martes, 21 de junio de 2011

LA RESPUESTA DEL EUROGRUPO…


    Se ha celebrado en Luxemburgo una tenida del Eurogrupo  y, al término de la misma,  Jean Claude Juncker, su presidente, y Olli Rehn, comisario europeo de Economía, nos han aclarado la situación. Dicen comprender a los indignados, pues  “los más débiles” tienen que pechar con una “factura desproporcionada” como consecuencia de la crisis.
     Al menos, reconocen que hay algo indignante en todo esto, lo que  no quiere decir gran cosa:  a continuación  afirman que no hay nada que se pueda hacer al respecto.Es más, se desprende de sus comprensivas palabras que la indignación es muy peligrosa: no vaya a ser que se contagie la desconfianza, no sea que los países más indignados acaben fatal, como Grecia, hoy en el ojo del huracán.
    Más que la “comprensión”, lo que me llama la atención es la amenaza, ya con valor de respuesta formal.  El presidente y el comisario declaran que Atenas no tiene más remedio que tragar con las medidas de “ajuste” y “privatizar”, y  hacerlo rápido, o irá a la quiebra (una desgracia peor que tragar).
    Los modales de ambos caballeros son exquisitos, con un toque de conmiseración  muy de agradecer, pero estamos, obviamente, ante un chantaje, un chantaje al pueblo griego y, por extensión, a la Europa menos pudiente. Esta es la situación, en efecto, y haríamos bien en sentir el puñal en las costillas.
   Yo no recuerdo haber participado en la elección de los señores Juncker y Rehn, y creo que nadie se acordará de ellos cuando se haga memoria sobre los pasos en falso conducentes a la ruina del sueño europeo.  Y eso que, como servidores de lo que Krugman llama el Comité del Dolor, son de  lo más intrigantes, no como políticos (desgraciadamente ínfimos) pero sí  desde el punto de vista psicológico y moral.

miércoles, 15 de junio de 2011

¿CUÁNTO DURARÁ EL BUEN ROLLO?


      Desde la Transición hasta la fecha, descontadas las excepciones –el tono de  reyerta de los "debates" parlamentarios y la bilis negra de ciertos medios de comunicación–, el buen rollo se ha establecido entre nosotros. Formamos parte de un pueblo experimentado y escarmentado, que sabe lo que se juega y que por nada del mundo quiere volver a las andadas. De  ahí que el movimiento de indignación se haya caracterizado por eso, por el buen rollo, por las buenas maneras, mucho mejores que las de ciertos elementos de la élite política y empresarial que han sido los primeros en sembrar vientos sin pensar en las tempestades. Si indignación y civismo pueden ir de la mano, este movimiento lo ha demostrado hasta la fecha de manera elocuente, en grado insuperable.
    Pero la gran pregunta es cuánto durará el buen rollo. Como ya he dicho alguna vez, la responsabilidad por lo que pueda ocurrir no depende solamente de los indignados. ¿Ha sido capaz el poder establecido de responder a las demandas, de hacerse cargo de los problemas planteados?
     A los indignados les ha sido dada la callada por respuesta. Y esto, obviamente, no ha calmado los ánimos.  Todo lo contrario. La clase política ha hecho las cosas tan mal que Cayo Lara, contra toda lógica, fue rociado con agua e insultos en Tetuán, donde se manifestaba, como un indignado más, para evitar un desahucio. Hay gente tan indignada que no traga a ningún  político,  o no se entiende el mal rato que le hicieron pasar. 
    La mano dura del catalán Puig sólo podía servir para elevar el grado de indignación, como estamos comprobando en estos momentos.  Si al final el poder  apela al “uso legítimo de la fuerza”, como amenaza Mas, en estos momentos respaldado desde Madrid, el buen rollo se podrá dar por terminado, si es que no debemos darlo por ya finiquitado, a la vista de los heridos de las últimas horas.
     El ninguneo y el maltrato darán la razón a los elementos más radicalizados del movimiento, hasta la fecha atados en corto desde dentro. Y en el supuesto  de que éste consiga que la indignación no se salga de madre, pueden surgir otros problemas clásicos.  Me refiero a la aparición de los provocadores de pago,  llamados a actuar con el fin de justificar el “uso legítimo de la fuerza”. No sería la primera vez que sucede. Y también, desde luego, hay que contar con los provocadores de extrema derecha. En Barcelona han sido detectados varios personajes que dan mucho que pensar.
     Ya ha dado comienzo es la descalificación del movimiento, que si huele a porro, que si no se atiene a la ley, que si ocupa espacios públicos, que no respeta a los parlamentarios democráticamente elegidos, que si holgazanes, que si mastuerzos, que si cuatro gatos, etc.  Naturalmente, con estas cominerías, con estos golpes bajos, no se va a ninguna parte. La indignación está más que justificada y esto lo sabemos todos, no sólo los cinco millones de parados, siendo obvio que la legitimidad democrática  no se puede usar indefinidamente para pisotear en bien común. ¿Por qué creemos que los indignados catalanes se han manifestado ante el parlamento autonómico, algunos de ellos ya airados? Por los recortes sociales que figuran en la agenda política oficial, no por capricho, no por capricho, no por capricho...
     

