Los dos tratados secretos, urdidos a espaldas de la ciudadanía, nos
sitúan ante la dolorosa evidencia de que el neoliberalismo se dispone a rematar
una jugada criminal iniciada hace muchos años, largamente ensayada desde los
tiempos de Suharto. La agenda oculta del establishment
local y mundial ha quedado al descubierto, a su pesar, como indeseable
filtración. Claro que hará un gran esfuerzo propagandístico para hacer creer a
las buenas gentes que el TTIP es la salvación, él único camino para relanzar la
economía, pero a sabiendas de que salvo por los tontos no será creído. Ni él se
fía de la operación, de ahí el misterio y el tratado de doble fondo.
Las
cartas están echadas. El citado establishment
no recula ni reculará ante el sufrimiento de los pueblos y no tiene el menor
propósito de enmienda. Como no será que
en el TiSA establece que de ningún modo se aceptarán regulaciones encaminadas a
impedir la repetición de la locura que nos metió en la crisis.
Quienes
creyeron que los amos del cotarro aprendieron algo de las trapacerías de Lehman
Brothers y similares, quienes se desgañitan pidiendo cordura y que se pongan
límites al capitalismo salvaje, que se ponga fin al austericidio, llegan a
producirme conmiseración, precisamente porque los comprendo. Pero si creen de
verdad, por acertados cálculos, sentido de futuro y una comprensión profunda de
los fenómenos políticos y sociales, si creen de verdad que lo que pasa es fruto
de la cerrilidad, se equivocan. Los hechos acreditan otra cosa bien distinta.
Tras
la aparente cerrilidad opera una maldad sin límites, la lógica del poder
económico en estado puro. Ernst Nolte vio venir algo así tras la caída de la
Unión Soviética, seguro de que tan formidable evento alteraría profundamente la
esencia del capitalismo hasta entonces vigente. Y ahora estamos viendo y sufriendo
lo que él vio venir de puro resabiado.
La
crisis que actualmente padecemos no es una simple crisis al viejo modo. Porque,
haya sido provocada a conciencia o sin ninguna conciencia, el hecho es que está
siendo astutamente aprovechada para abatir todos los obstáculos que se alzaban
en el camino de los pactos que hoy conocemos bajo el nombre de TiSA y TTIP.
Todos los pasos que se han dado bajo el nombre antaño progresista de “reformas”
han ido en la dirección de estos acuerdos. Noticias aparentemente
inexplicables, como la negativa de Bruselas a reconocer que el glifosato de
Monsanto es altamente cancerígeno, contradiciendo descaradamente el dictamen de
la OMS, se entienden a la luz de esos
acuerdos secretos.
Lo
mismo se puede decir de los pasos “reformistas” dados en nuestro país, desde el
puntapié en la cara de los dependientes, el recorte de las pensiones, la
reforma laboral o las privatizaciones. Nada de esto ha sido hecho solo para
ahorrar y robustecer la economía. De lo que se trata es de cambiar el
modelo de sociedad, paso a paso, para irlo ajustando a las estipulaciones del
TiSA y del TTIP. Estamos ante una obra de ingeniería social, nada menos, tan
maquiavélica como hobbesiana.
Mientras escribo estas líneas no sé cual será el desenlace de las
negociaciones con Grecia. Pero acabo de enterarme de lo que se exige a los
griegos, ya pasados por la picadora neoliberal antes de la llegada de Syriza al
poder. Veamos: para seguir en el
sistema, se les exige que eliminen
la subvención a los pensionistas de bajos ingresos, un recorte general de
pensiones, una subida general del IVA, hasta el 23 por ciento, esto para
productos como los medicamentos y la electricidad. También se les exige que
privaticen el operador de la red eléctrica, todavía en manos públicas, que
privaticen los puertos del Pireo y Tesalónica, el operador de
telecomunicaciones, la empresa de petróleo… Justo lo que les interesa a los
genios rapaces del TiSA y del TTIP. El chantaje no puede ser más brutal.
Con
la particularidad de que si los griegos ceden no sacarán nada en limpio, aparte
de un crudelísimo aumento de la pobreza, pues aquí solo se trata de que el país pague a sus acreedores, haciéndoles
graciosa entrega de sí mismo. Lo que está previsto que hagamos nosotros, los
españoles, en su debido momento, según establece el maldito artículo 135 de la
Constitución. Si a los chantajistas no les importa un bledo el pueblo griego,
menos les importa que se vaya al carajo Syriza y el entero sistema político del
infortunado país. Tomemos nota.
Viendo lo sucedido en Grecia podemos visualizar el feo panorama. Los dos
buenos alumnos de los amos del cotarro, señores Samaras y Venizelos, ni
llegando a un antipatriótico entendimiento, lograron mantenerse en pie. No hay
más clara advertencia a los partidarios españoles de un gobierno de coalición
PP/PSOE. Y claro que Syriza, atada al potro de tortura de la horda neoliberal,
no puede ni moverse, lo que representa una advertencia a las fuerzas
alternativas.
Dicha horda no está dispuesta a negociar.
Solo le interesa su agenda oculta y dispuesta está a devolvernos a patadas al
estrato más inhabitable del Tercer Mundo. A juzgar por que se sabe del TiSA
y del TTIP, falta un buen trecho para que nuestro país se ajuste exactamente a
lo que se espera de él. Lo que quiere decir que habrá más recortes y ajustes. Estamos
tratando con chantajistas.
Por
eso me resulta tan patética la actitud del gobierno tanto de puertas para
adentro como de puertas afuera, en Europa. Cree que si cede, será salvo,
bendito por los poderes, sin imaginar siguiera que al ceder no solo cava su tumba,
sino la del país también. Lo peor que se puede hacer ante un chantajista es
ceder a sus demandas. Pues no está en su naturaleza darse por satisfecho jamás.
Ahora
le oigo decir a este gobierno que
es espantoso que el PSOE se “radicalice”… Rajoy ha dicho y repetido que no está
dispuesto a modificar un ápice su política económica. Ya cruzó su particular Rubicón. Por eso sólo parece
dispuesto a ofrecer algún cambio de peones. De Guindos, por ejemplo, es un buen
candidato para presidir el Eurogrupo… El ex Lehman Brothers puede apuntar tan
alto como quiera, faltaría más y cualquiera puede verlo como trujamán
especialmente capacitado para implementar tanto el TiSA como el TTIP. Sería un gran avance recibir las Instrucciones redactadas en
castellano...
Y nótese que Rajoy le aconseja a Pedro Sánchez que “se vaya adaptando a las decisiones que corren por Europa”. Es una manera de decirle en plan críptico que se atenga al guión del TiSA y del TTIP y que le ayude imponerlo. No quiere verse solo en el papel de verdugo y vendepatria, en ese papel de miserable quisling posmoderno que ya abrazó a puerta cerrada. Como en este país ya se sufre hambre, como los amos del cotarro que le han adjudicado ese papel tienen la catadura moral de un virus, las consecuencias son previsibles.
Y nótese que Rajoy le aconseja a Pedro Sánchez que “se vaya adaptando a las decisiones que corren por Europa”. Es una manera de decirle en plan críptico que se atenga al guión del TiSA y del TTIP y que le ayude imponerlo. No quiere verse solo en el papel de verdugo y vendepatria, en ese papel de miserable quisling posmoderno que ya abrazó a puerta cerrada. Como en este país ya se sufre hambre, como los amos del cotarro que le han adjudicado ese papel tienen la catadura moral de un virus, las consecuencias son previsibles.