He recibido unas cuantas cartas en
las que se me reprocha lo que escribí en la nota precedente, también la alusión a que Gadafi había cumplido la promesa de morir en su tierra. Se me hace saber
que los libios se han librado de un tirano, que lo están celebrando, que ahora
son libres, que la comunidad internacional ha obrado de manera intachable. Y
tengo que reafirmarme en lo dicho, punto por punto.
En particular, tengo que redoblar mi repulsa sobre lo sucedido, con las nuevas evidencias. El linchamiento de Gadafi fue aún peor, si cabe, de lo que pareció en un primer momento, porque no sólo fue asesinado. También fue salvajemente torturado. Y resulta que su hijo Mutassim también ha sido asesinado, al parecer a manos de la misma jauría. Todo esto es inaceptable y hay que exigir a las Naciones Unidas que tome cartas en el asunto con la mayor seriedad y prontitud. Es inútil buscar disculpas en tales o cuales presuntos crímenes de Gadafi y de su hijo. Inútil. Tomarse una cosa así a la ligera sería tanto como abdicar de nuestra condición de seres humanos. Quede claro.
Nótese que esto no ha ocurrido en un oscuro callejón. El mundo entero –niños incluidos– ha podido verlo. Si no se hace nada al respecto, ¡qué inmensa vergüenza, qué deshonra para la humanidad! Y nótese que tras Gadafi y su hijo... hay miles de libios en situación de riesgo.
En particular, tengo que redoblar mi repulsa sobre lo sucedido, con las nuevas evidencias. El linchamiento de Gadafi fue aún peor, si cabe, de lo que pareció en un primer momento, porque no sólo fue asesinado. También fue salvajemente torturado. Y resulta que su hijo Mutassim también ha sido asesinado, al parecer a manos de la misma jauría. Todo esto es inaceptable y hay que exigir a las Naciones Unidas que tome cartas en el asunto con la mayor seriedad y prontitud. Es inútil buscar disculpas en tales o cuales presuntos crímenes de Gadafi y de su hijo. Inútil. Tomarse una cosa así a la ligera sería tanto como abdicar de nuestra condición de seres humanos. Quede claro.
Nótese que esto no ha ocurrido en un oscuro callejón. El mundo entero –niños incluidos– ha podido verlo. Si no se hace nada al respecto, ¡qué inmensa vergüenza, qué deshonra para la humanidad! Y nótese que tras Gadafi y su hijo... hay miles de libios en situación de riesgo.