Con motivo de la XXI Cumbre Iberoamericana que tiene lugar
en Asunción, Paraguay, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha tenido una actuación digna de elogio:
se negó en redondo a escuchar el discurso de Pamela Cox, vicepresidenta para América
Latina del Banco Mundial y cuestionó la participación de Ángel Gurría,
secretario general de la Organización y el Desarrollo Económico.
En opinión de
Correa estas personalidades, que forman parte de las burocracias que se han
dedicado a chantajear a los Estados latinoamericanos, nada pintan en esta
cumbre.
Correa ha hablado claro y su gesto lo ennoblece. Nos hacen falta muchos
Correa. He aquí un presidente digno, ilustrado, que no se parece nada a los quisligs y vendepatrias que nos han conducido al presente desfiladero. Yo le aplaudo.
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