lunes, 13 de junio de 2011

ESTADOS UNIDOS SE/NOS ASOMA AL ABISMO


    Según los sesudos cálculos de Bill Gross, director  de PIMCO, un gigante entre los fondos de inversión, la deuda real de Estados Unidos asciende a la pavorosa suma de  CIEN BILLONES DE DÓLARES. La situación de la potencia hegemónica es, hablando en plata, mucho peor que la de Grecia, un caso desesperado.El señor Gross ha hablado claro, lo que en sí mismo es un dato novedoso y poco tranquilizador.
     Doy por sentado que “la pobre gente que paga impuestos”, a ambos lados del Atlántico, será puesta a pan y agua. En cuanto a la pobre gente que nada puede pagar porque nada tiene, o porque es un bebé, un niño o un anciano,  mejor no pensar… La operación ya está en marcha, con los consabidas maniobras de prestidigitación, por ejemplo con el cuento de que los “recortes” y las “reformas” –todas en sentido retrógrado– son la mejor solución al problema que , obviamente, no van a solucionar.
   Pero una cosa es desplumar a quienes no pueden defenderse e incluso cargar sobre ellos la responsabilidad de la tremenda e insensata juerga, y otra distinta,  hablando ya de poder a poder, controlar las consecuencias. Ahí tenemos a China, que ha financiado las  guerras en que se ha metido la potencia hegemónica, como está Rusia, como está Europa, y otros países emergentes, como la India o Brasil. ¿Se dejarán desplumar también? Cien billones de dólares es mucho dinero.
     Me acuerdo del caso de Raskolnikov, dominado por una viejecita usurera, a la que debía un montón de pasta. ¿Se acuerdan de la novela de Dostoievski? Raskolnikov, fuerte él, asesinó a la anciana, como era de temer. En fin, que nada me gustaría menos que figurar en la lista de acreedores de la arruinada potencia hegemónica. Y hasta puedo entender que los prestamistas sigan prestando, no sea que el prestatario se enfade. Pero estas cosas tienen un límite.
     En los viejos tiempos, cuando un país no pagaba, cuando se empeñaba en pedir más créditos que jamás podría devolver, aparecían las cañoneras. El problema, ahora, es que las cañoneras las puede mandar el país deudor y que, tal como están las cosas, da completamente igual que tengan que operar a crédito. Con ello quiero decir que, o las altas instancias planetarias recapacitan, como se recapacitó tras la II Guerra Mundial, o la cosa se les puede ir de las manos. La verdad es que no sólo estoy indignado; también estoy alarmado. 

