lunes, 29 de noviembre de 2010

“TRANSFORMA ESPAÑA”, UNA PROPUESTA ELITISTA

La Fundación Everis,  presidida por el exministro Eduardo Serra, acaba de entregar en mano al rey don Juan Carlos un documento de extremoso título: “Transforma España”... www.diariocritico.com/imagenesPieza/Propuesta%20TransformaEspana(1).pdf
   El documento  cuenta con el respaldo de la plana mayor  de la élite empresarial y bancaria. Se nos hace saber que en su elaboración han intervenido cien personalidades de máximo nivel, con lo que queda firmemente establecido que más serio y riguroso no puede ser.
    Lo he leído y voy a ser sincero. Me parece el trabajo de un alumno de primer curso de empresariales, hecho por el sistema de cortar y pegar, con el abecé del neoliberalismo por todo contenido. Está mal escrito, en una extraña jerigonza, en la que se advierte la influencia estilística del power point y de los apuntes tomados al vuelo.
    No es posible resumir la pieza, demasiado confusa. Sin embargo, queda clara, por repetición, la idea de que es necesario transformar España. 
    Se nos hace saber que, venidos del mundo del “debo”  pasamos al mundo del “me apetece”, con consecuencias desastrosas.
     Los cien sabios nos informan: “Competimos en un mercado en el que hay que ganarse el derecho a ser consumido”. El mercado mismo es el sapientísimo encargado de la planificación a largo plazo. Volvemos, pues, con aires de novedad, a la Mano Misteriosa de Adam Smith, al viejo darwinismo social puro y duro.
     ¿Por qué nos vemos en tan crítica situación económica?  Porque hemos hecho el vago… O  los cien sabios han perdido por completo el sentido de la realidad o disfrutan de una desfachatez a toda prueba. ¡Echar  la culpa de la crisis a las buenas gentes, a quienes se han deslomado trabajando! Me parece a la vez feo y sintomático que las altas personalidades de la élite bancaria y empresarial  eludan toda autocrítica y cualquier crítica por el procedimiento de ver vagos por todas partes.  Pero la necesidad de encontrar un cabeza de turco es fuerte, y los cien sabios ya lo han encontrado, sin esfuerzo, siguiendo la línea de ciertos think tanks norteamericanos. Que el problema son los vagos es algo que nos viene siendo repetido desde hace treinta años, en un intento de devolvernos a las coordenadas ricardianas y malthusianas, y esta gente no da más de si.
    Se  nos informa, en plan proverbio chino, de que la crisis económica ofrece una "oportunidad" para “transformar España” (nada menos...) Para ello hace falta una transformación del ciudadano (¡cielo santo!), que debe llegar a ser “integral”, es decir, un sujeto bien troquelado en cinco “facetas fundamentales”:  “El ciudadano como depositario responsable de los valores de un país” (esto procede de la cantera de la filosofía comunitarista), “el ciudadano elector” (no hace falta más, por lo visto), “el ciudadano consumidor”, “el ciudadano financiador” (esto no queda claro) y “el ciudadano productor de valor socioeconómico”… No se ría el lector ante semejante reducción del ciudadano y tampoco ante la implícita  puesta en tela de juicio de la ciudadanía de quien no esté a la altura del modelo, porque esto  ha salido de la sustancia gris de  cien sabios. 
    El documento alcanza  clímax en una frase descompuesta, en la que se expresa el loco sueño de que se produzca “la evolución de una sociedad de personas hacia una sociedad de talentos” [sic!].
   Una de dos: o los empresarios y banqueros que suscriben este documento ni siquiera lo han leído, o se lo toman en serio. Yo espero de todo corazón lo primero, porque en el segundo caso me vería obligado, muy a mi pesar, a admitir que decisivos resortes de poder están en manos de personas que, en cuanto dan un pasito fuera de su campo de actividad,  pierden de súbito el sentido común, sin la menor posibilidad de tener eso que antes se llamaba sentido del Estado. Y esto sí que resultaría fatal para los destinos del país. 

domingo, 28 de noviembre de 2010

IRLANDA Y LA REGLA FATAL

   Después de haber sido puesta por las nubes la sapiencia de las autoridades económicas irlandesas, todas ellas de la cofradía neoliberal,  la maravillosa pirámide de  Ponzi se derrumbó. 
   Se trata de una repetición, de un caso más a añadir a la lista de países damnificados. Los gastos de la juerga, como viene siendo norma,  acaban de ser cargados en la cuenta del desprevenido contribuyente. Desplumar a las buenas gentes es lo que se lleva. El Estado posmoderno no es más que un testaferro del poder organizado del dinero, y hace estupendamente su trabajo. Si alguien cree que esta serie de latrocinios va a terminar se equivoca de  medio a medio. 

