La clase
política española está perdiendo a ojos vistas la confianza de la gente y esto
es muy peligroso. Cuando los políticos van a lo suyo con olvido de sus
responsabilidades, una sociedad corre peligro.
Los juegos entre los "conservadores" y los "liberales" de espaldas a las necesidades del país acabaron
con la Restauración canovista, siendo lo demás una penosa consecuencia. Y no es que nos persiga una maldición particular. Los juegos de la clase política alemana,
acabaron con la República de Weimar. Tanto en nuestro caso como en el alemán,
como también en el italiano, se perdió la fe en la democracia casi de un día
para otro. Ni Mussolini ni Hitler ni Franco surgieron como por ensalmo. Cualquiera que repase la historia latinoamericana podrá confirmar la
regla fatal: los juegos entre colorados y blancos a expensas del bien común
dejaron paso a dictaduras más o menos atroces y duraderas. Cuando los políticos
empiezan a abusar estúpidamente de legitimidad democrática, hay que dar la voz
de alarma. Cuando se oyen justificadas
diatribas contra “los politicastros” y “los corruptos”, mala cosa: siempre hay un tirano en la penumbra, a la espera de que todo se pudra, a la
espera de que su audiencia madure, a la espera de que la gente se harte de la
“partitocracia”.
miércoles, 31 de marzo de 2010
martes, 30 de marzo de 2010
VAMPIRISMO ESPECIALIZADO
Varios Estados norteamericanos, con las arcas vacías, andan a vueltas
con la idea de hacerse con unos dólares por el simple procedimiento de imponer
impuestos especiales por corte de pelo, lustrado de zapatos o servicios de tintorería
(http://www.nytimes.com/2010/03/28/us/28taxes.html
).
Todo
indica que nos vamos adentrando en una fase caracterizada por actividades de
vampirismo económico especializado, dirigidos a “la pobre gente que paga
impuestos”, una expresión medieval que
haríamos bien en recuperar.
Lo serio
sería meter mano a las arcas de quienes han causado esta crisis y proceder a lo
que en su momento se consideró inevitable, a saber, a la refundación del
capitalismo sobre una base sensata, como se hizo en Bretton Woods. Pero no se
hará ni lo uno ni lo otro, y es de temer que el ciudadano de a pie sea objeto de
pequeñas succiones. La gracia está en no
alterar las reglas del juego y en la aparente insignificancia de los ataques a
su bolsillo. La libertad de mercado, para los peces gordos, para los demás succión.
La suma
total de lo succionado a muchísima gente promete grandes cosas, y lo que pueda
sucederles a los que se queden exánimes no representa ninguna clase de obstáculo
moral. Ya hay que pagar por la recogida de basuras, hasta ayer un servicio público
gratuito. Los radares situados en puntos estratégicos de la ciudad y de la red
de carreteras atacan el bolsillo de los conductores más prudentes… Nada de esto
es casual, como no lo será pagar un canon en función de la complejidad del
arreglo capilar.
lunes, 29 de marzo de 2010
NIÑOS HAMBRIENTOS
Según
datos de la FAO nueve millones de niños argentinos pasan hambre, muchos de
ellos hasta la muerte. Que esto suceda
en el país que figura en el tercer lugar entre los mayores productores de
alimentos es algo que nos invita a meditar sobre las cualidades morales del Sistema
de valores imperante en el planeta. Argentina no es un caso aparte, ni mucho
menos, aunque muchos comentaristas se apliquen a convencernos de lo contrario.
Hasta llegó a ser uno de los más ejemplares cumplidores de las recetas del FMI.
En tiempos, fue el “país del futuro”.
Cuando yo era un muchacho, en Argentina había pobreza, mucha pobreza,
pero no hambre. Ahora me cuentan
que, en clase, hay niños que caen desmayados, con el estómago vacío.
martes, 23 de marzo de 2010
ELECCIONES EN FRANCIA
Pasó lo que se veía venir.
Victoria socialista y retroceso de las huestes de Sarkozy, claramente
desgastadas. Para mí, lo más
llamativo, aparte de la abstención y del resurgimiento lepenista, ha sido el
apoyo tácito de Martine Aubry al señor George Frêche, que acabó batiéndolos
a todos en Languedoc-Rosellón. No puedo entender que la estrella emergente del
socialismo francés se haya permitido semejante jugada por mero cálculo
electoral. El señor Frêche no es un compañero de viaje aceptable para una izquierda seria, actualizada y con visión de futuro. Estamos hablando de un político racista, capaz de llamar “infrahombres” a los argelinos,
perfectamente conocido por sus salidas de tono y sus fantasmadas populistas. Que Frêche
se diga de izquierdas es una cosa, que lo sea otra, por muy mitterranista que haya sido (de sus orígenes maoístas mejor no decir nada). Al no pararle los pies, Martine Aubry ha hecho un flaco favor a la izquierda y,
de forma lamentable, ha preparado el camino para que la derecha vuelva a sus insensatos tocamientos con la extrema derecha.
miércoles, 17 de marzo de 2010
LA IZQUIERDA ACOMODATICIA Y LA DERECHA ENVANECIDA
En
los próximo años veremos qué tal le va al sistema político, teóricamente basado
en el consenso entre gobernantes y gobernados. Como bien nos ha hecho notar
James Petras, dicho sistema se ha desplazado, todo él, hacia la derecha.
