se dicen <i>libertarios</i>, nada menos, mientras agitan banderas confederadas o arremeten contra el aborto o el matrimonio gay. Es evidente que les trae sin cuidado el asco que sus burdas contradicciones ocasionan a los espectadores ilustrados. De hecho, son perfectamente capaces de ser a la vez muy patriotas y muy neoliberales. Cosas de la libertad...<br /> Esto viene de lejos, y ha dado lugar a un curioso mecanismo de dominación intelectual en el que participan desde las gentes indoctas hasta intelectuales orgánicos de diversa categoría. Ya ha cuajado una <i>mentalidad antiilustrada </i>que amenaza con llevarnos a una edad oscura como no hubo otra igual. De modo que no nos extrañe que Mario Vargas Llosa y Fernando Savater hayan arremetido públicamente contra actuaciones gubernamentales encaminadas a la contención del coronavirus –como si estas atentasen contra la libertad y sirviesen a propósitos ocultos–, metidos ambos dos en el mismo rollo asocial de los Bolsonaro, los Trump y los salidos a las calles en lujosos coches para protestar contra el confinamiento impuesto por el dictador Sánchez. Esta locura tiene su historia.<br /> Después de leer a Gramsci, habiendo comprendido la necesidad de ganar la <i>batalla de las ideas</i>, el movimiento retrógrado que hizo posible la contrarrevolución triunfal de los muy ricos, empezó a hablar de libertad a todas horas, y esto desde mediados de los años setenta según he podido comprobar.<br /> La libertad era del gusto de todos, claro, y se consideró genial vocearla para hacer trizas el consenso keynesiano, el espíritu del New Deal y la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Libertad, frente al Estado, en primer lugar, y libertad para hacer negocios contrarios al bien común. Tomemos nota: Friedrich Hayek declaró que él no era un conservador, sino otra cosa mejor, un <i>libertario</i>. Lo que hacía juego con la idea de que la sociedad no existe, ni tampoco la responsabilidad social. <br /> Desde el principio se vio que se podía ser libertario y carca a la vez, ¿por qué no? La neoliberal Margaret Thatcher pedía libertad económica y al mismo tiempo demandaba un regreso a la moral victoriana. ¿No lo recuerdan? Ronald Reagan liberalizaba la economía y se las daba de seguidor de Jerry Falwell, un telepredicador capaz de afirmar que los dinosaurios se extinguieron por no caber en el arca de Noé. A fin de cuentas, cualquier tontería podía ponerse bajo la bandera de la libertad. Eso sí, había que tener tragaderas y mucha jeta si pensamos en los resortes represivos del movimiento, ciertamente temibles. Estos fanáticos de la libertad acabarían convirtiendo a los partidarios del aborto en asesinos, en lo peor de lo peor.<br /> Mucha gente creyó que se hablaba en defensa de su libertad y no de la libertad de los peces gordos. Tremendo malentendido. No costó nada asociar la no libertad con el Estado y, ya puestos, con la izquierda en general. Se trabajó en firme para que las buenas gentes se convenciesen de que la socialdemocracia es lo mismo que el comunismo y el comunismo igual al estatismo soviético o norcoreano, variantes de la no libertad asociadas a la miseria (¡como si no hubiera cuarenta millones de pobres en Estados Unidos, no se cuántos viviendo en coches y alcantarillas!).<br /> Otra genialidad de las eminencias grises de la citada contrarrevolución fue propalar la creencia de que hay un <i>pensamiento único</i>, <i>políticamente correcto</i>, un supuesto invento de la izquierda tramado con el propósito de negarte la libertad de expresión y de ocultar las realidades más obvias. Dicho pensamiento te impide decir cuatro verdades sobre los homosexuales, los transexuales, las feministas, los negros, los musulmanes y los emigrantes, como te impide hablar mal de la democracia. Según los publicistas del movimiento retrógrado, ya estamos sometidos a la dictadura de tal pensamiento. De donde resulta que es prácticamente un deber ponerse a decir barbaridades contra esos grupos, contra el sistema político y, si se tercia, afirmar que la tierra es plana, que el calentamiento global es una chorrada, que coronavirus es una mentira y que el Holocausto no tuvo lugar. <br /> Estamos, pues, ante un movimiento antiilustrado de lo más peligroso, y por si alguna duda nos quedase, tomemos nota de que aquí solo se habla de libertad, y nunca, ni por descuido, de igualdad y fraternidad. La izquierda, así lo entiendo, cometería un error imperdonable si se dejase afanar la libertad por estos descuideros. Le toca reivindicar a todas horas el lema clásico de la modernidad: libertad, igualdad y fraternidad. De paso, se librará de que ese movimiento retrógrado la siga cañoneando a placer con el argumentario de la Guerra Fría con la clara intención de arramblar con las conciencias de millones de despistados. Tal y como están las cosas, ni la igualdad ni la fraternidad sobrevivirán si simplemente las damos por sentadas y por resistentes al silencio.</span></div>incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-47821050011140969072021-01-24T17:15:00.006+01:002021-01-24T18:24:20.703+01:00ILUSTRACIÓN LIBERAL VS. OSCURANTISMO RETRÓGRADO <p class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span style="font-family: "Times New Roman";"> </span><span style="font-family: trebuchet; font-size: large;">Decía Jacobo Timerman que un periódico llamado a triunfar debía ser de derechas en lo económico, de centro en lo político y de izquierdas en lo cultural… Y he aquí que el Partido Demócrata estadounidense, los partidos socialistas de España, Francia, Gran Bretaña, Italia y Grecia llevan no se cuántos años ateniéndose a esa fórmula. Un partido político no es un periódico, pero da igual, por tratarse de la fórmula magistral de la acomodación. </span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: large;"> Como en los períodos electorales la derecha pugna por centrarse, como se entiende con la izquierda en clave neoliberal en los asuntos económicos, se comprende que lo cultural se haya convertido en un campo de batalla prácticamente de común acuerdo. Luchar no sale demasiado caro y el <i>establishment</i>tiene a gala dejar hacer, pues para nada le afectan las tremendas discusiones. Viene bien diferenciarse en algo, una manera de disimular el compadreo en el plano económico. De lo que se ha seguido cierta apariencia de vida política en un terreno alejado de las cuestiones de poder propiamente dichas. Lógicamente, Reagan era partidario de la Moral Majority, lógicamente Clinton normalizaba la situación de los homosexuales en el ejército. Todo iba según lo esperado. Ya llegaría la crisis del 2008, y ya llegarían Trump, Bannon y algunos más dispuestos a echar tanta gasolina al fuego que la cosa se acabaría descontrolando. </span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: large;"> A la izquierda le ha venido bien ponerse en vanguardia en temas culturales, e incluso provocar a los del otro lado con algunos avances notables, como, por ejemplo, ofrecer a las chicas la posibilidad de abortar sin la autorización de sus padres. Durante un tiempo, la cosa le funcionó, pero luego, sobre todo a partir de la crisis del 2008, la gente, harta del juego de derechas en lo económico, empezó a abandonarla, renunciando a la compensación cultural. A partir de entonces, la ruina. Los socialistas franceses han tenido que vender hasta su sede. Los italianos, desaparecidos, igual que los griegos… Si el PSOE se salvó de la quema se lo debe agradecer a Pedro Sánchez, no a las vocecillas de su consejo de ancianos. (De momento, es un caso aparte, la excepción que confirma la regla, pues nada nos indica, ni siquiera su coyuntural asociación con Unidas Podemos, que haya renunciado a la fórmula de Timerman.) </span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: large;"> Pringarse en proyecto neoliberal no podía salirle gratis a la izquierda. En un giro dramático, muchos de los suyos han acabado por cambiar de bando, entregándose a Trump, Le Pen, Abascal o Meroni. El fenómeno ha merecido cierta atención. De lo que se ha hablado poco es de las implicaciones culturales. </span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: large;"> Los usos y costumbres, como las leyes y la propia moral, están sometidos a la historicidad. Los tiempos cambian y lo hacen por motivos diversos, no solo por los caprichos y listezas del poder político. Hay que tener en cuenta la opinión pública, las demandas de las minorías, las consideraciones de los juristas y los avances científicos. Y hay que tener en cuenta también, para ver el cuadro completo, los movimientos de resistencia que provocan los cambios. Asociados estos a la iniciativa de vanguardias elitistas, la resistencia suele ser virulenta por abajo y bastante previsible. Los cambios asociados a la globalización, traerían reacciones nacionalistas, como ya predijeron Toffler y otros hace muchos años, de modo que no hay de qué extrañarse, como tampoco del enojo de los machos cuestionados por la marea feminista. Siempre hay resistencia, que puede ser normal o directamente patológica, lo que depende de los dichos y maneras de la elite contraria a los avances, y no de lo que se grite en un bar. Si esta elite juega a confundir la posibilidad de abortar con una licencia para matar o con el mismísimo Holocausto, la cosa se ha salido de madre patológicamente.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: large;"> La ciencia nos ayuda a progresar, y por lo mismo siempre ha puesto a la defensiva a las personas conservadoras. Ahora bien, lo nuevo, lo propio de nuestra época, es el regodeo en la contrailustración, una actitud que distingue a la derecha retrógrada de nuestros días, capaz de negar el cambio climático y la mismísima pandemia. La señora Thatcher no se rió del cambio climático; Trump, sí. Las cosas han ido a peor. Y ya hemos llegado al punto en que hay por todas partes intelectuales empeñados en denunciar no se qué <i>pensamiento único </i>o <i>políticamente correcto </i>en el cual incluyen todas las proposiciones científicas que les llevan la contraria. </span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: large;"> La izquierda nos ha fallado en muchas cosas, pero hay que reconocer que ha sabido hacerse eco de los avances científicos y trasladarlos a leyes que merecen el título de progresistas. La despenalización de la homosexualidad y la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo son buenos ejemplos. Estos avances se entienden muy bien a la luz de la ciencia. La homosexualidad no es una enfermedad y la orientación sexual ni se escoge a voluntad ni puede modificarse a fuerza de descargas eléctricas. ¿Y qué hace la derecha retrógrada? Se subleva contra la ciencia, en este punto como en otros. </span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: large;"> En cuanto a los derechos de la gente de color, ha sucedido algo parecido. Recuerdo que a finales de los años setenta, unos reaccionarios enfurecidos por las leyes contrarias a la discriminación racial se sacaron de la manga la <i>raciología.