martes, 31 de mayo de 2011

A PROPÓSITO DE LA SPANISH REVOLUTION


     El poder establecido se ha sentado a esperar que el movimiento del 15M se extinga por sí mismo, cosa que –lo presiento– no va a ocurrir. 
    El impresentable señor Puig ha puesto de manifiesto que contra las gentes de paz provistas de razón, poco se puede hacer por las malas sin quedar como una bestia y empeorar el cuadro. En cuanto a las críticos de pago que tratan de minimizar el movimiento o desacreditarlo, están quedando a la altura del betún. Tal es el caso del señor Pío Moa, que declara ser partidario de acabar con las asambleas por la fuerza, incluso al precio de causar muertos, lo que equivale a un autorretrato paranoico. El cardenal Rouco nos explica que los acampados en la puerta del Sol tienen problemas en el alma, otro autorretrato, bien que de tipo clásico.
    Yo creo que habrá un antes y un después del 15m, y que nuestra democracia se juega muchas cosas de aquí en adelante, como se las juega el proyecto europeo. 
    Ya sabemos lo que ha sucedido en el norte de África. La  “primavera árabe” ha pedido fuelle, no por un desfallecimiento de su vanguardia sino por el genio maligno del poder establecido. En aquellas tierras se dispara contra la gente desarmada, se infiltran provocadores, se tortura en las dependencias policiales, se corta la luz, se identifica a las voces críticas por el simple procedimiento de seguirles la pista por Internet (un arma de doble filo como algunos han descubierto de la noche a la mañana). 
    Los indignados españoles y europeos están llamados a actuar en otro contexto, más suave, y esto se puede decir a pesar de la actuación del señor Puig y de que Sarkozy no dudase en dispersar a los reunidos en la Bastilla con gases lacrimógenos. Lo que no sabemos es cuál será la evolución de los acontecimientos. Si la única respuesta es  una altiva indiferencia, a buen seguro la indignación irá en aumento, con la consiguiente interconexión de los indignados europeos, ya en trance de materializarse.
    No basta con que el poder establecido se abstenga de dar palos. Tiene que prestar atención, tiene que oír y, sobre todo, debe rectificar. No miles sino millones de europeos, y no precisamente indoctos, han pedido la paciencia después de mucho estudiar, de mucho trabajar y de mucho buscar trabajo.  Tomar a guasa sus reivindicaciones, pretender engañarlos, sería una insensatez y una prueba de que el poder atonta. 

martes, 24 de mayo de 2011

EL 15 M Y SUS CONTINUACIONES

Desde el punto de vista sociológico, el resultado de las elecciones ha sido el que cabía esperar, y no creo que haya sorprendido  a quienes se movilizaron el 15M bajo el lema de “democracia real ya”. Los veo decididos a continuar en la brecha, conscientes de que   nuestro sistema político no se puede sanear de la noche a la mañana.
     Yo no considero que el veredicto de las urnas haya sido un fracaso desde la óptica del 15 M, ni tampoco que los jóvenes hayan cometido tales o cuales errores estratégicos, apreciación injusta que oigo por ahí. Los debates continúan. Nótese que el PP ha salido victorioso sin mostrar sus cartas y que el PSOE se ha ganado a pulso su fracaso por jugárselo todo a cartas que ni siquiera eran las suyas. Es un poco absurdo pedir máxima claridad y un acerado programa de actuación a quienes acaban de poner manos a la obra.
    Después de oír los latiguillos de nuestra clase política, qué refrescantes, qué acertados los de la puerta del Sol, salidos del alma.  Ahora, la cuestión que se les plantea a los movilizados del 15M es cómo continuar, cómo dar un sentido a la indignación, compartida por mucha gente que votó en blanco, a partidos minoritarios o que directamente no acudió a los colegios electorales.
     Bien mirado, las alternativas son sólo dos, con sus correspondientes espinas. O se participa en el sistema de partidos creando uno o se opta por ser la conciencia vigilante de la acción de gobierno, en  disposición de no dejarle pasar ni una, obligando a todos a elevar el nivel moral  de sus actuaciones y  poniéndonos ante los problemas reales que no admiten camelos ni demoras. 
    Esta segunda opción es  la que mejor cuadra con la espontaneidad original. Se le puede dar vida con manifestaciones, acampadas, sentadas, manifiestos, pliegos de firmas, boicots a determinadas empresas, caceroladas y flechas vía twitter o facebook. No es poca cosa erigirse en una atenta conciencia vigilante y dejar constancia de lo que se considera moralmente intolerable
    Se trata de una opción dinámica, versátil, fácil de poner en sinérgica relación con los focos de protesta del mundo entero, cuya interconexion  se acabará imponiendo por necesidad. Y parece hecha a medida para permitir la participación puntual de miles de ciudadanos  dispuestos a hacer algo concreto de vez en cuando, en ocasiones señaladas, personas que, por tal o cual motivo, no pueden movilizarse a todas horas.  Gracias a las redes sociales la caja de resonancia de las iniciativas promete ser portentosa.
    Saliendo a la calle pacíficamente y con grandes caceroladas,los argentinos fueron capaces de hacer caer, uno tras otro, a varios presidentes indignos de confianza. La resistencia activa no violenta de Gandhi es un arma poderosísima, la más temible para el poder establecido, que anda muy sobrado de medios para aplastar a los violentos pero que se queda inerme ante ciudadanos pacíficos asistidos por buenas razones. Nótese que el señor Rubalcaba se abstuvo de cumplir el encargo represivo de la junta electoral.
     La otra posibilidad es crear un partido de nueva planta.  Para ello, claro es, habría que aceptar las reglas del juego. No parece la apuesta más probable: hay mucha gente harta  de la "partitocracia"... Sin embargo, si se trata de sanear nuestra democracia, es una opción a considerar. Como lo sería, en su caso, la de apoyar al partido que más se aproxime a los ideales del 15m. En cambio, sería desatinado  descalificar de pies a cabeza el sistema de partidos, mejorable pero en absoluto desdeñable (como sabe cualquiera que haya vivido bajo una  dictadura de un partido único). 
     Considero importante que no se haga ningún caso al latiguillo posmoderno que pretende convencernos de que  la dialéctica izquierda/derecha ha sido superada. Es un cuento de la izquierda vendida y de la derecha que la ha comprado a precio de saldo. Una cosa es que la izquierda oficial se haya derechizado y otra distinta creer que la causa de la izquierda ha desaparecido. ¿Acaso ha desaparecido la injusticia social? ¿Vivimos en una sociedad sin clases? Pues no, y por eso la indignación. La causa de la izquierda está vivísima, aguardando a sus mejores intérpretes. 
    Y algo más: O se apuesta por una socialdemocracia auténtica, en teoría capaz de dar respuesta a las demandas de justicia social dentro del sistema, o se apuesta por modelos frontalmente enfrentados con el capitalismo. Si se opta por lo segundo, habrá que rescatar del olvido a Marx y a Kropotkin, incompatibles entre sí pero expertos en estas materias.  Este declarado propósito de ir a por todas echaría para atrás a muchos simpatizantes del 15m (lo que no quiere decir que "ser antisistema" sea poco respetable en los tiempos que corren).