martes, 23 de noviembre de 2010

EL PODER ATONTA

   El poder no sólo corrompe; también atonta, como nos hizo notar Nietzsche. A lo largo de los siglos, incontables sabios se han devanado los sesos para ponerle límites al poder,  no sólo por un acendrado humanitarismo sino también, y sobre todo, para impedir que sus usufructuarios acaben peor que sus víctimas.  
    Maquiavelo, que de buenista no tenía un pelo, dedicó bastantes páginas a hacerle ver al príncipe que no se va  ninguna parte sin una conciencia clara de los límites del poder. Por tremendo que éste sea, siempre hay que acordarse de cuidarlo, de conservarlo, lo que no suele entrar en el repertorio natural de los déspotas.
   Viene esto a cuento de que no acierto a entender cómo ha sido posible que los Estados Unidos hayan dilapidado su poder blando y su dinero de forma tan vesánica.  Es fácil suponer que se sigue algún tipo de plan de largo  alcance, muy bien pensado…  Pero no. A juzgar por la experiencia,  es prácticamente seguro que  no hay  nada “bien pensado”. 
    Si esta impresión es acertada, el mundo y el presidente Obama tienen que vérselas con una potencia perfectamente irracional, de la que caben esperar tremendas convulsiones. Téngase en cuenta que lo que más irrita a sujetos que no están en sus cabales es que alguien o algo les lleve la contraria.  Lo más cómodo parece seguirles la corriente, pero no se puede, a menos que uno quiera acabar con las facultades mentales y morales a cero. La locura es contagiosa, y la locura del poder no digamos.

martes, 9 de noviembre de 2010

LOS BUENOS SOLDADOS


     Así se titula un libro de necesaria lectura, escrito por David Finkel, publicado por Crítica, cuyo subítulo, muy preciso, reza así: muerte, miseria y decepción en la guerra de Irak.
     Finkel convivió en el frente, durante ocho meses, con los hombres del Batallón 2-16, y el resultado ha sido este testimonio francamente estremecedor. La sufriente humanidad de estos soldados, algunos de sólo diecisiete años, metidos en una experiencia límite, se proyecta sobre la conciencia con la fuerza de lo indeleble. Finkel ni siquiera se ve en la necesidad de condenar esta guerra. Le basta con contarla desde la perspectiva de los soldados.
    El libro nos debe servir para recordarnos que al sufrimiento que se inflige al pueblo iraquí es de rigor sumar el de los propios soldados norteamericanos. Al menos, desde el punto de vista de quien se permita contemplar esta desventurada civilización desde una perspectiva humanista.

viernes, 15 de octubre de 2010

ESPERANZA AGUIRRE Y EL TEA PARTY

   En Los desayunos de TVE, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha mostrado una llamativa simpatía por el Tea Party. En referencia a la señora Palin y sus seguidores, no mostró el menor distanciamiento crítico. "Sólo piden menos impuestos, menos intervención del Gobierno y más nación americana, no me parece mal".
    Por lo visto, no le parece turbador que el partido republicano derive hacia las aguas de la señora Palin y hasta da por seguro que a la izquierda ese movimiento le causa terror… Esperemos que no siga por allí, lo que sería una irresponsabilidad por su parte.
   Mal asunto que nuestra presidenta se exprese en términos tan frívolos. Contrariamente a lo que ella cree, el Tea Party le causa asco a la izquierda, no terror. Y por lo que se refiere a los observadores sensatos, tanto de izquierdas como de derechas, dicho movimiento es motivo de vergüenza ajena. Por allí anda el señor  David Harmer, socio californiano de la Palin, conciliando  el amor a la bandera con la iniciativa de abolir la enseñanza pública... ¡En la patria de Dewey! Estamos hablando de un movimiento retrógrado, que nada tiene de liberal, como acredita su devoción por el creacionismo.
   Que en Estados Unidos cunda el fundamentalismo  de la señora Palin y de sus muy paletos seguidores –tras los que se ve la mano de gentes poderosas y avispadas decididas a manipular el invento–, no es una buena noticia para los demócratas del mundo entero. Algo debe ir muy mal en aquel país. Y la pregunta es: ¿a  qué viene en España la simpatía por una cosa así? ¿Ganas de estar en la onda? ¿Ganas de provocar? ¿O ganas de importar la enfermedad, algo que por lo visto tienta al señor Berlusconi?
    Y hay una cuestión de fondo a considerar: cuando la derecha se deja abducir por movimientos emocionales y avasallantes  de ese estilo, los sistemas políticos mejor pensados acaban saltando por los aires. 

lunes, 11 de octubre de 2010

¿CÓMO SALIMOS DE ÉSTA?