</i> A ver si conseguían reponer la creencia de que los blancos son más inteligentes que los negros o los amarillos. El invento no tenía porvenir. Descifrado en genoma humano, quedó claro que raza es un concepto social, no científico, o directamente, como dijo Luigi Cavalli-Sforza, un arcaísmo. Todos pertenecemos a la misma raza, originaria de África, y no le demos más vueltas al asunto. En definitiva, ya condenada por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la discriminación racial carece de asidero científico. Pero, claro, los supremacistas blancos no se inmutan, en el supuesto de que las conclusiones de los científicos no pasan de ser emanaciones de lo políticamente correcto, una maliciosa creación de la izquierda. De aquí que publiciten cualquier voz excéntrica y bizarra que vuelva a las andadas con la afirmación de que los negros son inferiores a los blancos, de ahí que se revuelquen en la porquería del Ku-Klux-Klan. </span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: large;"> Y naturalmente, la izquierda oficial juega sus cartas, a sabiendas de que son fuertes. Por ejemplo, ahora mismo, Joe Biden se hace acompañar por Kamala Harris, nombra una transexual para no sé que puesto y pone a un afroamericano al frente del Pentágono. He aquí nombramientos perfectamente normales, pero también gestos de inteligencia para la parte de la sociedad que se vio maltratada durante el mandato de Donald Trump. </span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: large;"> A saber cómo sigue la batalla. Lo más preocupante es el descarado irracionalismo del bando retrógrado. Los conservadores al antiguo modo, los responsables del mantenimiento de una derecha civilizada, en teoría capaces de entender tales o cuales avances de la ciencia y de hacerse eco, hasta cierto punto, de las demandas sociales, se han dejado arrebatar todas las tribunas. A diferencia de ellos, los retrógrados van de frente: atacan descaradamente a los afroamericanos, a las mujeres y a los homosexuales. </span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span style="font-family: trebuchet; font-size: large;"> Un vistazo a los titulares de la revista <i>Breitbart </i>patrocinada por el multimillonario Robert Mercer y dirigida por el tenebroso Steve Bannon, nos lo dice todo: <i><span lang="CS">¿Preferiría que su hija tuviera feminismo o cáncer?, Los derechos de los gays nos han hecho más tontos; hay que volver a meterlos en el armario. No hay discriminación en el empleo de mujeres en las empresas tecnológicas, es que la cagan en las entrevistas. Informe: Las minorías raciales superarán en número a los blancos en treinta años. Terrorismo [negro] contra los blancos. Los cristianos son ya minoría... </span></i><span lang="CS">¡Todo por el estilo! <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span lang="CS"><span style="font-family: trebuchet; font-size: large;"> Así se expresa la llamada <i>derecha alternativa</i>, echando gasolina al fuego del resentimiento. Debo hacer notar que esta derecha se vino arriba con Trump, en el preciso momento en que el neoliberalismo económico se había quedado sin conejos en la chistera y casi sin palabras. Sí, había mucha gente abandonada por el elitista Partido Demócrata, desesperada, en situación de inflamarse patrióticamente y de afiliarse a una contrarrevolución contra los afroamericanos, las mujeres y los homosexuales (y tan distraída que ni se fijaba en que le estaban robando la cartera). Los señores Robert Mercer, Andrew Breitbart y Steve Bannon vieron su oportunidad y la aprovecharon. Evidentemente, había muchos hombres blancos heterosexuales severamente acomplejados y gravemente encabronados con el feminismo y con la negritud, en situación de dejarse llevar por estos aprendices de brujo. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"><span lang="CS"><span style="font-family: trebuchet; font-size: large;"> Como no se puede ceder ante tamañas burradas, como la derecha alternativa ha saltado el Atlántico, la batalla va para largo y no seremos meros espectadores. Yo creo que la izquierda no debe creer que la tiene ganada. Sería estúpido negar el poder infeccioso de la derecha alternativa. Creo que la izquierda debe tratar de ir siempre sobre seguro, esto es, sin incurrir en provocaciones innecesarias y sin caer en originalidades de difícil comprensión para el común de sus votantes. No vaya ser que por pasarse de rosca en algún asunto secundario se pierdan los indiscutibles logros de varias generaciones. Y creo que nunca debe olvidar lo ya aprendido, a saber, que la fórmula de Timerman no asegura el éxito a largo plazo, siendo obvio por lo demás que mucha gente desesperada ha demostrado estar en situación de renunciar a las compensaciones culturales y de abrazar el oscurantismo con tal de que se les prometa sacarla del pozo y revertir el curso de la historia.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman"; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;"> </p>incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-44141047676213292542021-01-22T19:25:00.004+01:002021-01-22T21:08:46.763+01:00EL NEOPOPULISMO DE DONALD TRUMP<div> <span style="font-size: large;"> <span style="font-family: trebuchet;">El mundo respira aliviado tras la victoria de Joe Biden, pero cuidado. La democracia norteamericana está muy enferma. El trumpismo sigue allí, a saber con qué consecuencias. Estos fenómenos no desaparecen de la noche a la mañana, y menos con el respaldo de más de setenta millones de votantes. La Administración Biden puede caer en la tentación de usar al trumpismo como gran coco, para ahorrarse el esfuerzo en resolver los problemas de fondo (la miseria, la desigualdad, la falta de esperanzas), de cuyo abordaje serio depende el futuro de la democracia estadounidense. O se solucionan o el trumpismo regresará al poder tarde o temprano. Si Biden se comportase como el gatopartista Obama, Trump o su eventual sucesor encontrarán el campo abonado para la revancha, y yo no estoy en condiciones de saber si el establishment norteamericano ha tomado nota del peligro, ni tampoco de si le importa, pues ya ha dado pruebas de saber utilizar a este tipo de personajes, en el supuesto de que también son de usar y tirar. <br /> La prensa bienpensante aprovecha para atacar al populismo, ahora adornado con pieles y cuernos, al de Trump, pero de paso a cualquier otro. Y así se pasa por alto la singularidad del populismo trumpiano, que se caracterizó por una duplicidad a cuyo descaro no encuentro precedentes históricos. Si por un lado prometió salvar a los desesperados, por el otro se aplicó, firma tras firma, a darle el gusto al establishment, dándole la patada a todos los compromisos sociales y planetarios. La gracia estribaba en presentarse como el antisistema número uno y en actuar como peón de la élite. Se conocen demagogos de ese jaez, pero entiendo que Trump los superó a todos porque no hizo ni la menor cosita por sus infelices votantes; al contrario, se aplicó a machacarlos sin contemplaciones. He aquí, entiendo yo, la forma de un neopopulismo, a tono con el espíritu de los tiempos. Y quizá lo más sorprendente sea la fidelidad de sus votantes, algo que ya se les habrá subido a la cabeza a todos los aprendices de brujo que esperan hacer su agosto a cuenta del descubrimiento.<br /> Por mi parte, creo que para entender esa sorprendente devoción por el señor Trump, es imprescindible tener en cuenta no solo las listezas que le han caracterizado sino también, y principalmente, el desgaste del entero sistema político norteamericano, el mismo que observamos en otros espacios, también en nuestro país. Yo ya he dicho reiteradamente en este blog que el capitalismo salvaje es una máquina de destruir partidos y sistemas de partidos. ¿Por qué tendría haber sido Estados Unidos una excepción? Desde la caída de Nixon, el Partido Republicano vive entregado al capitalismo salvaje, deviniendo en una suerte de partido leninista de derechas (según la apreciación de Nancy McLean). Atado de pies y manos a la élite, llegó al punto de necesitar un revulsivo, algo nuevo, un Trump, para recuperar la Casa Blanca, habida cuenta de que el Tea Party y la pintoresca señora Pallin se quedaron cortos a pesar del dineral que los motorizó. En cuanto al Partido Demócrata, ostensiblemente compinchado con Partido Republicano en el negocio neoliberal, habiéndose pasado a Trump no pocos votantes de Obama totalmente desencantados, todo indica que estaba en crisis. De hecho, de no ser por la demencial gestión de la pandemia del señor Trump, difícilmente habría reconquistado la Casa Blanca. No es un dato menor que el aparato del partido acallase, como hace cuatro años, las voces críticas y alternativas, que marginase a Sanders y que presentase la candidatura de un político anciano y ya amortizado. Todo esto habla de crisis. Independientemente de lo que hagan Trump y sus seguidores, ahora todo depende de que Biden sea capaz de superar a su mentor Obama por la izquierda. ¡Ya me dirán!</span></span></div>incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-26079871268372691512021-01-16T19:40:00.009+01:002021-01-17T01:02:13.111+01:00SOBRE MALDAD, MENTIRA Y ESTUPIDEZ<div> <span style="font-family: trebuchet; font-size: large;">Decía Marvin Harris que el lenguaje, que nos hace tan poderosos, nos pone también en situación de ser llevados de la nariz. De ello tenemos pruebas abrumadoras en la actualidad, ya en la era de la contrailustración militante. <br /> Un sujeto bien trajeado y encorbatado, joven él, pugna por meterse en el ascensor y me veo en la sanitaria obligación de expulsarlo del habitáculo. Me chilla que soy un cobarde y que todo esto de la pandemia es una <i>mentira</i>. <br /> Me dicen que la nieve no es tal, sino plástico, como alguien demostró con un mechero. Para entretenerme, suelo preguntar por los responsables, y siempre me responden que <i>ellos</i>, no se sabe quiénes. Si tiro del hilo, puede aparecer el pobre Soros, ya involucrado en el cuento del famoso chip. La locura va a más, con la asertividad propia de una paranoia de libro. Y mientras se pierde el tiempo con estas estupideces, continúa la depredación, de la que ya no se puede hablar a las claras.