La
persecución de menores de edad es signo de inconcebible perversidad. Y he aquí
que en Turquía es muy común detener a menores y acusarlos de terrorismo,
exactamente como si fuesen adultos, lo que puede acarrearles condenas de hasta
cincuenta años de cárcel. El caso de Beriván: iba a visitar a unos tíos cuando
fue detenida, acusada de lanzar piedras. Luego, tras algunas comprobaciones, se limitaron a acusarla de
asistencia a una manifestación ilegal y de propaganda tenebrosa, cayéndole
encima ocho años de condena. Aborrezco al sistema de poder que la ha juzgado y
condenado. ¡Libertad inmediata para Beriván! (http://www.cuartopoder.es/terramedia/2-600-ninos-cumplen-penas-en-las-carceles-turcas/318).
No hay comentarios:
Publicar un comentario