viernes, 20 de mayo de 2011

TODO UN EJEMPLO DE CIVISMO

  El movimiento Democracia Real Ya está dejando en ridículo a sus críticos y detractores.  No es de extrañar que ciertos comentaristas de pago  lo atribuyan a las maquinaciones de “alguien” (“cree el ladrón que todos son de su condición”), incapaces de concebir los resortes de la espontaneidad. 
    Y no es de extrañar tampoco que haya toda clase de observadores al acecho, con la actitud de quien busca un pelo en la sopa,  a la  caza  individuos capaces de romper un escaparate, por ejemplo, o de frases hermosas pero incomprensibles para ciertos clientes políticos, frases del tipo “la imaginación al poder” (por si viene al caso utilizar la misma munición que se emplea contra la memoria del 68).  El señor Quim Monzó nos explica que esto no es una revolución sino una acampada, Cristina Losada nos habla del Cacao Party, etcétera.
    Sienta muy mal que Cayo Lara se haya presentado en la puerta del Sol, en lo que cualquiera puede ver la envidia de sus oponentes, atados en corto por sus expertos en imagen (no se imaginan a Zapatero ni a Rajoy bajando a la arena con tanta naturalidad).  
    Los espíritus habituados a ir sobre raíles creen ver una falla en la pluralidad y en la amplitud de miras de los reunidos, en su diversidad y en su juventud. Nos hablan desdeñosamente de “los hijos del zapping” [sic!], y de paso pasan por alto el hecho de que el movimiento implica –y entusiasma– a personas de muy diversas edades. 
   Por mi parte, quiero resaltar que este movimiento nos está dando un ejemplo de civismo, tanto por su conducta como por sus debates y sus propuestas, de indudable riqueza.  Ante este fenómeno, nuestra clase política contrae, lo quiera o no, una responsabilidad que debería asumir con altura de miras y el saber hacer que ha perdido por el camino.
     Es una maravilla que nuestra puerta del Sol no sea la plaza de Tahir, que ninguna plaza española sea como la egipcia.  Es una suerte que aquí se hable de refinar nuestra democracia, no de echar abajo el sistema. Es una suerte que este aviso llegue bajo esta forma, pacífica, dialogante y participativa,  y no en forma de desbordamiento airado, ni siquiera en forma de cacerolada. Esto nos lo hemos ganado entre todos; no es cosa de estropearlo sino de estar a la altura de las circunstancias. Con ello quiero decir que la responsabilidad de que el movimiento en curso siga siendo  cívico no depende sólo de quienes participan en él directamente.

