viernes, 13 de noviembre de 2009

DISCIPLINA, SACRIFICIOS Y AUSTERIDAD

Cuando nada serio se ha hecho para salvarnos a nosotros de los efectos de la devastadora crisis en curso, he de admitir que me producen una gran irritación las voces que nos invitan a aumentar al máximo nuestra disposición a apretarnos el cinturón y a llevar una vida sacrificada, metódica y responsable.

Las que se ceban en el “hedonismo” de los muy jóvenes, como ni necesitasen algún correctivo, me irritan en grado indecible.

Porque, amigos míos, no es este hedonismo ni tampoco nuestra indisciplina y nuestro egoísmo lo que ha causado este desastre. Es absolutamente falso que nosotros nos hayamos dado la gran vida en los últimos años, es falso que hayamos tirado la casa por la ventana por vivir como insensatos, es falso que carezcamos de valores y de disciplina, es falso que hayamos estado holgazaneando, es falso que hayamos vivido principescamente sin dar palo al agua, es falso que hayamos vivido incrustados como ladillas en los pliegues de no sé qué Estado de Bienestar malsano… Ya sé que la crisis no se cebará en quienes se la tienen merecida, pero ésta es otra historia.

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