martes, 21 de diciembre de 2010

HUNGRÍA RESTABLECE LA CENSURA


     En Hungría acaba de restablecerse censura. La libertad de expresión y la libertad de imprenta se han acabado allí, para vergüenza de todos los europeos, cuyo proyecto hace aguas por todas partes. Parece mentira, pero es así. La regresión ha sido impuesta por el presidente Viktor Orban, que presume de ser de centro derecha, lo que indica un desplazamiento de todo el sistema  hacia  el campo gravitatorio de la extrema derecha posmoderna.   Con una cómoda mayoría parlamentaria, Orban ha lastrado la Constitución de su país con esta novedad “democrática”. 
    Los húngaros tendrán que vérselas con la Autoridad Nacional de Medios, un organismo que estará facultado para imponer leyes y reglamentos de tipo dictatorial, fuera de control parlamentario. Dicho organismo, con el correspondiente equipo de fisgadores,  Torquemadas y soplones de oficio, será el encargado de establecer lo que los húngaros deben entender por “interés público”. El  infractor será puesto en vereda por medio de tremendas sanciones económicas. Estemos atentos a la evolución del penoso caso, no sea que se trate de una enfermedad contagiosa.

sábado, 18 de diciembre de 2010

LAS AGUAS BAJAN INMUNDAS


     Nada más insano que  el hábito de estar informado…  He aquí que la clase política del mundo entero está dando muestras de servir a fuerzas oscuras, no a los ciudadanos, lo que equivale a arrojar la legitimidad  democrática a los pies de los caballos. Ya han empezado, en  la somnolienta Europa, las manifestaciones airadas, no por casualidad. Y ello con la correspondiente movilización policial. Vuelve la violencia, tan asimétrica como siempre.
     ¿Y qué hace España en estado de alarma continuado? No hay dónde descansar la vista, a menos que unos se abisme en el mundo de las bacterias,
     El recién elegido presidente de Kosovo se encuentra bajo la sospecha de haber liderado una banda de traficantes de órganos. La banda era capaz de engordar a sus víctimas serbias, antes de matarlas. Lo que parece haber ocurrido bajo las mismas narices de las democráticas fuerzas multinacionales a las que Kosovo debe su independencia.
   Horroriza tomarse en serio y en profundidad el informe de Dick Marty sobre la banda kosovar, que ya había estado, sin ninguna consecuencia práctica, bajo la lupa de la fiscal Carla del Ponte.
    No tiene ninguna gracia constatar que las supuestas fuerzas del bien andan en feliz combinación con las que obviamente pertenecen al lado oscuro. Y por eso me resulta tan irritante enterarme de que el socialista (¿?) Sócrates hacía la vista gorda ante los vuelos de la CIA. Pero nadie va a dimitir por estas cosas, que dejarán de ser noticia. Guantánamo, el Dachau posmoderno, sigue donde estaba, se diría que con naturalidad.
    Vamos hacia atrás, y esto también se nota en los detalles. Por ejemplo, en el hecho de que el banco suizo UBS se permita decir cómo deben vestirse sus empleados. Hasta se les dice qué deben comer y qué no. Así nos enteramos  de que nadie debe comer cebolla ni ajo durante la semana, de que las mujeres sólo deben usar ropa interior de color  carne, y no de algodón, porque se arruga, y de que los hombres, que bajo ningún concepto pueden dejarse crecer un poco la barba,  deben ponerse zapatos serios, de los que hay que ponerse con calzador…  Y otros mil detalles de los que no puedo reírme porque representan otros tantos ataques contra la autonomía personal. Es que da asco, realmente.

viernes, 10 de diciembre de 2010

HACIA UNA UNIVERSIDAD CLASISTA


    El conservador Cameron acaba de imponer una tremenda elevación de las tasas universitarias.  Los estudiantes británicos tendrán que pagar hasta diez mil euros por curso, lo que, como se comprenderá, está causando protestas, algunas de tintes salvajes. La medida de Cameron no es sólo una medida anticrisis. Forma parte de una estrategia que hiela la  sangre,  por varios motivos.  En primer lugar, porque es darle la patada al proyecto Ilustrado; en segundo, porque apunta claramente a favorecer a los estudiantes “de buena familia”; en tercero, porque obstaculiza la movilidad social en sentido ascendente por el camino del estudio; en cuarto porque somete la universidad a criterios económicos; en quinto, porque forma parte de una intervención de ingeniería social, encaminado al restablecimiento de una sociedad basada en el viejo truco medieval de que unos tengan acceso al conocimiento y otros no. Náuseas es lo que me da. Asistimos a un  cambio de época al socaire de la crisis, a un cambio incubado desde hace tiempo por los cerebritos de la escuela neoliberal. ¡Cómo se ve que ya no hay que presumir de tener mejores escuelas y universidades que los comunistas! ¡Cómo se ve que, puestos a hacer recortes,  lo que se lleva es aprovechar para redefinir los objetivos sociales, a costa de los más débiles. No seré yo quien celebre una universidad clasista.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

NOTICIAS DEPRIMENTES

     Leo que los irlandeses han visto esfumarse los dineros de su seguridad social, devorados por la crisis. Veo que Obama opta por seguir en la línea de Bush, rebajando los impuestos a los ricos, supuestos creadores de riqueza. Veo que Zapatero elimina de un plumazo el salario, de por sí mísero, a los parados. Veo que los controladores aéreos dejan plantados a los pasajeros y me veo haciendo un esfuerzo para entender sus motivos, oscurecidos por la ira que han concitado sobre sí mismos con su desconsiderado proceder. Al final no me creo las razones del gobierno ni las de los controladores, lo que ya es indicio de desconfianza generalizada.
    Me entero de que las altas autoridades europeas han rechazado prolongar las bajas por maternidad, a pesar de la luz verde de los expertos. Oigo a Aznar decir algo así como “menos pensiones y más trabajo”.  Vuelvo a leer el documento Transforma España y me quedo en un estado intermedio entre el llanto y el cabreo. Oigo que el FMI aplaude los recortes de Zapatero, un hombre sumamente astuto desde el punto de vista de los norteamericanos. Parece que ha gustado mucho su intención de privatizar algo de lo poco que queda.
    Oigo a Vargas Llosa arremeter contra la democracia de Bolivia y de Nicaragua, como si otras fueran perfectas.  Constato que el proyecto europeo, reducido a la mínima expresión por el imperio de los buhoneros, hace agua por todas partes, mientras la señora Merckel se remite insípidamente a los valores judeocristianos. Me entero de la detención de Julian Assange, cuyas buenas intenciones empiezan a ser cuestionadas sistemáticamente, por un supuesto delito de violación y otro de abusos. Hay quien, a cara descubierta y con un lenguaje de épocas que creíamos pasadas, reclama la eliminación física de Assange. Por mucho que me estruje el cerebro, no veo nada positivo en todo ello. Hemos entrado ya en una fase oscura, no sólo en el plano económico.