lunes, 12 de abril de 2010

¿QUIÉN PAGARÁ EL PATO?

  Estamos metidos en una crisis de pésimo pronóstico, por lo que, más que nunca, los ciudadanos del montón debemos estar en guardia, ante la eventualidad de que el “sindicato de intereses” (banqueros, financieros, burbujistas, etc.)  nos obligue a pagar el pato mediante una sucesión de chantajes mucho peores que los padecidos hasta la fecha.
    Las llamadas a la austeridad y las predicaciones a favor de la flexibilización del mercado laboral, las rebajas salariales y los recortes del Estado de bienestar, aunque ya clásicas, están de moda. Se trata, se masca en el aire, de preparativos para una acción encaminada a que paguemos  el pato sin chistar.  
   Nótese que ni por descuido se habla de meter mano a las arcas de los acaudalados (por ejemplo a las misteriosas Sicav). Tampoco se habla de limitar los gastos militares, ya comprometidos, ni menos de poner fin a la escalada de gastos suntuarios o futbolísticos.  Aquí, nos dicen, el problema es el Estado de bienestar, acerca de cuyo consensuado raquitismo no se considera oportuno decir ni pío.
   Por lo visto, aquí nadie ha traficado ni traficará con el sudor ajeno y nadie, salvo nosotros,  ha hecho el loco y merece castigo. De donde resulta que los mileuristas, los pensionistas y los parados, tanto los que tienen esperanza de trabajar como los que no, se verán racionalmente forzados a apretarse el cinturón…  Ante todo, la sostenibilidad del Sistema y dar aire los “creadores de riqueza”, campeones de la justicia social.
   Se pueden decir muchas tonterías, pero no nos llamemos a engaño: lo que está en juego es la propia salud del sistema democrático en que habitamos, pues si éste se limita a servir al sindicato de intereses,  veremos evaporarse su legitimidad de la noche a la mañana. Es de lamentar que los que nos hablaron del fin de la historia se hayan creído su propio cuento. 

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