Bien
está que derecha e izquierda no choquen como ciegas placas tectónicas, pero no
estoy nada seguro de que se obre con tan loable propósito. Se oyen demasiados
insultos. Hay gente que parece empeñada en hacer chocar dichas
placas, como si nadie creyera posible que se produzca un terremoto. Hay mucho irresponsable suelto, convencido de que se puede abusar indefinidamente de ese bien precioso llamado legitimidad.
La
izquierda se ha vuelto acomodaticia, confiando en las bondades de la democracia
de audiencia y en los regentes de la economía planetaria, exponiéndose con ello
a que buena parte de sus electores se queden sin representación política
normal. La vemos operar sobre asuntos interesantes pero secundarios, como el matrimonio entre
personas del mismo sexo, la igualdad de género o el aborto, pero
sin tomar la iniciativa en los dominios de la economía, donde va a remolque de
lo que digan dichos regentes.
La
pérdida de contenido de la izquierda explica su profunda
crisis de identidad y su indecisión. Por su parte, la derecha, grande o
pequeña, se aprovecha de la situación, ya metida en una mutación de alcance
impredecible. La derecha tradicional aprendió a no pasarse de la raya, la de ahora ha redescubierto a Ricardo y a
Spencer a la vez y se ha tomado al pie de la letra la indicación de Hayek, en
el sentido de que no hay que ser “conservador”.
Vamos a ver hasta dónde la lleva
su originalidad.
Duras enseñanzas históricas hicieron posible el sentido social de
personajes de derechas como Adenauer o De Gaspari. Olvidadas dichas
experiencias (sobre las que se basó el consenso de la posguerra y la promoción
de la clase media, así como la fecunda dialéctica de democristianos y socialdemócratas),
la derecha de hoy va a lo suyo con desenvoltura creciente. La idea de repartir
el pastel pertenece al pasado, como el propósito de cultivar la cohesión
social.
La izquierda acomodaticia y la derecha
desenvuelta pretenden ofrecernos, palabras más o menos, una versión así o asá
del capitalismo salvaje, al que, por supuesto, tendremos que llamar “economía
de mercado”. La
publicitada creencia de que ya no tiene sentido hablar de izquierda y derecha,
como la historieta del fin de la historia convienen al extraño negocio.
Pero no pasan de ser cuentos posmodernos, que ya veremos cómo aguantan los
embates de la inclemente realidad que se nos ha echado encima.
lunes, 15 de marzo de 2010
DE LA CRISIS COMO OPORTUNIDAD…
Hay que
conservar la sangre fría, pues esta crisis está a punto de ser ladinamente
aprovechada por quienes desean acabar con nuestro rudimentario Estado de
bienestar, ya carcomido por tres décadas seguidas de raspado neoliberal.
Hay que
mirar a los ojos a los voceros de la crisis, pues no todos son iguales. Unos la
padecen, simple y dolorosamente, pero otros –los que dicen tener soluciones–, están en otra cosa, más bien oscura, siento decirlo.
La idea
es hacer pagar a los más débiles no sólo la crisis sino también la propulsión
de la economía española hacia cotas jamás soñadas. Claro que para ello habrá que renunciar a la solidaridad y
a la cohesión social, no paso a pasito, como ha sido costumbre hasta la fecha, sino
de forma súbita, sin el menor debate parlamentario, cuando el paciente esté
maduro, esto es, paralizado por el miedo.
Quizá no falte mucho.
La
flexibilización del mercado laboral y la refundación a la baja del sistema de
pensiones forman parte del abecé neoliberal, de modo que ya sabemos a qué
atenernos: ni con la una ni con la otra han salido del agujero las clases
medias y bajas de los países que se vieron obligados a pasar por el aro. No por casualidad, alguien ha tenido la
ingeniosa idea de sugerirles a los griegos que vendan islas a buen precio…
Otros países en parecida situación han tenido que vender o alquilar a sus
propios hijos, algo así como una "oportunidad" cazada al vuelo.
viernes, 12 de marzo de 2010
DERECHISMO A LA NORTEAMERICANA
Bajo la presidencia de Obama, de forma reactiva, se está incubando un movimiento de imprevisibles consecuencias tanto para el país
como para el mundo. El hecho de que Obama, bastante conservador, provoque
semejante reacción es, en sí mismo, un síntoma alarmante. ¿Hacia dónde va
aquel país, otrora faro de la democracia planetaria?
El
movimiento del Tea Party sigue en alza con la inefable señora Palin a la
cabeza; cobra impulso el movimiento llamado Keep America Save, promovido por la
hija de Dick Cheney y por el hijo del neoconservador Irving
Kristol. Nos enteramos de que la Fox News se ha sumado a la campaña de
agitación. Y resulta que en la América profunda las “milicias populares” se
encuentran en auge. No le veo la gracia, francamente. Que estas cosas ocurran
en un país endeudado y a la vez orgulloso, con la clase media golpeada, no es
lo que se dice tranquilizador a juzgar por las lecciones de la historia.
No estamos ante un fenómeno
intrascendente, más o menos pintoresco.
Tras la agitación “popular”,
de tintes patrióticos y religiosos, cabe ver la mano de una minoría
decidida que ya ha metido al país y la humanidad en graves problemas. Esa
minoría no tiene nada que ver con una derecha convencional y, por lo que
parece, no tiene ningún inconveniente en cabalgar un tigre. Está dispuesta a
romper las reglas del juego. No por casualidad, algunos de sus promotores
empezaron en el trotskysmo y fueron discípulos del muy elitista Leo Strauss; no
por casualidad,percibo un tufo criptomaquiavélico y criptonietzscheano de la peor especie. Esperemos que el pueblo norteamericano no se deje engatusar, no sea que tengamos que pagar los platos rotos entre todos.
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