jueves, 25 de febrero de 2010

ESPLENDOR Y MISERIA DE LA ENERGÍA NUCLEAR

    Los partidarios de la energía atómica andan eufóricos estos días. El presidente Obama acaba de poner miles de millones de dólares del contribuyente al servicio de la causa. Nada más seguro y limpio que una central nuclear, nos dijo en el lenguaje acostumbrado.  No piensan lo mismo quienes viven cerca del reactor Vermont Yankee, expuestos a sucesivas fugas radiactivas. Sus representantes acaban de votar, por abrumadora mayoría, el cierre de la central.
    Los partidarios de un relanzamiento de lo nuclear, ya lo sabemos, no escarmientan en cabeza ajena. Nos hacen notar que la central de Vermont  es antigua, de 1972, y parecen no impresionarse ni lo más mínimo ante la noticia de que la torre de refrigeración  se encuentre en ruinas. Los oigo y parece que estuvieran despidiéndose de un coche viejo mientras ponderan las ventajas del nuevo. Nada les impresiona el hecho, revelado recientemente, de que veintisiete reactores hayan dejado escapar trititio, un isótopo radiactivo considerado cancerígeno, en distintos puntos del país.  Los de Vermont lo tomaban con el agua potable

No hay comentarios:

Publicar un comentario