La
terrible foto ha desaparecido, no soy capaz de encontrarla, pero no me la puedo
quitar de la mente. En ella se ve a un afgano barbudo ante un soldado que le
apunta con una cámara; otro soldado, con dos dedos, le está abriendo bien un
ojo, pues de lo que se trata es de fotografiarle el iris. Me parece estarlo
viendo. Me duele. No es que le estén haciendo daño: se procede con él como con
un niño pequeño al que hay que ponerle una inyección. La foto es en colores,
pero me trae a la mente fotos de
pesadilla, en blanco y negro, en las que se veía a unos tipos siniestros
midiendo cabezas y estudiando rasgos faciales de personas tratadas como cosas. Deberíamos
avergonzarnos.
miércoles, 17 de febrero de 2010
lunes, 15 de febrero de 2010
A VUELTAS CON LA EDAD PENAL
El
juez decano de Madrid, señor González Armengol, considera procedente rebajar la
edad penal hasta los trece años, de forma que los muchachos dejen de “campar a
sus anchas” por las calles, entendidas como academia de la delincuencia. Entre
sus argumentos a favor de la medida, nos pone ante un dato que yo desconocía:
en Suecia, con siete años de edad el sujeto se encuentra en edad penal…
Espero que la propuesta del señor González
Armengol no prospere y, por supuesto, que no se nos ocurra jamás imitar a los
suecos. Me parece el colmo que en lugar de atender las necesidades reales de la
infancia y de la adolescencia, francamente descuidadas, haya tanta gente maquinando
“soluciones” policiales y judiciales a los problemas humanos más elementales.
Ya lo dije: vamos hacia un mundo panóptico. Pero tenía la esperanza de que los niños se libraran de pagar el pato.
jueves, 11 de febrero de 2010
GRECIA, PAPANDREU Y LOS TIBURONES DE LAS FINANZAS
Los españoles tenemos buenos motivos para prestar atención al caso
griego. De momento, lo único que ha obtenido el mendicante Papandreu es un vago
compromiso de “apoyo político”. Como lo que menos le conviene a la Europa
pudiente es que Grecia acabe a las órdenes del Fondo Monetario Internacional,
con un previsible daño para el euro, ¿cómo es posible que no haya
recibido auxilio económico inmediato? ¿Acaso la Europa comunitaria no está en condiciones de echarle una
mano a Grecia? ¿O hemos de suponer que no quiere y que por eso se aferra a la letra pequeña del contrato de
adhesión a la moneda única?
Ya dije
que la Europa de los mercaderes tiene sus limitaciones… Y entre ellas figura la
incapacidad para hacer los deberes en el plano de la cohesión social. El plan
de ajuste que el socialista Papandreu va a imponer a los griegos para
satisfacer las exigencias del Sistema implica, como es obvio, el traslado a las
buenas gentes de la factura de la monumental juerga de otros, lo que empieza a
aparecer como lo que es: una costumbre de los juerguistas. Cuando Grecia se
encuentre totalmente postrada, cuando su suelo y su gente, quizá el Partenón
mismo, no valgan nada, entonces y sólo entonces se convertirá en un bocado apetitoso
para los señores inversores del mundo entero.
Ya
decía Himkelamert que el Tercer Mundo está creciendo en el espacio del Primer
Mundo. Vamos hacia un mundo de ricos sin nacionalidad y pobres sin fronteras,
sin lo que antes se entendió por clase media, demasiado cara de mantener o, mejor dicho, suculenta como alimento
para los tiburones. No hace
falta ningún adivino para predecir un desastre.
lunes, 8 de febrero de 2010
EL PRECIO DEL AIRE
Quienes hemos sido educados en la fe en eso que se llamaba progreso, tenemos la antenas muy finas, demasiado sensibles para estos tiempos extrañamente retrógrados. Hoy, por primera vez en mi vida, bastante larga, me he topado con un extraño aparato, con el logo publicitario de una afamada empresa petrolera. Si quería aire para los neumáticos de mi coche, tenía que meter un euro en una ranura y hacer uso de un panel digital. Tuve que ponerme las gafas: Nunca vi nada igual. Eso si, pongas mucho o poco aire, te cobran lo mismo... lo que quizá deba ser entendido como una gentileza de la casa. De la otra punta del mundo me llega la noticia de que una niña de doce años fue arrastrada fuera de la clase, debidamente esposada, conducida a la comisaría y juzgada... por haber escrito unas niñerías con tinta lavable en su precioso pupitre. He acabado el día con una especie de náusea.
sábado, 6 de febrero de 2010
EL PRESIDENTE ZAPATERO Y EL MODISTO
Haga lo que haga, el presidente Zapatero se encuentra bajo el fuego
cruzado de críticos diversos, tanto de derechas como de izquierdas, que le
instan a “hacer algo”, una moda que, sinceramente, empieza a olerme a cuerno
quemado.
