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lunes, 18 de junio de 2012

ELECCIONES EN GRECIA


   La euforia de la Europa pudiente ante la victoria del conservador Samaras debe ser motivo de conmiseración. ¡Hay que ver la suerte que ha tenido Tsiparas! Un poco más, y gana, y entonces habría caído sobre él todo el enjambre, toda la basura mediática.
    Lo único que tiene que hacer el líder de Syriza es esperar sentado el previsible e ignominioso final del tándem Samaras-Venizelos, dos pecios políticos desde el punto hora en que tragaron con el chantaje en sustitución del deshuesado Papandreu.  Si logran formar lo que pomposamente se llama un “gobierno de unidad nacional” para mejor servir a “los mercados”, peor para ellos. El problema es el sufrimiento de los griegos, y desde luego,  algo que debería también mover a hacer algo serio: de seguir Europa por este camino, dará la razón  a personas verdaderamente extremistas, a las que ya me parece estar oyendo afilar las espadas. Lo de Amanecer Dorado no es una pequeñez. 
    A  todo esto, la formidable pirámide de Ponzi sigue viniéndose abajo a cámara lenta, y seguirá, hagan lo que hagan Samaras-Venizelos. 

domingo, 11 de marzo de 2012

GRECIA SEGUIRÁ HUNDIÉNDOSE

    He oído palabras de entusiasmo por  el resultado de las negociaciones encaminadas a la “reestructuración” de la deuda griega, por la mágica “quita” que supuestamente ha venido a salvar a Grecia y al euro del desastre. No seré yo quien suelte un suspiro de alivio, pues en vista de que, en última instancia, sólo se han salvado los intereses financieros, nuevamente a costa de la gente, con un alambicado sistema que permitirá a los bancos acreedores deshacerse de papeles sin ningún valor para recibir dinero fresco y toda clase de garantías con respecto a los nuevos papeluchos, veo el panorama negro. Grecia seguirá hundiéndose, y nosotros con ella.
    No por azar, se habla ya de las nuevas inyecciones de dinero que necesitará el infortunado país en el futuro inmediato, no para crecer sino para pagar a los usureros, lo que indica que el chantaje al pueblo griego está lejos de haber terminado. Y es preciso seguir de cerca lo que le sucede a este pueblo, para entender lo que nos pasa, pues, hablando seriamente, estamos en las mismas, en otro espacio, en otra fase, pero en las mismas.
     Se demuestra que las buenas gentes no cuentan para nada ante el imperio de los mercados, a los que se ha sumado Bruselas, en calidad de cómplice numero uno. Como proyecto político Europa está acabada, lo que me causa un dolor indecible. El caso griego, así como el nuestro, me recuerdan la genialidad de ciertos parásitos, capaces de dejar a un animal en los huesos sin llegar a matarlo, pues de él viven, bien entendido que ahora estoy hablando de parásitos que no han demostrado atenerse a ningún límite.
   ¿Qué pasará entonces? Pues lo que ya ocurrió en el pasado, tras la Gran Depresión.  Visto lo visto, ya al borde del estrangulamiento, ya cansados todos de esta galopada nihilista amparada bajo  la autoridad de Adam Smith, según la versión de Friedman, habrá quien vuelva los ojos hacia  Lenin, por la izquierda, y quien la vuelva, por la derecha, al mismísimo diablo. ¡Y con razón!  Tal es la necedad suicida de los dueños de la situación, hórreos de conocimientos históricos, y hasta creídos, por haberse tragado su propia milonga, de que la historia misma se  terminó hace unos años a su entera satisfacción. La historia acelera y las palabras sensatas sólo encuentran oídos sordos como una tapia. Que lo inteligente y lo europeo era no dar razones a esas regresiones extremas lo sabía cualquiera con dos dedos de frente, pero hay gente importante que tiene menos neuronas que un parásito.