<br /> No es de extrañar que haya demanda de cazadores de bulos y mentiras, en cuya piel no quisiera estar por las horribles jaquecas inherentes a semejante oficio, agravadas por la evidencia de que las mentiras se difunden mucho mejor que las verdades, que no por casualidad tienen un valor económico irrisorio en comparación. <br /> Hasta donde alcanza mi vista, hay dos tipos de mensajeros: los tontainas y los cabrones, muchos de ellos de pago, pues hay que contar con los promotores en la sombra. Piénsese, por ejemplo, en Robert Mercer y Steve Bannon, pillados con las manos en la masa cuando salió a la luz el escándalo de Cambridge Analytica. Bien entendido que ni siquiera poniendo al descubierto uno por uno a estos personajes tenebrosos tendríamos una visión clara por la sencilla razón de que ya se ha impuesto una mentalidad que se caracteriza por despreciar y ridiculizar el propósito de ir en busca de la verdad. <br /> La sofística tiene no menos de dos mil cuatrocientos años de antigüedad, pero tengamos por seguro que el viejo Protágoras se quedaría sorprendidísimo ante el espectáculo. Pues ahora se engaña a mansalva, a lo bestia, lo que en su tiempo no era de ninguna utilidad ni en los tribunales ni en el ágora, donde había que persuadir a sujetos inteligentes, o al menos mentirles bien. De los grandes relatos y las mentiras de largo recorrido hemos pasado a los microrrelatos y las improvisaciones chapuceras sobre la marcha. Lo único que importa es el efecto, el impacto. El mentiroso –Trump, por ejemplo–, no teme quedar al descubierto: está dispuesto a redoblar la apuesta y, de últimas, a ufanarse de su osadía, e incluso a regodearse en el miedo que puede inspirar alguien capaz de mentir tan alevosamente ante los ojos del mundo entero. <br /> Cuanto más grande sea una mentira, más gente se la creerá (Goebbels <i>dixit</i>). Y lo de Trump –el cuento de que le robaron las elecciones– tiene precedentes y hasta cabe hablar de una escuela de mentirosos. Piénsese, por ejemplo, en la milonga que se usó para invadir Irak –las armas de destrucción masiva, la conexión de Sadam Husein con Al Queda…– o, sin ir más lejos, en el cuento de que el atroz atentado yihadista del 11-M en Atocha fue obra de ETA, y esto por un sucio cálculo electoral. Parece de chiste, pero todavía hay gente que afirma que detrás de dicho atentado estuvo la mano del ministro socialista Rubalcaba… De no pedir cuentas a los mentirosos se siguen consecuencias graves, cómo no. En realidad no es de extrañar que tanta gente no se fíe en la actualidad ni de la nieve. Me pregunto qué arreglo puede tener, y no lo sé. </span></div>incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-22008335380139104622021-01-08T19:01:00.004+01:002021-01-28T21:07:19.129+01:00ESTADOS UNIDOS: ASALTO AL CAPITOLIO<div> <br /> <span style="font-family: trebuchet; font-size: large;"> </span><span style="font-family: trebuchet; font-size: large;">Lo ocurrido en plena jornada de ratificación de los resultados electorales ha causado estupor. El derrotado Donald Trump azuzó a sus seguidores, previamente llamados a Washington. ¡Nos han robado las elecciones! La turba no se lo pensó dos veces y marchó hacia el Capitolio con sus banderas confederadas y demás arreos. Solo nos ha sido ahorrado el penoso espectáculo de la desbandada de los señores congresistas y senadores. A nadie se le habría ocurrido que se pudiese asaltar el Capitolio con tanta facilidad, pues hace poco se demostró que ni siquiera era posible rodearlo pacíficamente con ánimo de protestar contra la barbarie policial. Al parecer, hubo cierto compadreo entre los asaltados y los asaltantes, con algún glorioso selfie de por medio.<br /> Mucho me ha llamado la atención que Trump, después de azuzar a los suyos, de dar largas al despliegue de la Guardia Nacional, después de decir que <i>ama</i> a los asaltantes, unos <i>patriotas</i> dijo, se declare indignado por el <i>atroz</i> ataque al Capitolio, anunciando que quienes hayan quebrantado la ley, <i>lo pagarán</i>. Una forma de salvarse a sí mismo <i>in extremis</i>, una manera de tirar la piedra y esconder la mano, y una manera de dejar con el culo al aire a quienes se dejaron llevar por sus incendiarias predicaciones. Mucho no le importan, ni siquiera teme perderlos. De lo que se deduce que lo ocurrido no tiene el rango de un golpe de Estado, ni tampoco el de preparativo para un golpe de Estado.<br /> Simplemente, lo sucedido, tan pintoresco como invertebrado, es una prueba más de que el sistema político norteamericano se encuentra en crisis. La sociedad está dividida en dos bandos que habitan en realidades distintas. No es un buen augurio, porque esto viene de lejos y va claramente a peor.<br /> Se le echa la culpa a Trump, a las fake news, al papel de los medios de comunicación que le rieron las gracias, a la insensatez del Partido Republicano, al elitismo del Partido Demócrata y, por supuesto, a los deletéreos efectos de las redes sociales, dedicadas al cultivo profesional de la irracionalidad que tantos beneficios reporta a sus propietarios. Es fácil olvidar que en el origen de todo esto están la pobreza, la desigualdad, la falta de horizontes y la dignidad herida. Trump es un síntoma, como lo fue el Tea Party. La enfermedad: la demencial conducción económica que caracteriza al sadocapitalismo contemporáneo, una máquina de destruir partidos políticos, particularidad que se suele soslayar a mayor gloria de la perpetuación de dicho capitalismo. Trump ha servido para tapar esta indignante realidad, para distraer al personal con un espectáculo de feria.<br /> Este curioso personaje llegó a la presidencia haciéndose eco de la miseria de la gente y dando curso a la rabia acumulada contra el <i>establishment</i> que la causó. No por otra razón se le considera un campeón del populismo. Pero, atención, a este bocazas ni se le pasó por la cabeza hacer algo para remediar el sufrimiento del pueblo llano. Como era de esperar dados sus antecedentes, jugó a favor del famoso 1 por ciento, y en contra de los intereses de sus votantes (de lo que estos, curiosamente, no se han percatado aun). Y precisamente por ser un hombre del <i>establishment</i> ha podido llegar hasta donde llegó. La gracia ha consistido en dárselas de <i>outsider</i>, lo que ya es el colmo, pero también un clásico (no es el primero que llega al poder como de nuevas y con la fingida pretensión de drenar la ciénaga…).<br /> Habrá quien piense que, derrotado Trump –como yo predije en este mismo blog con meses de anticipación–, ratificada a altas horas de la madrugada la victoria de Joe Biden, Estados Unidos volverá a la normalidad, o al menos a alguna forma de nueva normalidad. Yo soy muy pesimista, por varios motivos. No creo que Biden, que ahora parece encantador por comparación, vaya traicionar al 1 por ciento al que sirvió con denuedo toda la vida. El problema de fondo no será ni siquiera abordado (como tampoco lo abordó el gatopardista Obama). Trump ha hecho bueno a Biden, e incluso muy bueno, pero eso no sirve de garantía. Seguro estoy, además, de que Trump no se va a retirar por las buenas, ni aunque lo metan preso. Y como tiene setenta millones de votantes, cualquier cálculo que se haga de aquí a 2024, se verá necesariamente afectado por su pesada gravitación. Y ya vendrá alguien más joven a hacerse cargo de cabalgar la bestia.<br /> En cuanto a nosotros, más nos vale tomar nota de lo siguiente: para ocultar la tremenda crisis social provocada por el derrumbe parcial de la pirámide de Ponzi planetaria, se ha visto a los hábiles publicistas del sistema desviar la ira de las víctimas del latrocinio hacia los chivos expiatorios que estaban más a mano: los extranjeros, los hispanos, los musulmanes, los afroamericanos, las feministas, los homosexuales, los políticos, y ahora mismo la democracia, supuestamente amañada de raíz. Esos publicistas llevan años con los mismos rollos fascistoides, atacando lo que ellos llaman “corrección política“(entendida como la defensa, ni siquiera leal, de principios ilustrados básicos que a ellos les traen sin cuidado). Cualquier sociólogo podía saber dónde estaban las bolsas de descontento y qué historias tendrían más gancho. Un juego de niños, a condición de no tener el menor respeto por la verdad y de contar con generosos patrocinadores tipo Robert Mercer.<br /> Llevamos no sé cuantos años oyendo las barbaridades que se dicen del otro lado del Atlántico, y encima ahora las tenemos que soportar aquí mismo, pues todo se copia menos la hermosura. Las mismas técnicas, los mismos argumentarios…¿Qué es Biden? ¡Un comunista! Barack Obama, otro comunista, es un pedófilo, como el papa Francisco… Esta locura tiene su historia: el menor indicio de preocupación por el bien común es señal de criptocomunismo antipatriota y de vicios inconfesables. La señora Clinton y otros de su clase y condición tienen o tenían una red de pedofilia con sede en una pizzería… La señora Merckel es hija de Hitler. El coronavirus no existe, y si existe es porque Bill Gates y George Soros así lo han querido, con la pérfida intención de inocularnos un chip so pretexto de vacunarnos.<br /> Lamentablemente, no podemos reírnos de la empanada mental de ciertos trumpistas, porque aquí mismo hay quien consume a placer el veneno, sin preocuparse por los efectos sobre el cerebro. Así que no es casual que, de pronto, de por sí sorprendidos ante el uso de la bandera de España, que ni que fuese la bandera confederada del Sur airado, tengamos que desayunar con la alucinación de que en España tenemos un ilegítimogobierno socialcomunistay con la advertencia de que tenemos que cuidarnos de Georges Soros. ¡Uf! Así se empieza… </span></div><span style="font-family: trebuchet; font-size: x-large;"><span><a name='more'></a></span><span><!--more--></span><span><!--more--></span><span><!--more--></span><span><!--more--></span><span><!--more--></span><span><!--more--></span></span><span><!--more--></span>incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-4356178210675273682020-08-27T20:08:00.000+02:002020-08-28T18:28:16.125+02:00SOBRE LAS FUNCIONES DE LA MONARQUÍA<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "times new roman";"> </span><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Por lo que leo y oigo, se echan de menos algunas consideraciones básicas sobre las funciones de la Monarquía en nuestro caso particular. Sin ánimo agotar el tema, me permitiré unas líneas al respecto, en el sobreentendido de que nos interesa más la coexistencia que la confrontación.