En
agosto de 2011, por la puerta de atrás, el señor Zapatero se puso de acuerdo
con el señor Rajoy para lo que yo considero una repulsiva manipulación del
texto constitucional, concretada en el artículo 135, por el cual se santifica
lo que ellos llaman “estabilidad presupuestaria”, que no es otra cosa que
asumir el mandato de dejar el déficit del Estado prácticamente reducido a cero,
a lo que se añade el compromiso de pagar a los acreedores extranjeros en primer
lugar, aunque ello implique hundir en la pobreza al conjunto de la ciudadanía.
El artículo me produce náuseas, por la forma en que fue injertado en la
Constitución, sin atender a las formas ni a la coherencia que esta debe
forzosamente tener, y por su contenido, ciertamente odioso, por antisocial y
antipatriótico.
Ahora el
señor Zapatero nos dice, en una entrevista concedida a El País, que la suya fue una “iniciativa cautelar” y que si no la
hubiera tomado España habría sido entregada a un gobierno tecnocrático,
presidido por un Monti… ¡Válgame Dios! Preguntado sobre si la “iniciativa
cautelar” de marras le fue impuesta desde fuera, contesta que fue de su propia
cosecha, “completamente autónoma”. Con lo que queda convenientemente ocultado
el oscuro poder que nos chantajeó, obviamente decidido a seguir chantajeándonos
de aquí a la eternidad.
Se
concluye que, al tiempo que cedía a instancias ocultas, poniéndonos a los pies
de los caballos, el señor Zapatero se puso a cubierto de que dichas instancias antidemocráticas
le segaran la hierba bajo los pies. A lo que hay que añadir que, para la salud
de nuestro régimen constitucional habría sido mejor que diese la cara por
nosotros y obligase a dar la cara a quienes han decidido hundirnos en la miseria. Y por cierto
que si el PSOE sigue tolerando ese artículo infame, no habrá renovación que
valga. La famosa “izquierda responsable” acabaría retratada como la izquierda más
servil de todos los tiempos.
VALGAME DIOSSS!
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