He oído decir que ir a la huelga el día 29 no es patriótico, que lo
patriótico es trabajar ese día… No he podido quedarme callado y ha habido una
discusión. Me ha sido dicho, acaloradamente, que el derecho de huelga
debería ser regulado, léase limitado, de acuerdo al capricho de la CEOE. La
discusión ha subido de tono, tanto que ha sido mejor darla por terminada, e
incluso por no sucedida.
Ya sé que algunos de nuestros primates se verían muy complacidos si las
huelgas fueran imperceptibles, si las manifestaciones no ocasionaran ni la
menor turbulencia, si el llamado cuerpo social encajase todos los golpes como
un saco de arena y no como un ser vivo. Pero no sé como pueden ser tan
arrogantes, tan brutos. ¡A estas alturas de la historia! Y les diré que hacen muy mal cuando se atreven
a apelar al patriotismo, pues, planteadas las cosas en términos patrióticos, ellos
mismos tendrían que declararse en huelga también, y dejar de actuar al dictado
de poderes supranacionales a los que el bien común les importa un bledo.
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