viernes, 10 de junio de 2011

JORGE ASPIZUA TURRIÓN

     Se ha ido –se me ha muerto–, mi querido Jorge Aspizua, joven aún, antes de tiempo (y me duele como una fatalidad, como una injusticia irreparable). Su  Harka ha enmudecido, el libro quedó sin escribir, no pudo ser. Nuestra conciencia histórica se ha quedado más pobre, nuestra memoria, con un enorme agujero.
    Le conocí hace treinta años. Indagaba él por aquel entonces la vida del general Rojo, y quiso saber si, en algún momento, había podido entenderse con  Dionisio Ridruejo. Siguiendo la pista del asunto con la tozudez de un sabueso, llegó hasta la señora de Ridruejo, que me lo presentó. Sabe Dios cuántos papeles tuve que revolver hasta dar con las líneas que probaban el establecimiento de un vínculo de solidaridad entre el general y el poeta. Y es que, como historiador, Jorge tenía una incurable necesidad de “papeles”, de “pruebas”. Nos hicimos amigos.
    Él era un estudioso del poder real, al par que un  teórico del poder, o sea, que íbamos en línea recta hacia los temas más duros de roer para la conciencia moral, animándonos a ir un poquito más lejos cada vez,  siempre con la intención de acercarnos a la verdad todo lo posible, nosotros que estábamos de vuelta de la verdad con mayúscula.
    Para mí, charlar con Jorge era de lo más excitante, una especie de narcótico. A ratos, me bastaba con dejarme llevar por sus iluminaciones para volver a mis papeles con la mente extrañamente despejada. Como historiador, como geoestratega y como intérprete de la realidad que está del otro lado del telón mediático, bordeaba la genialidad. Tenía el raro don, propio de los grandes historiadores, de conservar una extremada sensibilidad moral junto a un rigor analítico implacable. Uno lo hubiera podido confundir con un erudito, pero no hay eruditos ágiles, y él era agilísimo, y de punzante sentido del humor.
    La enfermedad, extremadamente cruel, con repetidos pasos por el quirófano, nunca pudo con él: Había un Jorge estoico que nunca olvidaré, que acudirá en mi ayuda en los malos momentos. Tampoco  olvidaré su última palabra inteligible, ya en el trance de la agonía, no sé si un llamamiento o una declaración,  un deseo, un consejo, o un resumen: “Elegancia”. Ahora descansa,  pero no me sirve de consuelo.  

miércoles, 8 de junio de 2011

LATINOAMÉRICA: LECCIONES POLÍTICAS


     Ollanta Humala acaba de alzarse con la presidencia de Perú, dejando maltrechos los sueños de Keiko Fujimori. A pesar del masivo apoyo del capital  a la hija del caudillo neoliberal Fujimori (el hombre que subastó los  bienes de Perú en beneficio de los tiburones de las finanzas y de sus propias apetencias), el pueblo se ha decantado, claramente, por el “indigenista” Humala. Y es que el neoliberalismo no tiene porvenir en aquel subcontinente hasta ayer mismo entregado de pies y manos a derechistas y vendepatrias ebrios de narcóticos neoliberales.  A pesar del triunfo del ricachón Piñeira en Chile, la tendencia general está clara. 
     Hay grandes diferencias entre la señora Kirchner y Hugo Chávez, como las habrá entre Humala y Dilma Roussef, pero América Latina se ha escorado hacia la izquierda. No por casualidad, sino por experiencia. Allí prevalecen las personas que ya saben a qué atenerse en lo tocante al neoliberalismo económico y buscan otras fórmulas.  
    Comparados con los latinoamericanos, los europeos estamos, a estas horas, completamente en la luna. El caso portugués es interesantísimo. Unos socialistas que de tales sólo tienen el nombre han sido barridos en las urnas por un partido que tiene la desvergüenza de llamarse “socialdemócrata” sin serlo en absoluto. 
    Si no fuesen tan arrogantes, los políticos europeos aprovecharían  las lecciones  latinoamericanas, en previsión de males mayores, dejarían para otro momentos los turnos, los juegos entre azules y colorados; y los pueblos, harían algo mejor que votar a personajes como Blair o Berlusconi.    
    Cuando los que no representan a sus pueblos sino a los amos de las finanzas y a las minorías satisfechas agoten su ciclo, cuando la gente se harte de los Zapateros, los Sócrates y los Papandreu  y simultáneamente de los Sarkozy y los Cameron, tan vendidos al capital como los Carlos Andres Pérez y los Carlos Menem, ¿qué creemos que va a pasar? 
    Puede que no esté lejos el día en que nos toque lamentar la ausencia, por estos lares, de personajes como Evo Morales, Dilma Rousseff o Ollanta Humala, esos líderes latinoamericanos que cargan con el aborrecimiento de nuestros traficantes de ilusiones. El juego de no ser de derechas ni de izquierdas no va a durar mucho, lo presiento, y vaya por adelantado que estoy mucho más cerca de Evo Morales que de Marine Le Pen.