martes, 17 de mayo de 2011

DEMOCRACIA REAL YA: SE ACABÓ LA PACIENCIA


    Las manifestaciones que han tenido lugar en toda España bajo el lema “Democracia Real Ya” confirman las lecciones de la historia: cuando la clase política se produce de espaldas a lo que se entiende por el bien común, cuando la legitimidad se dilapida al servicio de las minorías satisfechas, cuando los juegos de prestidigitación política lejos de engañar, irritan, los pueblos, presuntamente dormidos, se despiertan, con resultados impredecibles.
    El 15 M se han movilizado jóvenes y no tan jóvenes que se sienten estafados por el curso de los acontecimientos y por el manejo de la crisis, personas que están sufriendo en sus propias carnes la penetración de males tercermundistas sumamente dolorosos.   
    Nuestra democracia se juega muchas cosas en el futuro inmediato.  Hartos de pamemas, los manifestantes piden una democracia real. No se habla de ruptura ni de revolución. ¿Pero está nuestra democracia en condiciones  prestarles la atención que merecen? He aquí la cuestión.
   Si el poder se acaba tomando todo esto como un asunto más o menos simpático, por un lado, y por el otro como un problema de orden público a solucionar por los guardias, mal asunto. Si acaba demonizando, ridiculizando, insultado o maltratando a las minorías más activas del movimiento de protesta, cometerá un error irreparable. Téngase en cuenta que el poder no se encuentra ante extremistas, sino ante ciudadanos  que  hasta la fecha han dado sobradas muestras de paciencia y estoicismo –ante ciudadanos que no están solos en su apreciación de lo que está pasando

viernes, 6 de mayo de 2011

ESPAÑA: DOS PRIVATIZACIONES EN CIERNES


     He tenido ocasión de asistir a un interesante intercambio de opiniones sobre las dos privatizaciones que se preparan, la de AENA y la del Canal Isabel II, organizado por el Club de los Debates Urbanos en el Círculo de Bellas Artes.  Como es sabido, iniciada la jugada en tiempos de Felipe González, es poco lo que queda por privatizar.  La mayor parte de las joyas de la abuela ya ha sido vendida al mejor postor, a  mayor gloria del capitalismo salvaje y de los ingresos rápidos. 
    Ahora les toca el turno a los aeropuertos y al agua, hasta hoy en manos del Estado, que, según se dijo, no lo ha hecho nada mal.  Nuestros aeropuertos figuran entre los mejores del mundo y destacan por los bajos precios ; el agua del Canal Isabel II se considera de primerísima calidad y, además, es barata.  ¿Qué ventajas ofrece la privatización? ¡Ninguna! Ni el director de AENA, en un tono tecnocrático, ni el consejero del Canal, en un tono simpaticón lindante con la grosería, partidarios ambos del nuevo modelo, fueron capaces de decir nada serio en defensa de sus tesis. La razón quedó, claramente, del lado de  quienes se oponen al  gentil traspaso de bienes públicos a los tiburones de las finanzas.
    Los partidarios de privatizar tienen ahora la desventaja de que el buen público ya sabe en qué terminan las promesas neoliberales; sin embargo, y me llamó mucho la atención, siguen apelando a la fe. Están seguros de que se saldrán con la suya y se les nota. El problema es que los platos rotos los pagaremos nosotros. 

lunes, 2 de mayo de 2011

NOTICIA DE LA MUERTE DE BIN LADEN


    Es la noticia del día. La casa donde se escondía, no lejos de Islamabad, fue asaltada por un comando norteamericano. Bin Laden, un hijo suyo, una mujer y algunos más murieron en el ataque; él, de un tiro en la cara. Se nos hace saber que su identidad ha sido verificada satisfactoriamente con una prueba de ADN y que su cadáver ha sido arrojado al mar.
    El presidente Obama se ha declarado orgulloso de la operación, muchos norteamericanos están ahora mismo celebrando lo sucedido, y  se oyen aplausos, muy llamativos, por ejemplo, los de Durao Barroso. ¿Hay en todo ello algún motivo de orgullo, alguna razón para unirse a estos aplausos? Sinceramente, creo que no.
    Que yo sepa, no se trata de una película de Sam Peckinpah, sino de realidades que nos afectan. 
   El orgullo de Obama estaría justificado si Bin Laden hubiera sido detenido y llevado ante la justicia, única manera de dejar bien clara la superioridad moral de la que tanto presumimos. Ciertos tiquis miquis legalistas no se inventaron por capricho: ¿alguien conoce alguna otra manera de llegar al fondo de la cuestión y de depurar las responsabilidades? 
    Saltarse la ley ha sido siempre una de las prerrogativas del poder  (“ley de fugas”, “operaciones encubiertas”); ahora bien, aquí hay algo nuevo: el espectáculo. Y no considero una buena señal que se celebre, con tanta naturalidad, un “asesinato selectivo”, ya engarzado –por otra parte– en una historia que tardaremos muchos años en desentrañar. Los modales del poder están empeorando y esta es, desde luego, una mala noticia.