WikiLeaks (vía Público) acaba de destapar una
prueba bien gorda de que las cosas pintan muy mal. Nada menos que cincuenta países, entre ellos algún paraíso
fiscal para mayor recochineo, han acordado ya, con el mayor sigilo, el Trade
in Services Agreement (TiSA), que luce como una jugada maestra del
neoliberalismo para acabar con cualquier compromiso residual con eso que antes
se llamaba el bien común.
Todo
será liberalizado a mayor gloria de las grandes empresas y de los peces gordos
de las finanzas. La cosa llega hasta el punto de que estos se protegen contra cualquier intento de regulación
encaminada a impedir desmanes como el de Lehman Brothers, en lo
que cualquiera puede advertir una señal de que se repetirán.
Si
no fuera por Wikileaks ni siquiera nos habríamos enterado de esta jugada que
influirá directamente sobre nuestras vidas y las de nuestros hijos y nietos, y
sobre la salud del sufrido planeta en que habitamos. El Tratado de Comercio e
Inversiones EE UU/UE (TTIP, según
sus siglas inglesas) se está urdiendo en secreto con la idea de que sea más o
menos presentable, el TiSA ni eso. La soberanía quedará doblemente maniatada a los intereses globales y la democracia reducida a una
mascarada.
Este es, amigos, nuestro problema,
el problema de nuestro tiempo: la derecha neoliberal-neoconservadora, que no
tiene un pelo de liberal en el sentido político del término, que no es
conservadora en el sentido de antaño, posee una agenda oculta de muy largo
alcance. De hecho, aspiraba a mantener en secreto el TiSA durante al menos
cinco años más, el tiempo necesario para implementar las medidas accesorias y
pillarnos a todos desprevenidos, supongo que todavía enredados en vanas discusiones sobre
el TTIP.
Y
WikiLeaks revela que España figura entre los urdidores y signatarios del TiSA… ¿En
qué clase de tenidas de altos vuelos se ha decidido nuestro destino? ¿Quiénes, amos y técnicos, han
participado, con nombres y apellidos? ¿Quiénes han participado por parte del
PSOE y del PP? ¿Ha tenido noticias
el rey de lo que se tramó a puerta cerrada?
Solo sé que esta pieza de convicción explica sobradamente no
pocas cosas raras que han pasado en los últimos tiempos, desde el sucio
artículo 135 malmetido en nuestra Constitución con nocturnidad y alevosía hasta
la forma arrogante de socializar las pérdidas y la entera política
económica del gobierno.
Es evidente que este gobierno vendido, estando en el ajo,
alineado con los intereses que han conducido al TiSA, ha operado en todo momento en función de esa agenda oculta. Obró sobre seguro, sintiéndose exonerado del
deber de velar por el bien común y autorizado a arrojar por la borda todos los
imperativos relacionados con la cohesión social, imperativos despreciables desde la óptica del Tisa. Ahora se entiende la seguridad
con la que inviste sus declaraciones en el sentido de que las cosas se están
haciendo de manera inteligentísima, por no haber otra opción… ¡Acabáramos! Claro, el gobierno sabía lo que nosotros ignorábamos, pobres imbéciles, y solo él estaba capacitado para orientarse en el terreno de juego... Basta un somero análisis para comprender que todas las medidas lesivas para el interés general se encuentran en la agenda neoliberal
del TiSA.
del TiSA.
No es extraño que, aparte de Público, ningún otro medio español se haya
hecho eco de la terrible revelación de WikiLeaks. Defiende el TTIP, encubre a
los brujos del TiSA y serás salvo. Y si no, ya sabes.
Termina uno por entender este ambiente enrarecido. La derecha salvaje de
ahora sabe que no puede ofrecernos nada, calla lo que sabe, nada dice sobre su
agenda verdadera, sobre su hoja de ruta, a sabiendas de que la gente se la
tiraría a la cara. Y por el otro lado, tenemos a la izquierda emergente sin una
agenda clara, porque con semejante oponente real no hay quien sea capaz de
llamar pan al pan y vino al vino.
No
por casualidad esta izquierda ha empezado por tranquilizar a los poderes
fácticos nacionales e internacionales con un suave “no temáis” y exponiendo un
programa de mínimos, encaminado a poner fin a los desahucios y al hambre, esto
es, sin ánimo de romper la baraja.
Esto cuando esa derecha tiene un programa de máximos, totalmente
antidemocrático, inmundo todo él y
ya en fase de cumplimiento brutal.
Claro
que sería estúpido romper la baraja cuando solo se cuenta con el poder de la
razón y de las urnas, cuando además eso ya está hecho, a la chita callando, por
parte de la armada neoliberal. Llegados a este punto, vaciada de sentido la
democracia por el juego de los poderes en la sombra, paradójicamente solo la
democracia puede protegernos un poquito contra la pérdida de libertades y derechos.
O esos señores del TiSA no habrían tenido que recurrir a reuniones secretas
como unos vulgares asaltantes de caminos.
La situación es gravísima, tanto que
nuestros actuales debates sobre posibles pactos municipales y autonómicos lucen como una un fenómeno muy
secundario, quizá una mera
distracción. La confrontación que
se avecina deja pequeños los acontecimientos vividos. Está en juego nuestro
porvenir y, desde luego, el de Europa, en estos momentos totalmente pervertida,
tan alejada de su ideal democrático que me da náuseas. Cuánta razón asiste a
Alberto Garzón, que acaba de publicar el único artículo en el que he visto
reflejada una comprensión cabal de la situación y de la correlación de fuerzas.
Se titula La unidad popular es el único
camino: lo recomiendo encarecidamente. (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=199566)…
Si al escribirlo hubiese podido
tener sobre su mesa el asunto del TiSA no le habría salido más redondo.