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> La Monarquía española fue instaurada por el general Franco. Que don Juan Carlos renunciase al poder absoluto (<span style="font-size: medium;">"</span>por la gracia de Dios<span style="font-size: medium;">"</span>), que renunciase a capitanear la Monarquía del 18 de Julio, que habilitase el tránsito de la dictadura a la democracia, todo esto no ha bastado para redimirle de este pecado original a ojos de puristas y desengañados. Ahora bien, si no hubiera sido designado por Franco, ¿cómo diablos habría podido habilitar ese tránsito? </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> En cuanto asumió la necesidad de ser rey de todos los españoles y no solo de una porción, don Juan Carlos empezó a cumplir una función trascendental, a saber, la de tender un puente entre las dos Españas, sirviendo de pararrayos a la ira de los nostálgicos del búnker, a los que supo borbonear oportunamente. Se me dirá que no tuvo más remedio, pero fue meritorio, tan meritorio que se ganó el apoyo pragmático de incontables republicanos. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> De este apoyo republicano dependía el negocio. Y ha de decirse que este negocio incluía la operatividad de otra función regia para nada secundaria: garantizar a los vencedores de la guerra civil que los perdedores no tendrían ocasión de exigirles responsabilidades y que, además, conservarían sus privilegios, títulos y merecimientos. Esta forma de <i>continuismo</i> requería que la izquierda hiciera la vista gorda.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> (De paso, la Monarquía recién instaurada se daba a sí misma la posibilidad de disfrutar de una suerte de doble legitimidad, la anterior y la nueva, una especie de reaseguro en vista que le daba miedo plantear a los españoles si la querían o preferían una República.)</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Ni qué decir tiene que tal función, sobre la que se considera de buen gusto no hablar, determinó no pocas incongruencias y oscuridades, como la quema u ocultación de archivos, la permanencia de funcionarios del régimen anterior o la escandalosa dejación de responsabilidades en lo tocante a los más de cien mil desaparecidos. </span><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Todo eso y mucho más se toleró en aras de la libertad, con la esperanza de que el ejercicio democrático reduciría a cero la función continuista. Sin embargo, más que ese ejercicio –renuente la clase política a tomar cartas en el asunto–, ha sido el relevo generacional el principal obstáculo a esta función. No es algo fácil de entender para los más jóvenes. No es extraño que haya quedado medio en suspenso, sirviendo únicamente para avejentar la Institución y dejarla bajo sospecha.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> En cuanto a la función de puente entre las dos Españas, ¿es prescindible en la actualidad, por el entendimiento normal de las partes? Por lo visto, cuarenta años son pocos para curar los efectos de una guerra civil y de una prolongada dictadura. Dicho entendimiento brilla por su ausencia. La clase política que hizo la Transición practicó la tolerancia y el respeto por el adversario en grado muy meritorio. Para vergüenza de la actual.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Por ignorancia, malicia o inercia, hay gentes que actúan y se pronuncian como si nuestro pasado fuera otro, como si compartiésemos la misma visión histórica, como si una de las partes –la suya– fuese la buena y tuviese derecho a monopolizar todo el espacio político. Sorprende que sea así a estas alturas, pero hay que contar con ello. Razón por la cual, me parece a mí, la Monarquía sigue haciendo falta precisamente en el papel de puente, es decir, en el papel de árbitro y moderador que le atribuye la Constitución (Artículo 56). </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> La izquierda republicana, para nada interesada en esa función, considera llegado el momento de moverle el piso a Felipe VI, desequilibrado por las andanzas de su padre, y de ir en pos de la Tercera República. A poco que se piense en nuestros antecedentes, en el clima reinante, en la ausencia de una derecha republicana, la cosa da grima. ¿Empeñarse en traer una República en plan Puigdemont, por los pelos? ¡El peor servicio que se le podría hacer al país y a la causa republicana! </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Entregarle graciosamente la Monarquía a la derecha, de por sí deseosa de apoderarse de ella, me parece un negocio pésimo. ¿Quién tiene ganas de volver a una situación parecida a la de 1931? La suma de la derecha realmente existente más una Monarquía hostil sería una piedra de molino atada al tobillo de una posible República. Me da espanto de solo imaginarlo. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> A pesar de la función continuista, es preciso reconocer que la presente Monarquía ha oficiado como tal bastante más a la izquierda de lo que estaba previsto por su mentor y de lo que cabía esperar por nuestra parte. Al punto de que ciertos derechistas la juzgaron y la juzgan <i>traidora</i>, lo que no deja de ser un dato muy relevante: Felipe VI necesita a la izquierda, o al menos a buena parte de ella, para mantener una base de sustentación suficiente. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Y no creo que Felipe VI tenga ganas de repetir el error de entregarse en cuerpo y alma a la derecha montaraz (el tremendo y continuado error de Alfonso XIII). Pero, claro, si una parte significativa de la izquierda se empeña en rechazarlo sistemáticamente, podría caer en la trampa, ya tendida. En definitiva, yo creo que sería mucho más inteligente prestar apoyo a Felipe VI desde la izquierda, para una mejor contención de los del otro lado y para mejor salvaguardar nuestra sociedad abierta.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Por lo demás, ya debería estar claro que una Monarquía no puede vivir de las rentas. Todo indica que don Juan Carlos se creyó en situación saltarse los deberes de ejemplaridad inherentes a la jefatura de un Estado moderno, como si todo se le debiera con honra en razón de su hazaña de 1978. Y no es así como funciona la cosa. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> El pasado es importante, el pasado inmediato importantísimo, pero mucho más el presente. ¿Cumple o no cumple su función la Monarquía? Esta es la pregunta capital. ¿Modera o no modera? ¿Arbitra o no? ¿Mantiene la centralidad o se vence a un costado? ¿Descorcha botellas de champán mientras el común de los mortales está con el agua al cuello o se sacrifica por ellos? </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Acaban de salir defensa de don Juan Carlos unos doscientos altos cargos de administraciones pasadas. Piden que se respete la presunción de inocencia y evocan su legado en términos encomiásticos, a manera de superior justificación. Leo en su manifiesto: "La monarquía parlamentaria, así como el conjunto de la Constitución de 1978, han propiciado una España moderna, con un sistema político, económico y social avanzado fraguado en la libertad, en la justicia y en la solidaridad<span style="font-size: medium;">"</span>. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Si así fuese, a pesar de las andanzas de su padre, Felipe VI lo tendría fácil… y nosotros estaríamos agradecidísimos. El problema es que, siendo cierto que Juan Carlos trajo o contribuyó a traer una monarquía parlamentaria donde teníamos una dictadura, lo demás chirría lastimosamente. ¿De verdad creen estos señores que vivimos en un estado económico y social avanzado<span lang="CS" style="font-size: 14pt;">...</span>justo y solidario? Desde la calle, les aseguro que ni siquiera los que valoramos debidamente los logros de la Transición (a pesar de sus defectos) tenemos esa impresión. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Hay demasiada desigualdad, demasiada pobreza, demasiada desesperanza. Y más vale reconocerlo, también al hablar del porvenir de la Monarquía, dañada precisamente por la comparación de imágenes de opulencia y de miseria. Pues no se salvará por la autocomplacencia onanista de esos doscientos altos cargos. Se nos vienen encima tiempos muy duros, y la gente no está para milongas. O siente que el rey está de su parte, que arrima el hombro en la dirección debida, aquí y en la arena internacional, o siente que esa es una de sus funciones, o le hará el vacío, como ya se lo ha hecho a su padre con presunción de inocencia o sin ella.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="font-family: "Times New Roman"; margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
</div>
</div>
incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-9012237980464423212020-04-25T01:00:00.002+02:002020-04-25T01:03:45.790+02:00EL MANIFIESTO DE VARGAS LLOSA Y OTROS CIEN<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "times new roman";"> </span><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;">La Fundación Internacional para la Libertad presidida por Mario Vargas Llosa acaba hacer público un manifiesto titulado <span lang="CS">“</span>Que la pandemia no sea un pretexto para el autoritarismo<span lang="CS">“</span>(<a href="https://fundacionfil.org/manifiesto-fil/?fbclid=IwAR3OpNSd89SM6SS-D1jd3uGaPabUxsEDeAF63RnMCgJypFcAqlntZ8N2dU0" style="color: purple;">https://fundacionfil.org/manifiesto-fil/?fbclid=IwAR3OpNSd89SM6SS-D1jd3uGaPabUxsEDeAF63RnMCgJypFcAqlntZ8N2dU0</a>). Lo avalan un montón de firmas, unas cien o más (no tengo estómago para contarlas), entre ellas las de diversas personalidades de la política y de la cultura, desde José María Aznar a Mauricio Macri, pasando por Fernando Savater, Félix de Azúa y Rosa Díez, todas, por lo visto, de la misma cuadra. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> Vaya por delante que yo tampoco quiero que la pandemia sirva de pretexto para el autoritarismo. Pero hay que leer este manifiesto, cuyo contenido no puede ser más perverso. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> Los firmantes empiezan solidarizándose con las <span lang="CS">“</span>familias enlutadas<span lang="CS">“ </span>y entran en materia a continuación: "Mientras los empleados de la sanidad pública y privada combaten el coronavirus valerosamente, muchos gobiernos toman medidas que restringen indefinidamente libertades y derechos básicos"… ¡Qué lenguaje, por favor! Familias enlutadas, empleados… Y claro, ni una palabra sobre el esfuerzo colectivo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> <span lang="CS">¿Contra qué se revuelven los firmantes? "Impera el confinamiento con mínimas excepciones, la imposibilidad de trabajar y producir, y la manipulación informativa". <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="CS" style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> O sea, que les fastidia que se hayan tomado medidas drásticas para frenar la propagación del virus, que quisieran vernos a todos libres, o algo así, con lo que evidentemente pretenden aprovecharse de la penosa situación para segar la hierba bajo los pies de los gobiernos que las han tomado. Estamos, pues, ante una forma de bolsonarismo, trumpismo o johnsonismo, en plan fino e hipócrita.