domingo, 18 de abril de 2010
EL CASO DE ALEXA GONZÁLEZ
Ya
me referí al caso de Alexa, una niña de 13 años que fue arrestada, esposada y conducida
a la comisaría por el espantoso delito de haber dejado constancia en su
pupitre, con rotulador lavable, de su afecto por dos compañeras de clase. No sé qué se consideró peor, el
atentado contra el pupitre o la frase “y love Pepita and Menganita”. La niña,
tras dos horas en comisaría, se pasó dos días seguidos vomitando, lo que
figura en la demanda que su madre ha interpuesto contra la policía de Nueva York
y contra los responsables de Educación, por daños y perjuicios. Así nos enteramos de que este no ha sido
el único caso. Estoy incondicionalmente de parte de Alexa y a duras penas puedo
contener el asco que me inspiran los partidarios, cada vez más numerosos aquí
como allá, de apelar a la “mano dura” para encubrir los problemas de la gente
menuda.Seguiré informando.
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Los padres o maestros carecen muchísimas veces de la inocencia, de la capacidad, del afecto necesario, de la sensatez y de la inteligencia suficientes para tener "el valor de educar" a los más pequeños, que diría Sabater. Terrible historia la que cuentas de la pequeña Alexa...
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