El belga Herman van Rompuy ha sido elegido presidente de la Unión Europea; la baronesa Catherine Ashton es la nueva “alta representante de política exterior y seguridad común”.
Los ciudadanos europeos no los hemos elegido, no los conocemos; no sabemos qué cabe esperar de ellos, ni menos aún ante quienes tienen que responder por sus actos. Se trata de nombramientos digitales, resultado de misteriosos conciliábulos. Que tal cosa suceda a en Europa –¡a principios del siglo XXI!– es algo que debería avergonzarnos. ¿Qué clase de juego es éste?
Democráticamente hablando, el proyecto europeo se encuentra bajo mínimos. Me da mala espina que los candidatos hayan aceptado sus respectivos cargos sin trazas de rubor. ¿Y la legitimidad?
Oportuna como siempre, tu reflexión. Es alucinante: los ciudadanos europeos nos hemos enterado por la prensa que tenemos un nuevo presidente. Fantástico. Igualito que en los países en desarrollo a los que financiamos costosos programas de reforma institucional. ¡Viva la representatividad!
ResponderEliminarLa UE tiene un gigantesco déficit democrático en sus estructuras. Cada vez tengo mas claro que si esta es la UE que quieren vendernos, yo me bajo del carro. Como envidio a los suizos, que se niegan a entrar en la UE para no sustituir su preciada democracia directa por un grupo de funcionarios en Bruselas.
ResponderEliminar¿Verdaderamente nos sentimos engañados? ¿Alguien espera que cuenten con nosotros para algo? Yo me desperté del sueño hace tiempo y no creo que ningún político se preocupe por otra cosa que no sea conservar su puesto y sus privilegios.
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