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="CS" style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> Setencian, lastimeramente: "A ambos lados del Atlántico resurgen el estatismo, el intervencionismo y el populismo con un ímpetu que hace pensar en un cambio de modelo alejado de la democracia liberal y de la economía de mercado". <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="CS" style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> Arremeten contra las dictaduras de Venezuela, Cuba y Nicaragua, las cuales, que yo sepa, no surgieron de la presente pandemia, y en ese contexto se aplican a una maliciosa alusión a España y Argentina, donde, cito textualmente, “dirigentes con un marcado sesgo ideológico pretenden utilizar las circunstancias para acaparar prerrogativas políticas y económicas que en otro contexto la ciudadanía rechazaría resueltamente“. ¡Vaya por Dios! <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="CS" style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> Por “marcado sesgo ideológico“ se debe entender no sé que pulsión dictatorial en los gobernantes, democráticamente elegidos, de España y Argentina. ¡Acabáramos! De modo que los firmantes presumen de carecer de “marcado sesgo ideológico... tomándonos por bobos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="CS" style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> El manifiesto termina con una afirmación rotunda: “Rechazamos el falso dilema de que estas circunstancias obligan a elegir entre el autoritarismo y la inseguridad, entre el Ogro Filantrópico y la muerte." Claro que el dilema es falso, pero así lo plantean los firmantes, arteramente, sofisticamente, para mayor impacto. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="CS" style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> Es curioso que intenten convertir una medida sanitaria de sentido común como el confinamento en un acto autoritario, y es repulsivo que intenten aprovecharse del cansancio y de los temores de la gente para sus propios fines. Y precisamente en las actuales circunstancias, cuando el Estado tiene que utilizar sus recursos para hacer frente a la pandemia con el apoyo ejemplar de la ciudadanía,venir con lo del Ogro Filantrópico es un golpe bajo al sistema democrático en cuanto tal. Da vergüenza ajena que varios ex presidentes –algunos de ellos entendidos en las leyes de la jungla–, vengan ahora con lo del Ogro, como si el Estado de Servicios fuese una estupidez o una ensoñación morbosa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="CS" style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> Esta historia viene de lejos. En algún momento, en los cenáculos de la derecha, allá por los años setenta, descubrieron que podían afanarle a la izquierda la palabra libertad. Desde entonces tienen a gala sobarla venga o no a cuento, y esto no a mayor gloria de la libertad en cuanto tal sino a mayor gloria del sadocapitalismo. ¡Viva la desregulación! <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="CS" style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> En fin, amigos, ninguno de los firmantes del manifiesto me representa. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="CS"><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> Me preocupa el porvenir de la libertad, pero no la veo amenazada ni por el peronista Fernández ni por el socialista Sánchez. En cambio, me da por pensar que los firmantes sí son peligrosísimos para ella, por cuatro motivos. En primer lugar, porque defienden entre líneas el capitalismo salvaje, o sadocapitalismo, al que rinden pleitesía como beneficiarios o simples corifeos; en segundo, porque trabajan en equipo para ocultar lo que antes se entendía como función social de la economía; en tercero, porque pretenden hacernos cómplices de una escala de valores en la que se antepone el dinero a la salud; y por último, porque corrompen de raíz lo que de decente e irrenunciable hay en el liberalismo. Y esto, precisamente porque soy liberal, me subleva. Ya hay mucha gente joven que cree que el liberalismo y el neoliberalismo vienen a ser lo mismo, con grave daño para todos. Caiga este pesado fardo sobre la conciencia de los firmantes.</span><span style="font-family: "times new roman";"><o:p></o:p></span></span></div>
</div>
incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-92224270927976436012020-04-11T20:21:00.000+02:002020-04-12T17:10:29.772+02:00¿A TRABAJAR EL LUNES? <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "times new roman";"> </span><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> S</span><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;">e mantiene el confinamiento, se mantiene el estado de alarma… Pero he aquí que hoy expira el <i>permiso de retribución recuperable </i><span lang="CS">y que el lunes próximo se incorporarán a sus puestos de trabajo los trabajadores hasta ayer mismo considerados <i>no esenciales</i>. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"><span lang="CS"> Estoy pendiente de las noticias, pero este giro de los acontecimientos me ha pillado por sorpresa. ¿Ha pasado el peligro? No, simplemente se ha cumplido un plazo fijado hace un par de semanas a saber con qué criterio. </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="CS"><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> Los trabajadores y las empresas han recibido algunas indicaciones para evitar contagios. Al menor síntoma, el trabajador deberá quedarse en su casa... Se repartirán mascarillas en el metro. Atención al distanciamiento social, a la higiene. Y poco más<b>. </b>En el documento oficial se indica que las personas "vulnerables por edad" (así, sin precisar) y las que padezcan algunas patologías previas están eximidas. Es un detalle a agradecer.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="CS"><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"><b> Pero lo grave es que aquí, de pronto, los contagiadores asintomáticos, tan peligrosos, pasan a segundo plano, como si no existiesen. ¿Quién le asegura al trabajador que no meterá el virus en su casa?<o:p></o:p></b></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="CS"><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> Gracias al esfuerzo colectivo, tremendo en el caso del personal sanitario, íbamos bastante bien. Se han reducido los contagios, sí, pero es imposible cantar victoria. Dicho personal sanitario está al límite, se ha bordeado un colapso asistencial... hay muchísimos muertos, un indecible sufrimiento.</span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="CS"><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"><b> ¿Por qué correr riesgos?</b>¡No logro entenderlo! Un miembro del consejo de expertos confiesa no haber sido consultado; el gobierno afirma que sí consultó. ¿En qué quedamos? <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="CS"><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> ¿Quién fijó en dos semanas el permiso de retribución recuperable? ¿Qué poder o poderes? ¿Por qué no se puede prorrogar? <b>¿Qué o quiénes se encuentran por encima del estado de alarma?</b><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="CS"><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> Mucho me temo que el lunes se volverá al tajo prematuramente, por intereses económicos particulares ajenos a la batalla contra el virus. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="CS"><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> Leo la prensa. Parece que unos no quieren pedirle explicaciones al gobierno, para no moverle el suelo bajo los pies, mientras otros callan cucamente, desde siempre alineados con los intereses del sadocapitalismo.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="CS"><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> Según la OMS, un levantamiento prematuro de las barreras de seguridad podría tener consecuencias desastrosas. </span></span><br />
<span lang="CS"><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> Espero que quienes han optado por reanudar ciertas actividades económicas el próximo lunes sepan lo que hacen. Porque si la situación vuelve a descontrolarse, como temo, serán barridos por un tsunami de indignación, con grave daño para el entero sistema político.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span lang="CS"><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> Ya saben mis lectores lo que pienso de los señores Trump, Johnson y Bolsonaro, los del aquí no pasa nada, esto es una gripecita, unos jodidos darwinistas sociales que solo piensan en la pela y en pisar el acelerador económico caiga quien caiga. De modo que me entenderán si les confieso que ahora he tenido que ponerme en guardia ante la posibilidad de que detrás del humanitarismo nuestro haya escondidos o a la vista capataces de la misma laya, solo que más hipócritas, simples lobos vestidos de piel de oveja. </span></span><span style="font-family: "georgia"; font-size: 10pt;"><o:p></o:p></span></div>
</div>
incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-7028180516352462282020-04-03T18:16:00.000+02:002020-04-03T18:16:27.066+02:00LA PANDEMIA, EL SADOCAPITALISMO Y LA VERDAD<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: Times New Roman;"> </span><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;">El neoliberalismo no es una mera doctrina económica. Es una forma de entender la vida y las relaciones humanas, una pseudofilosofía confeccionada con retales decimonónicos; es una religión laica, una más de las que ha producido la modernidad. Yo no dudo en incluirla, sin contemplaciones, en el saco del estalinismo y el fascismo (como sigamos así, se cargará a la humanidad entera). </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"> Y digo que es una religión porque sus cultores se distinguen por su fanatismo y sus supersticiones. No buscan honradamente la verdad, se la inventan sobre la marcha y, como es propio de esta clase de gente, niegan cualquier elemento de juicio que interfiera sus delirios. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"> Ahora mismo, dato tremendo, se ha sabido que desde enero de 2017 el Pentágono vio venir esta pandemia (<a href="https://ctxt.es/es/20200401/Politica/31805/militares-coronavirus-pentagono-the-nation-covid19-exclusiva-ken-klippenstein.htm" style="color: purple;">https://ctxt.es/es/20200401/Politica/31805/militares-coronavirus-pentagono-the-nation-covid19-exclusiva-ken-klippenstein.htm</a>), poniendo sobre la mesa la necesidad de contar con elementos –respiradores, guantes, epis, etc– que ahora se están echando en falta desesperadamente. Y nada, ni caso. Y claro que ese informe no fue la única señal de alarma. No nos sorprenda: el neoliberalismo no pasa de ser un disfraz del poder, del poder en estado puro, libre de frenos morales y, además, imbécil. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"> Siempre se ha mentido, siempre se ha ocultado la verdad. Pero nunca como ahora, tan metódicamente. Resulta que el mentiroso, hechos sus cálculos, opera con la certeza de que saldrá ganando. Los tontos seguirán engañados, y los listos, los que no se traguen la mentira, unos pocos, recibirán junto con el conocimiento de la verdad una revelación añadida, un patadón en la cara, a saber, la evidencia de que al mentiroso le importa un comino ser pillado, en lo que cualquiera puede ver no solo la prueba de su desfachatez sino también la de su poder. Te miento porque puedo mentirte, ¿o no te das cuenta, imbécil? Meto el informe del Pentágono en un cajón y me olvido, porque me da la gana.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"> La reacción ante el coronavirus ha sido la que cabía esperar: negación de la realidad, mentiras. Puro automatismo. Trump, Johnson y Bolsonaro han actuado como autómatas, sin percatarse de que ahora tienen que vérselas con un virus. Nada, una gripecita. Simplemente, hay que sacrificar a los viejos, y adelante con los faroles. ¿En serio?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"> Si ahora vacilan es porque el sistema mismo se ve gravemente amenazado. El virus es insensible a sus peroratas. Ninguno de los tres sobrevivirá políticamente a la hecatombe, esto lo doy por seguro. Ya se han cubierto de oprobio, ya han dejado a la vista sus vergüenzas intelectuales y morales, su incompetencia y su sadismo. Ahora, de pronto, la verdad cotiza alto, como también la solidaridad.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"> Ahora bien, si estoy seguro de que estos tres personajes se irán por el sumidero de la historia de aquí a poco, no puedo decir lo mismo del sadocapitalismo en cuanto tal. Los tres son simples peones, de fácil sustitución.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"> Si el sadocapitalismo fue capaz de robarnos la cartera impunemente a raíz de la estafa del 2008, si fue capaz de engatusar a millones con no sé qué recuperación, con no sé qué capitalismo verde, ¿por qué tendría que enmendarse ahora? Algunos lo dan por muerto y enterrado, imaginan a Friedman hundido y a Keynes resucitado. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: large;"> Puede que la imperiosa llamada a la fraternidad humana tenga algún efecto positivo, puede que algo se haga para suavizar los horrores presentes y venideros, puede que los publicistas del sistema nos inculquen algunas dosis de esperanza, pero, cuidado. Nos toca estar atentos a la letra pequeña y a los hechos. No es una pequeña cosa que el señor ministro de finanzas de los Países Bajos se haya poco menos que disculpado por su escasa empatía con los países del sur y que ahora hable de algún regalo asistencial. Pero habrá que ver qué entiende él por regalo. Y así con todo.</span></div>
</div>
incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-61104062946725558072020-03-29T20:49:00.000+02:002020-03-29T21:08:23.050+02:00¿UN GOBIERNO DE SALVACIÓN NACIONAL?<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "times new roman";"> </span><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif; font-size: large;"> </span><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;">He oído un extemporáneo llamamiento de Pedro J. Ramírez. A su parecer, se impone la necesidad de establecer un nuevo gobierno, un gobierno de concentración, en el que estuvieran representados los líderes del entero arco parlamentario, un gobierno de emergencia, de salvación nacional… </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> Como la situación es grave, por no decir gravísima, es posible que a algunos esta idea les guste. A mí no, para nada. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> En estos momentos, lo que puede sonar bien –un gobierno de unidad, qué bonito– no pasa de ser un golpe bajo al gobierno realmente existente, que es el de coalición PSOE-UP, una zancandilla a Pedro Sánchez, nada útil, nada práctico, una simple cabronada de pocas luces. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> En medio de la tremebunda crisis causada por el coronavirus sería una locura disputarle el timón a Sánchez. Y no lo digo solo por él, que debe concentrar –más nos vale– sus cinco sentidos en la batalla, que no está para que le metan más presión<b>. Lo digo también por el entero sistema político, que tiene que durar, a ser posible, de aquí a la eternidad.<o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> No es sensato poner en riesgo el sistema político en el peor momento forzándolo a incurrir en originalidades de género irreversible, generadoras no de unidad sino de purulenta confusión.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> <b>Siempre que se habla de gobiernos de emergencia, la democracia sale perdiendo. Se pierde una de sus funciones, que es la de tener en el banquillo fuerzas políticas alternativas, no quemadas, en condiciones de tomar el relevo con naturalidad. <o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> El PSOE y UP pueden acabar quemados, abrasados, y si eso ocurre, el sistema necesitará fuerzas intactas, para tomar democráticamente el relevo. De momento, a Sánchez le toca cargar con la responsabilidad de llevar la nave a buen puerto, empresa de por sí difícil. Si se quema, que se queme, pero quede a salvo el sistema. Yo no le veo ninguna ventaja a que todas las fuerzas políticas, malamente unidas, tengan que hacer frente a la casi segura ola de indignación que nos espera a la salida.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> En el caso de Sánchez, es pronto para saber si la guerra contra el coronavirus le valdrá apoyos que en situación de paz no habría podido ni soñar. En casos de guerra, los pueblos suelen alinearse con su presidente, e incluso sufren por él, apretando los dientes y haciendo la vista gorda ante sus yerros. La historia está plagada de ejemplos, pero, por lo que parece, este principio quizá no se cumpla, por el encono político reinante. Y con todo y con eso, mejor Sánchez que montar el quilombo del gobierno de emergencia nacional.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> Así pues, en estos momentos toca apoyar al gobierno. La situación lo exige. No se trata de pasar por alto sus fallos, pero entiendo que sería imperdonable utilizarlos para hacer sangre con fines particulares. </span><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"> Acosar a Sánchez y a su gobierno, ponerlo en situación de debilidad ante Bruselas, el FMI, el Banco Mundial y demás instancias planetarias y locales es algo que España no se puede permitir en hora tan crucial, y menos a cuenta de personalidades que en ninguna parte está escrito que lo fueran a hacer mejor.</span></div>
</div>
incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-72658280320161455912020-03-27T18:38:00.000+01:002020-03-29T18:19:51.049+02:00TRUMP, JOHNSON & CÍA (y 2)<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "times new roman";"> </span><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">En pleno ataque del coronavirus, ya se detectan fuertes tensiones entre los países, cierta atmósfera de sálvese quien pueda. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Solo la ayuda de China y la llegada a Italia de un contingente de médicos cubanos y de otro de soldados rusos se salen claramente del guión con su encomiable aporte de solidaridad, algo rarísimo en las alturas de la dirigencia planetaria, tanto que se ha optado por no ponerlo en primera plana. No vaya a ser que Putin y Xi Jinping se agiganten en la consideración de la opinión pública.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Vistos desde aquí, desde mi confinamiento, los primates occidentales se limitan a marear la perdiz, incapaces de alumbrar una respuesta a la altura de las circunstancias. Van pasando los días, y nada. No se me puede pedir optimismo. Evidentemente, no hay cabezas pensantes para hazañas como New Deal, Bretton Woods o el Plan Marshall, aunque haya muchas empeñadas en salirse con la suya. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> No es que Trump, Johnson & Cía hayan desafinado un poco. Es que están en otra galaxia: para ellos, por encima de todo está el dinero, no las personas, no sus respectivos pueblos. <b>El sadocapitalismo da la cara una vez más, como lo que es, a saber, un movimiento de codiciosos prepotentes, de darwinistas sociales irredentos e irrecuperables, rebozados en la banalidad del mal y dispuestos a transitar sobre una montaña de cadáveres.</b></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Ninguno de esos personajes actúa a título individual. Sus declaraciones obedecen a una visión del mundo. Se pronuncian de acuerdo a un argumentario compartido, para nada improvisado. No es casual que Trump de por hecho el regreso a la normalidad dentro de tres semanas. Imagina las iglesias abarrotadas el Domingo de Pascua. En la misma línea se pronuncia Jair Bolsonaro, para el cual el Covid-19 solo produce un risible "resfriadito" [sic!].</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Con algún disimulo, andan en lo mismo los Países Bajos y Alemania… ¿Se sacó algo en limpio de la reunión extraordinaria del Consejo Europeo? Pues sí: no a los coronabonos. Se pretende resolver el problema sin retocar la arquitectura financiera de la zona euro, es decir, con los mismos métodos usados para apañar la crisis del 2008 (con ventaja para los bancos y los especuladores en general). ¡Sálvese quien pueda! </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> El ministro neerlandés de finanzas, Wopke Horkstra, no tuvo mejor idea que reclamar a la Comisión que <i>investigue </i>a España –y a otros países– por pedir medidas excepcionales, por mangonear o cosa parecida. Le ha correspondido al primer ministro portugués, Antonio Costa, el honor de calificar la reclamación de Horkstra como se merece, como <span lang="CS" style="font-size: 14pt;">"</span>repugnante"… Con ese tipo de reclamaciones, se pone en peligro, dice Costa, el entero proyecto europeo. Tiene razón. Ha sido el más claro. Pedro Sánchez ha mantenido un perfil bajo, al igual que Macron y Conte, a ver si dentro de quince días los alemanes y los neerlandeses se avienen a entrar en razón, cosa que dudo. O Sánchez, Macron y Conte dan un puñetazo sobre la mesa o el último que apague la luz.