La
Academia sueca acaba de otorgar el Nobel de Economía a este profesor del London
School of Economics, una nueva indicación sobre lo mal que van
las cosas y sobre lo que nos cabe esperar.
Interrogado sobre el caso español, con sus cinco millones de parados, el
sabio sentencia que nuestros males se remontan... a los años setenta y ochenta, en
los que, según él, se cometió el error de dar demasiado dinero a los obreros y
demasiado poder a los sindicatos. Suena como música celestial en los dominios de la CEOE y del Comité del Dolor formado por
banqueros, financieros y grandes empresarios. Ahora resulta que los culpables
de la crisis hemos sido nosotros, los trabajadores, y los blandengues que nos
han agasajado con derechos y salarios a todas luces inmerecidos. Sinceramente: hay que tener mucha jeta para decir una cosa así.
Parece mentira, pero a principios del
siglo XXI estamos a punto de vernos reconducidos a los parámetros capitalistas
del siglo XIX. Este Pissarides, por ejemplo, haría un buen papel al frente de
una plantación de esclavos. A juzgar por la simpleza de sus
planteamientos, no creo que
llegase a tener, ya metido en faena, eso que antes se llamaba mala conciencia.