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viernes, 13 de julio de 2012

LOS HACHAZOS DE RAJOY

   Ha sido muy feo  que los diputados del PP aplaudieran este alevoso ataque contra la línea de flotación de millones de ciudadanos, un ataque que se suma a los ya realizados, y que preludia otros muchos. Estamos, pura y simplemente, ante una socialización de las pérdidas, una especie de mal hábito de la Bestia neoliberal.  Todo ello acompañado por una sucesión de sofismas y embustes que es de pésimo gusto aplaudir.
    Y ha sido vomitivo que la diputada del PP Andrea Fabra gritase, con entusiasmo y desprecio, “¡que se jodan!”, cuando el presidente anunció el hachazo a la asistencia a los parados (http://www.elplural.com/2012/07/12/que-se-jodan-el-grito-de-una-diputada-del-pp-cuando-rajoy-anuncio-el-recorte-del-desempleo/). E ilustrativo, porque su grito deja al descubierto una forma de ser  francamente repulsiva, ya expresada hace treinta años por el profesor Schwartz con la exclamación “¡que se mueran de una vez!”, bien que referida no sólo a los parados sino a los obreros en general. Neoliberalismo en estado puro, con el alma descubierto, más propia de un saurio que de un ser humano. La explicación del propio Rajoy sobre que los recortes servirán de incentivo para que los parados busquen trabajo es un lugar común, algo mil veces oído en los ambientes neoliberales, muy dados a repetir el mismo mensaje hasta el aburrimiento, en plan doctrinario. No es de recibo.
   ¿Acaso Rajoy ha estado muy valiente y el PP imbuido de un grave sentido de la responsabilidad? No, en absoluto, por mucho que aplaudan los señores diputados y aunque lleguen parabienes desde Bruselas.  Ensañarse con la parte más débil de la población no es de valientes ni de personas responsables. Y menos cuando se juega desvergonzadamente a favor de una oligarquía cleptocrática dispuesta a salirse con la suya, a irse de rositas, y a seguir medrando a costa del esfuerzo colectivo.
    Hasta suena como una provocación que se hable de “ahorrar” 65.000 millones de euros, cuando se trata simplemente de tapar agujeros a mayor gloria de una pirámide de Ponzi en fase de derrumbe.
    Empezaremos a hablar de valentía y de responsabilidad cuando el gobierno se enfrente a la Bestia neoliberal, cuando meta en cintura a los oligarcas de dentro y de la cara por nosotros ante los oligarcas de fuera, cuando acabe con las Sicav, cuando deje a la gente en paz y obligue a tributar seriamente a los tiburones, cuando meta las tijeras en los fondos destinados a armamentos que no necesitamos, cuando transfiera a los creyentes el sostenimiento de la Iglesia, etc.
    ¿Qué es lo que revelan estos recortes y las pseudojustificaciones y el horrible grito de la señora Fabra? La instalación entre nosotros del darwinismo social, capaz de embotar la conciencia hasta el punto de que no hay ningún problema en recortar las prestaciones a los parados y a quienes ya no pueden valerse por sí mismos... mientras se mantiene en la gloria a los muy ricos, a fuerza de increíbles "préstamos".  Se ha volatilizado el sentido de la justicia, juntamente con el sentido de la solidaridad. Ya sabemos cuál es el mandamiento único del darwinismo social. Sofismas aparte, hablando claro, dice así: “El pez grande se debe comer al mas chico”. ¡Es tan natural! Pero no deja de ser curioso que nos lo imponga un partido que se reputa cristiano, defensor de “los valores”…
    ¿Y lo de quitarle la paga de Navidad a los empleados públicos? Dicha paga la estableció el falangista José Antonio Girón, de modo que, ¿por qué seguir pagando algo tan anacrónico? Unos meses más, y el PP, en plan nada conservador, terminará de cargarse el modesto Estado social heredado del franquismo.
      Es práctica común de los neoliberales  arrojar montañas de basura sobre la función pública y faltarle al respeto al funcionario, supuesto holgazán (casi tanto como el parado) y atizar contra él los malos sentimientos de quienes viven en la mayor inseguridad. Siempre con la idea de moverle el suelo, de llevarle a una situación límite, lo que entra dentro de los preparativos tácticos para la privatización de los servicios. Ahora será despojado de su paga navideña (esto a sabiendas de que para muchas familias es imprescindible para mantenerse a flote). Lo que prepara el camino para arrebatársela al resto de los trabajadores.
    Mal asunto cuando un gobierno trata con desconsideración a sus funcionarios, sean profesores, médicos, policías, asistentes sociales  o soldados. Y malísimo cuando lo hace para mejor servir a los señores del dinero. Y en nuestro país, dadas sus particularidades, un asunto pésimo.
   Como si viviéramos en Las Vegas, al PP sigue terne en su cruzada neoliberal contra el Estado, con la vista puesta en transformarlo en un Estado mínimo o directamente hueco. No hay otro misterio. Me refiero, claro es, a un Estado incapaz de proteger a sus ciudadanos, pero sí muy capaz de exprimirlos según convenga a las oligarquías locales y de más allá.