    Así se titula el libro de Nouriel Roubini y Stephen Mihm que acaba de publicar Destino, a mi juicio de necesaria lectura. Roubini, como se recordará, saltó a la fama por haber pronosticado esta crisis. El libro ofrece un diagnóstico sobre la enfermedad que aflige a la economía planetaria, un diagnóstico plausible, aunque incompleto, por falta de atención a los aspectos que no son puramente económicos.
   Como Stiglitz en Caída libre, Roubini y Mihm procuran ir más allá del diagnóstico, ya con una idea del tratamiento a seguir en evitación de males mayores. A los tres se les nota un loable esfuerzo por no caer en el pesimismo, pero la enfermedad seguirá su curso, pues nadie les hará el menor caso.
   A la luz de estos libros, y de lo que podemos llamar experiencia histórica, cada vez tengo más claro que, si hemos llegado hasta aquí, llegaremos a un sitio mucho peor cualquier día de estos. Los intereses financieros han prevalecido, prevalecen y prevalecerán sobre los intereses humanos y planetarios.  Media un abismo entre lo que habría que hacer y lo que se ha hecho. Y además, bien claro me queda que el problema no tiene solución si uno se limita a un enfoque puramente económico.
   Los gobiernos, y no me refiero sólo al de España, actúan como  meros criados del sistema de explotación, que se distingue por  vivir  completamente de espaldas a eso que antes se llamaba bien común. Me refiero a un sistema depredador que tiene vida propia y que ya ha demostrado fehacientemente lo poco que le importamos. Pensar que en él se esconde la solución de nuestros males, pensar que es sensible a los consejos y que es capaz de arrepentirse y de rectificar, sería propio de tarados, a juzgar por cómo se ha comportado hasta la fecha.
   Ya nos hemos hartado de oír aquello de “¡es la economía, estúpidos!”  ¡Hay que ver! Tanto genio, tanta materia gris metida a pensar en términos económicos, tanta gente puesta a hacer sumas y restas, para ir todos a caer en este lodazal… Al próximo que me venga con esa máxima, le haré ver su grosería, su falta de educación, su falta de sano juicio. No es la economía, amigo, lo principal, es el ser humano. Sólo si obramos en consecuencia, saldremos de ésta. Pero parece que necesitamos que nos desplumen para comprenderlo

sábado, 9 de octubre de 2010

SOBRE LA REFORMA DE LAS PENSIONES

     Ahora  se lleva reformar el sistema de pensiones. Antes bastaban diez años de cotización  para acceder a una pensión; de ahí  pasamos a quince, y ahora se habla de exigir veinte. También se habla de aumentar la edad de jubilación. Todos nos vemos invitados a estimar a ojo la situación futura, sobre la base de que “así no se puede seguir”, ya con la idea fija de que las normas convenidas apuntan a un colapso. La idea es que tú y yo seamos más previsores y sensatos que los beneficiarios de la gran juerga.
     Llueve sobre mojado, pues se exige  también una reforma laboral “en condiciones”, supuesta panacea para la reactivación económica y para una hipotética creación de empleo. Según nuestros dirigentes y  sus asociados mediáticos, no hay más remedio. Las medidas ya están encima de la mesa y, por lo visto,  sólo nos queda el derecho al pataleo, mientras nos vemos obligados a tomar conciencia de nuestra precipitación en lo que antes se llamaba el Tercer Mundo.
    Me parece vergonzoso que nos vengan con estas “reformas” cuando nada serio se ha hecho contra los causantes de la catástrofe económica global. Constato que a los gobiernos les resulta mucho más fácil obligar a sus ciudadanos a apretarse el cinturón que meter en cintura a los tiburones de las finanzas.  No sólo se inyecta nuestro dinero para salvarlos (el que tenemos y el que supuestamente ganaremos) ; también se nos priva de derechos adquiridos tras un prolongado esfuerzo colectivo, de varias generaciones, lo que ya es el colmo. No he  visto forma más loca de poner en entredicho el contrato social, ni forma más demente de abusar de la legitimidad democrática, ni manera más imperdonable de poner en peligro la cohesión social.