martes, 17 de agosto de 2010

EL CASO DE LOS NIÑOS FUGITIVOS

    Mientras la Europa decente, la de los derechos humanos, bien representada, por ejemplo, por sus asistentes sociales, se desvive por los cien mil menores de edad que han buscado refugio en ella, la Europa inmoral, admirablemente representada por sus máximos dirigentes políticos, se apresta a devolverlos a sus países de origen. Estamos hablando de niños afganos e iraquíes que, huyendo de la guerra, han venido a parar a nuestro suelo, de niños que, sin la compañía de adultos, han tenido que venir andando en condiciones que mejor será no imaginar.
   En resumidas cuentas, el plan consiste en habilitar unos campos de concentración en sus respectivos países, adonde serán  “repatriados”. Por lo visto, la idea es ir “liberándolos” a medida que vayan accediendo a la mayoría de edad… El primero de esos campos se abrirá, bajo patrocinio británico, en las afueras de Kabul.
   En las altas esferas, este plan se considera uno de los éxitos de la presidencia española de la UE, de los señores Rubalcaba y  Zapatero. A mí me da náuseas.

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