jueves, 2 de junio de 2011

EL LAMENTABLE SEÑOR BLAIR SE PERMITE DAR CONSEJOS


    Tony Blair anda por aquí, y no de paseo. Ha venido  a participar en el Foro Novartis de Excelencia  y, de paso, a entrevistarse con Zapatero, por lo que es noticia.  ¡Vaya personaje!
   Después de hacer papilla al partido laborista, de meter a su país en la guerra de Irak, aferrado al título de “progresista” que le han concedido graciosamente los intelectuales orgánicos, el pío caballero se permite dar consejos. A su juicio, hay que “escuchar” a los del 15M, pero no permitir que te gobiernen.  Una cosa es que el derecho de protestar sea legítimo, y otra distinta atribuir legitimidad a lo que dicen los que protestan, nos explica, sibilino como siempre. Ni que los indignados estuvieran ladrando o maullando. 
   El señor Blair ha ido bastante lejos al afirmar que la prioridad de Europa ya no debe ser la paz sino el poder. Traduzco: el falso laborista, que siempre tuvo esa prioridad, nos está invitando a tomarnos a guasa no sólo la paz en el mundo sino también la paz social. Sin pensar en las consecuencias, de lo que él es incapaz.

miércoles, 1 de junio de 2011

SIN NOTICIAS NI DE AQUÍ NI DE ALLÁ


    No deja de ser asombroso el grado de ignorancia en que nos vemos sumidos en la “era de la información”.  Cuando uno cree estar, por fin, enterándose de algo, zas, pierde el hilo,ya se trate de Ruby Rompecorazones o de Bin Laden. En lo tocante a Fukushima, por ejemplo, heme aquí tan ignorante como lo estuve en los tiempos de Chernobil.  Los periódicos no dicen gran cosa, Internet tampoco. Contemplo, eso sí, un conejo blanco sin orejas, más bien torpe él, y se me da ocasión de reflexionar ante el hecho de que doscientos jubilados se hayan ofrecido para actuar como liquidadores. Me siento rodeado de brumas soviéticas.
     ¿Sabe alguien cómo van las cosas en Irak? ¿Y en Afganistán? ¿Se fueron ya de Bahrein las tropas de Arabia Saudita? ¡Ni idea!  ¿Qué está pasando en Túnez? ¡Vaya usted a saber!  ¿Lleva trazas la junta militar egipcia de dar satisfacción a las demandas de democratización expresadas en la plaza de Tahir?  ¿Qué está pasando realmente en Siria? ¿Dispara el presidente Al Asad contra su pueblo porque se ha vuelto loco o porque le disparan?  ¿Y cuál es la situación en Libia? ¿Son los rebeldes más demócratas que Gadafi?  
    Tengo la odiosa sensación de estar siendo engañado, distraído con juegos trileros, con  una sucesión de sofismas. Más allá de las “noticias”, es posible entrever realidades oscurísimas.
    En el caso de Fukushima, lo de siempre: minimización de lo sucedido, dosificación de los datos, revelación neurótica de pequeñeces, encubrimiento de las chapuzas y silencio, mucho silencio, hasta por parte de la dignísima OMS.
   También lo de Libia tiene mal aspecto. La intención humanitaria, como era de prever, ha desembocado en otra cosa muy distinta, en la que España está implicada en grado para mí desconocido. Hasta bombas de racimo están cayendo allí, y proyectiles de uranio enriquecido también. En medio del apagón informativo, se perciben vibraciones siniestras, intereses geoestratégicos y petroleros, lo que promete enormes e injustificados sufrimientos.