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Actualmente, Trump, Johnson y Cía van lanzados hacia una vuelta a la normalidad, como si tal cosa fuera posible. Y sus peones van segregando mensajes de apoyo, revestidos, cómo no, de cierto aire tecnocrático, dirigidos a las mentes supuestamente pensantes y supuestamente inmunes a los giros pintorescos. Ya se sabe, un mensaje para el populacho, otro para el lector que se las da de culto.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Ahora es fácil entender por qué la OMS, presionada por esa banda, empezó por minimizar el impacto demográfico de la enfermedad y por qué se resistió a usar la palabra pandemia hasta el 12 de marzo. ¿Ocurrió por falta de reflejos, por incompetencia? No lo creo.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Y ahora es fácil también comprender el goteo de mensajes encaminados a convencernos de que en realidad no pasa nada, por tratarse de un resfriadito, de una gripecita, siendo hasta obvio que no hay motivo alguno para suspender la actividad económica, pues aquí solo corren peligro los viejos. Ni Trump ni Johnson estuvieron nunca solos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> El vicegobernador de Tejas acaba de declarar en plan melodramático que los abuelos deben estar dispuestos a dar la vida por el bienestar económico de sus hijos y nietos. El genio de Cambridge Analítica y mago de los algoritmos Robert Mercer (coleccionista de yates de lujo y orgulloso propietario del arma usada por Arnold Schwarzenegger en <i>Terminator</i>) quiere que se vuelva a la normalidad de inmediato. El presidente de Goldman Sachs y los del Tea Party piden lo mismo. El reverendo Jerry Falwell Jr, líder evangélico, se niega a cerrar su universidad, con la misma idea demencial. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> No faltan los intelectuales que andan en ello. Por ejemplo, tenemos el caso de Thomas L. Friedman, ganador del Premio Pulitzer en tres ocasiones. Friedman, campeón del optimismo, muy celebrado en las tenidas de los <i>think-tanks </i>del movimiento a favor del sadocapitalismo, acaba de dar publicidad en el <i>New York Times </i>a las tesis del doctor David L. Katz (Universidad de Yale). <i><span lang="CS" style="font-size: 14pt;">"</span>Es hora de pensar si hay una alternativa mejor que cerrar todo"</i> es un artículo que no tiene desperdicio. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> El tándem Friedman/Katz apuesta, al igual que Johnson, por la famosa inmunidad de grupo, dejando correr el virus. Habría, sí, que proteger un poco a los más vulnerables, pero nada más (pues se sobreentiende que no hay mucho que se pueda hacer por los ancianos y por los tocados). Que los jóvenes enfermen, se recuperen y vuelvan al trabajo. Es, nos asegura, lo mejor que se puede hacer, porque bajar la persiana durante meses y tratar de salvar del virus a todos, sin importar su perfil de riesgo, sí que tendría consecuencias catastróficas: <span lang="CS" style="font-size: 14pt;">"</span>matamos a muchos otros por otros medios, al matar nuestra economía y tal vez nuestro futuro<span lang="CS" style="font-size: 14pt;">"</span>. <b>Me pregunto cuánto tardará este mantra inmoral (y fatalmente antieconómico por lo que sabemos del virus) en alinear las conciencias de la porción más repulsiva de nuestra sociedad.</b></span></div>
<span style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> En cualquier caso, todo indica que la elite del poder está dividida. Una parte, la de mayor peso, junta filas tras Trump, Johnson y Cía; otra, en la que por fortuna milita Pedro Sánchez, considera insoslayable anteponer la salud al dinero; y hay otra más, la de los poderosos indecisos, que pueden inclinar la balanza en uno o en otro sentido. Lo que está claro es que la humanidad se la juega. </span></span></div>
incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-75101630524099237692020-03-19T18:34:00.000+01:002020-03-19T18:34:57.113+01:00TRUMP, JOHNSON & COMPAÑÍA<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: times new roman;"> </span><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> Nos ataca el coronavirus, somos víctimas de una pandemia global, unos encerrados en nuestras casas y otros jugándose la salud en primera línea, en la batalla por salvar vidas, reducir el sufrimiento y mantener la sociedad en funcionamiento. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> En medio de todo esto, ya inmerso en una angustia medieval, la actitud de los señores Trump, Johnson & Cía me causa una indecible repugnancia. No por su torpeza. Lo que me repugna es su mentalidad, de índole psicopática. Un cero en empatía. Un cero en solidaridad. ¡Un diez en sadocapitalismo! </span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> Es inevitable recordar lo dicho por Margaret Thatcher: la sociedad no existe; existen los individuos; no hay alternativas. </span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> Lo que empezó como neoliberalismo, una religión laica no menos repugnante y antihumana que el fascismo o el estalinismo, nunca tuvo nada que ver con la famosa mano misteriosa de Adam Smith, el deísta bonachón que creía de buena fe en que la suma de los egoísmos particulares, debidamente regida por esa mano divina, los haría confluir en movimiento armonioso hacia un mundo más próspero y más justo. ¡Pobre Smith, cómo abusaron de él!</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> Publicidad engañosa aparte, el neoliberalismo es puro y simple darwinismo social, voluntad de poder desprovista de frenos morales. De ahí que de las promesas incumplidas (capitalismo popular, sociedad de propietarios) pasásemos directamente a la explotación alevosa de los pueblos. </span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> Hace tiempo que el neoliberalismo ejerce dando la cara como lo que es, descarnado sadocapitalismo. ¿Se tomaron en consideración las advertencias sobre la peligrosidad de los coronavirus? ¿Se puso a trabajar a los sabios con la vista puesta en proteger la salud planetaria? No, claro que no. Porque no era un negocio a corto plazo.</span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> ¿Y cabe esperar que los genios del sadocapitalismo estén a la altura de las circunstancias, que se rediman ahora por medio de una actuación humanitaria digna de tal nombre? Harán ver, claro que se preocupan, para no ser barridos pasado mañana por una ola de indignación. Pero poco más. Habrá quien se las arregle para que las farmacéuticas se aprovechen de los dineros públicos para competir entre sí en la búsqueda de tratamientos y una vacuna, para que se lucren una vez más, cobrando lo que les de la real gana. </span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> Salvarán su pellejo y el de sus asociados y cómplices, y de algún modo se las compondrán para salir ganando. E ingenuos seríamos si no contásemos con la puntualidad de los encargados de recordarnos el infame artículo 135 de nuestra Constitución, y la obligación de pagar a los señores prestamistas y especuladores por encima de cualquier consideración humanitaria.</span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> Son inhumanos, quizá posthumanos. Hasta qué punto nos lo reveló el señor Boris Johnson, al invitar a sus paisanos a aceptar como inevitable la muerte en masa de seres queridos de cierta edad. Ni siquiera se tomó la molestia de disimular que le importa mucho más la pasta que poner los medios para impedir la hecatombe. ¿Reconocer que el sadocapitalismo arrasó la envidiable seguridad social británica, dejándola en los huesos, en estado de emergencia desde hace años, incapacitada para hacer frente a una crisis de este calibre? No, eso jamás.</span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> Los ciudadanos del mundo globalizado tomamos nota: estamos como estábamos, a saber, desamparados. Inútil levantar la vista hacia la OMS, hacia la ONU, hacia Bruselas, hacia Estados Unidos. Si algún acorde humanitario llega a mis oídos procede de China, lo que pone al descubierto las vergüenzas de todos los poderes occidentales. </span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> </span></div>
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incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-68990703437883072932019-11-23T21:31:00.000+01:002019-11-24T01:06:33.391+01:00ESPAÑA: ¡CUIDADO, MUCHO CUIDADO!<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "times new roman";"> </span><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Todavía no sabemos si se llegará o no a un “gobierno de progreso”, ni si llegado el caso merecerá dicho título. Pero hay algo claro: se nos impone la obligación de andar con cuidado en evitación de situaciones irreparables. Los juegos sofísticos y los cálculos de mercadotecnia política son muy peligrosos en las actuales circunstancias, y también inmorales. </span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Lo digo porque la cuestión catalana va camino de ocasionarnos daños que creíamos de otras épocas, de otras latitudes. El independentismo catalán ya ha desequilibrado por completo sistema político, potenciando los efectos de la crisis económica de la peor manera posible (unos y otros aprovechan el fenómeno para ocultarla y para ir maquiavélicamente a su bola, sin preocuparse por las consecuencias). </span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> El nacionalismo independentista catalán ha despertado el nacionalismo españolista, y ya se están produciendo colisiones no solo entre políticos sino también entre familiares y amigos. De pronto, tocado el tema, la tolerancia, sin la cual no hay sociedad abierta que valga, se ve arrastrada por el fango. </span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> En nuestro caso, con una guerra civil a las espaldas, milagrosamente salidos de una larga dictadura (milagrosamente, a juzgar por los modales actuales), hay que ser psicopáticamente malvado o patéticamente ignorante y necio para echar leña al fuego como se está haciendo a diario. </span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Por eso, me permito recomendar la entrevista que Ángel Villarino le hizo a Slavenka Drakulik, publicada en <i>El confidencial</i>(<a href="https://www.elconfidencial.com/mundo/europa/2019-11-16/slavenka-drakulic-balcanes-crisis-politica-espana-nacionalismo_2337340/" style="color: purple;">https://www.elconfidencial.com/mundo/europa/2019-11-16/slavenka-drakulic-balcanes-crisis-politica-espana-nacionalismo_2337340/</a>), donde esta escritora croata, estudiosa de la desintegración de Yugoslavia, nos ofrece algunas observaciones sobre la galopada del nacionalismo catalán y la emergencia de su contrario. </span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Según Slavenka Drakulik, bien podríamos haber incubado ya, sin darnos cuenta, el huevo de la serpiente. Primero esto, luego el caos, por último la sangre y la aflicción. Evitar que tal cosa se haga realidad depende, a su juicio, de todos y de cada uno de nosotros.