viernes, 14 de octubre de 2011

EL CASO FIDALGO

    José María Fildago, hasta hace poco secretario general de CCOO, todavía miembro de su Ejecutiva y del Consejo Confederal, se ha pasado al Partido Popular y se rumorea que podría ser el próximo ministro de Trabajo.
    Está de moda decir que derecha e izquierda son conceptos anticuados, y el caso puede servir  para que no nos quedemos completamente ciegos.
   Porque no estamos ante una traslación sin importancia: el flujo va –siempre en la línea del mínimo esfuerzo y de la máxima gratificación– de izquierda a derecha, y no al revés...   
    No ha sido un pequeño  éxito por parte de los agentes de la revolución de los muy ricos haber amaestrado a los sindicatos y haber contribuido a que se vean desacreditados ante los propios trabajadores. La operación ha salido tan bien que ya se puede fichar, con toda naturalidad, al señor Fidalgo, quizá sin que él mismo  y sus compañeros de la Ejecutiva se den cuenta del significado de esta traslación, del descrédito que proyecta sobre el sindicato, sobre todos los sindicatos y sobre el sistema político en sí mismo.
   A  juzgar por la indignación reinante,  nótese que de forma clamorosa se exige  de los representantes un mínimo de respeto por sus  representados y también  –¡a ver si se enteran!– por lo representado.

1 comentario:

  1. Entiendo su estupor, Sr. Penella, pero quizás ha obviado en su breve análisis algunos datos que considero de cierta importancia.
    1º En España sólo el 15% de los trabajadores está representado por los sindicatos de clase (CCOO y UGT, básicamente).
    2º A pesar de lo anterior, se arrogan, los gobiernos (del PSOE, PP y UCD) les han dado, la potestad de ser y ejercer de "agentes sociales", dejando en los acuerdos sindicales a un 85% de los trabajadores españoles, entre los que me encuentro, desamparados.
    3º El prestigio de los sindicatos en España es cercano a cero. Su papel en la actual crisis, cuando más gente hay en el paro y más familias trabajadoras sufren, UGT ha mirado para otra parte mientras sus amos, desde Ferraz (y a veces desde Moncloa) firmaban Decretos, reales decretos y similares que en nada aligeraban el peso de aquellos.
    4º Por tanto, el hecho del que el Sr. Fidalgo pueda, desde un Consejo de Ministros, luchar por los derechos de TODOS los trabajadores, también de ese 85% siempre olvidado, me parece bien.
    5º De su comentario parece deducirse que el Sr. Fidalgo no tiene voluntad y actuará según los dictados de Génova. Yo, de Génova, no tengo motivos para fiarme, pero del Sr. Fidalgo, si.
    6º Izquierda y Derecha siguen siendo, y ya lo eran e tiempos de Ortega, una hemiplejia moral. Vanas etiquetas que esconden los intereses de sucias oligarquías. Nada más.
    Un saludo afectuoso.
    Abu

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