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Por mi parte, diré lo siguiente: 1) Mientras los independentistas catalanes sigan erre que erre, los redivivos nacionalistas españolistas seguirán en alza, lo que solo puede redundar en un gravísimo daño para la democracia (cualquier concesión que se les haga, por nimia que sea, será motivo de respuestas airadas). 2) Como no sé de ningún Estado que, meramente charlando, haya consentido y facilitado graciosamente la segregación de una de sus partes, temo un desenlace violento, como lo teme la señora Drakulik, especialista en estos temas.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> De momento, ya tenemos aquí a Vox, en respuesta al desafío catalán, con Abascal y los suyos en situación de gravitar sobre Ciudadanos y sobre el Partido Popular hasta el punto de haberlos alejado del centro y de suministrarles la correspondiente cobertura retórica para mejor atacar a Sánchez (como si Sánchez fuera nuestro peor problema, como si no fuera obvio que es indecente utilizar el tema catalán como arma arrojadiza).</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> De momento, ya tenemos en la retina los desórdenes habidos en las calles y carreteras de Cataluña, y también las masivas protestas pacíficas del independentismo. Los desórdenes violentos nos indican que el independentismo se nutre de una indignación desviada, pues no va contra un estado de cosas injusto, lesivo para todos los españoles, sino en defensa de un ideal particular. Y las manifestaciones pacíficas, por muy respetables que sean, van de lo mismo. Lo que solo puede tener dos efectos negativos: el descrédito de las movilizaciones sociales de protesta y un aumento de las previsiones represivas del Estado. No son extremos que uno tenga ganas de agradecer a los señores independentistas. </span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> De momento, ya tenemos al presunto “gobierno de progreso” dependiendo de una peculiar clase de pseudoprogresistas de obediencia independentista. De momento, tenemos al constitucionalista Sánchez puesto situación de depender de personajes que se han jactado tomar a broma el por ellos llamado Régimen del 78. </span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> De momento, ya tenemos a Sánchez en coalición con Pablo Iglesias, el mismo que ha tenido a gala desairar al rey y dar alas a un proceso constituyente (¡con estos mimbres!). Y qué fácil se lo han puesto a Abascal: que estos van, de últimas, a por el rey. Lo que desencadena, cómo no, un reflejo defensivo que potencia el reflejo defensivo ante la hiriente estimulación independentista. </span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Es cierto que últimamente, en los debates televisivos, Pablo Iglesias ha esgrimido determinados artículos de la Constitución, pero no se sabe si sinceramente o por mero oportunismo. Y esta duda es de suyo muy significativa y desequilibrante. ¿Constitución en parte o totalmente? Peligroso juego este, precisamente por la situación creada por los independentistas catalanes, republicanos ellos (algunos por cálculos sobrevenidos). </span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Se levantan de sus tumbas los fantasmas, rojos y azules, en el peor momento, desviando la atención de problemas urgentes, con grave daño a la credibilidad del sistema. </span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Hay aprendices de brujo que imaginan que, de una tacada, se puede enmendar la plana a la Constitución del 78 y solucionar el problema catalán. Se deja entrever, en lugar del “café para todos” que dio lugar al diseño autonómico, un República para todos…</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Ya sabemos por dónde andan Esquerra Republicana de Cataluña y los señores de la CUP, asociados a los herederos de Pujol y desentendidos de la izquierda del otro lado del Ebro. Pero he aquí que los de Más País, supuestamente venidos para calmar los ánimos, se han mostrado partidarios de cierto “federalismo republicano” que no se sabe cómo pretenden alcanzar y que no se sabe por qué imaginan que serviría de antídoto contra el independentismo catalán. Sobre el papel, se puede escribir cualquier cosa, pero la historia no se anda con bromas ante tales pretensiones. Si para resolver los problemas que afectan a la gente normal se requiere el derribo de la Monarquía, estamos perdidos. Y por cierto: Esta gente no tiene ni la menor idea de cómo se las gasta un Estado moderno.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Los señores independentistas catalanes sueñan con su Estado propio y con su República particular. Es decir, se han saltado ya la Constitución (una “deslealtad intolerable”, como dijo el rey con toda razón). </span><br />
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Uno no puede dejar de lamentar las torpezas del gobierno anterior, incapaz de desactivar el conflicto. Si de lo que se trataba era de enconarlo, lo hizo muy bien, pero, ¿cómo salir de esta trampa histórica? Me será dicho que mediante el diálogo, y me será repetido el mantra de la “plurinacionalidad”, pero como no he tenido noticia de que los independentistas catalanes estén dispuestos a pisar el freno ni por cortesía, ni por respeto a los catalanes que no lo son, ni por una mejor idea de lo que podría ser una izquierda española, nos veo en un callejón sin salida. Si el nuevo gobierno, pretendidamente de progreso, va a depender de los independentistas catalanes, mal asunto, mal asunto para la izquierda y para el sistema político en su conjunto. En fin, lo dicho, hay que leer la entrevista a Slavenka Drakulik, publicada en <i>El confidencial…</i></span></div>
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incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1081988636963980031.post-40144055781739096502019-11-14T23:06:00.000+01:002019-11-16T20:37:20.477+01:00LA NEUROSIS DEL PACTÓMETRO<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "times new roman";"> </span><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Como ya dije en este blog, la crisis económica, descaradamente gestionada a favor de la minoría rapaz, debe ser entendida como trituradora de los sistemas políticos conocidos. Lo que aquí nos pasa está sucediendo en todas partes. Lo que nada tiene de consolador. Hasta lo que ocurre en Cataluña tiene que ver con esa desgracia mundial.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Ahora andamos neuróticamente a vueltas con el pactómetro. Se dice que es posible un “gobierno de progreso”. El resultado de las elecciones, que han dado cierta ventaja al centro izquierda, parece ir en esa dirección, para gran fastidio del bando retrógrado, pero el invento está en el alero. Lo verdaderamente peligroso: si el PSOE y Unidas Podemos se queman conjuntamente, la revancha retrógrada estará servida. De la noche a la mañana, estaríamos en situación parecida a la de los franceses y los italianos, es decir, hechos un lío. Con el agravante de que aquí tenemos la cuestión catalana, de ribetes demenciales. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Hay varias cositas que no entiendo. Entiendo, sí, la escalada de Vox, que ha hecho su agosto con la cuestión catalana y con los mantras bannonianos y trumpianos. Entiendo, en parte, al PP, oscilante, como siempre, entre sus pulsiones derechistas y sus necesidades centristas, pero no comprendo su falta de sentido de Estado, su lenguaje pasado de vueltas, por momentos incendiario, de pésimo efecto sobre las conciencias. Tampoco logro entender a los de Ciudadanos, que ni siquiera ahora, barridos en las urnas, parecen en condiciones de recapacitar. Como no los entiendo, estimo que les falta un tornillo. Como les falta a los señores de la izquierda catalana que se han aliado con los herederos de Pujol. El problema es que esos tornillos faltantes dañan al entero sistema político, que rechina horriblemente.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Tampoco entiendo que Unidas Podemos se haya jugado hasta la camiseta a la carta de meterse en un gobierno de coalición con el PSOE. ¿Por qué no se limita a apoyar, a colaborar con el PSOE? ¿Por qué ese empeño de “tocar poder”? A mi juicio, con esto de la coalición comete varios errores de imposible rectificación. En primer lugar, ha violentado a Sánchez a la vista de todos, lo que no deja de ser aprovechado, desde ya, por sus enemigos, que ya lo pintan como un débil, como aliado de maduristas o cosa peor, dispuesto a cualquier componenda con tal de atornillarse a La Moncloa. Era obvio que Sánchez no quería gobernar en coalición con Unidas Podemos. Ha dado su brazo a torcer, y ya se publicita que cederá en temas capitales, sea cual sea su intención. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> En segundo lugar, Unidas Podemos da a entender que para apoyar a Sánchez se puede y se debe exigir esto o lo otro, de lo que naturalmente han tomado nota todos los que tienen algo que ofrecer a la luz del pactómetro. Si Iglesias se hace con una vicepresidencia, ¿por qué tendría Rufián que apoyar gentilmente a Sánchez? Que este haya sido el más votado llega a parecer una pequeñez… </span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"> Y en tercer lugar, esto de la coalición PSOE/Unidas Podemos puede ser un negocio de lo más ruinoso para la izquierda y una delicia para el <i>establishment</i>, una de cuyas especialidades es pringar a la izquierda en sus maniobras contra el bien común. En cuanto empiecen los chantajes, que empezarán en cuanto se constituya el gobierno, Sánchez e Iglesias harán, me temo, lo que se acostumbra: perorarán sobre su elevado sentido de la responsabilidad. Pero habrá que ver qué cara se les pone a sus votantes. Los del PSOE ya están acostumbrados a ciertos acomodos, pero los de Unidas Podemos no, lo que podría tener resultados catastróficos.</span></div>
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incursiones intempestivashttp://www.blogger.com/profile/06767550008149527377noreply@blogger.com0