Cuando el presidente Sarkozy no sabe por dónde tirar, cuando Obama
parece empantanado, cuando el G20 se dedica simplemente a marear la perdiz,
cuando se suceden las cumbres inútiles, cuando unos y otros van de renuncio en
renuncio, precisamente le pedimos a Zapatero que de el do de pecho, poniendo
remedio a los graves males económicos que
nos aquejan. Incluso, se va más lejos, y se le hace responsable directo
de los mismos, lo que ya es el colmo, pura mala fe.
Naturalmente, a ciertas eminencias grises del sistema les encantaría que
un presidente socialista les hiciera el trabajo sucio de reducir el Estado, de
descargarlo de sus obligaciones sociales. A esas eminencias les habría gustado
contar con una especie de Blair o con un Menem… Podría darse el caso de que el día de
mañana echemos de menos a Zapatero, reconociéndole –ay, demasiado tarde– el mérito de haber intentado
impedir que se nos vayan por el sumidero de la historia bienes tales como la
protección de los más débiles y la cohesión social, esos bienes que al señor
Domínguez le traen sin cuidado.
Ya he
dicho alguna vez que entre el “buenismo” y el “malismo” me quedo con aquel. Me
reafirmo en ello, pero añado una consideración: si hemos de guiarnos por la
experiencia, haríamos bien en no dejarnos obnubilar por la creencia de que
personajes tan efectivos y desenvueltos como el señor Blair o el señor Menem
aportaron a sus respectivos pueblos los bienes prometidos por sus
espectaculares “reformas”. Y otra más: no es lo mismo navegar contra la
corriente –o simplemente, resistir con mayor o menor fortuna– que ir, como fueron estos dos, a su favor… Zapatero es de otra madera, mucho más noble.
jueves, 4 de febrero de 2010
CHANTAJISTAS DE GUANTE BLANCO
Desde los altos organismos que rigen la economía mundial y la europea recibimos interesantes “consejos” un día tras otro. El Estado español “debería” recortar sus gastos,
“debería” acometer importantes reformas estructurales y someterse a un plan de
ajuste, etcétera. Los españoles de a pie “deberíamos” estar dispuestos a
apretarnos el cinturón y consentir un recorte de nuestros derechos, pues, para
empezar, deberíamos trabajar más por menos. Nada nuevo bajo el sol.
Los habitantes de otros
países han recibido los mismos consejos de manera más o menos insidiosa antes
de que el poder propiamente dicho, con modales de chantajista, tomase cartas en
el asunto, sumiéndolos en la desesperación. Aquí la
única novedad es que los “aconsejados”
seamos nosotros, unos europeos. Si nos creíamos a salvo de semejante
humillación por “estar en Europa”, estábamos equivocados. La Europa de los
mercaderes tiene sus limitaciones.
Si creíamos que, dada la poquedad de nuestro
Estado de Bienestar, podríamos conservarlo, también nos equivocábamos. Si
creíamos que ya nos habíamos liberalizado lo suficiente, igual… Pero hay algo
claro: lo que corre peligro, aquí como en todas partes, es la cohesión social,
como corre también un serio peligro la legitimidad del sistema político en que
hemos depositado nuestra confianza. Ya sé que no son temas que importen en
absoluto a los primates de la “revolución de los muy ricos”, como la llamó
Galbraith, pero, al menos, que quede constancia de que a mí me importan. Si queremos averiguar hasta qué extremos se puede llegar, lo mejor será releer ahora La doctrina shock. El auge del capitalismo del desastre, de Naomi Klein. [véase http://www.naomiklein.org/shock-doctrine/materiales-espanol]
domingo, 31 de enero de 2010
BLAIR Y LA GUERRA DE IRAK: PREOCUPANTE
La
deposición de Tony Blair sobre sus
razones para ir a la guerra ha sido más bien patética; no ha hecho más que
repetirse con senil obstinación. Que si las armas de destrucción masiva, que si la maldad de Sadam
Hussein, “un pscópata”, que los
peligros futuros, lo de siempre. El problema que por lo visto no atañe al señor
Blair es el siguiente: si con tales “razones” se ha ido a la guerra, ¿quién nos
garantiza que esta escalada ha terminado,
que la humanidad se encuentra a salvo? Que el señor Blair sea un
supuesto líder progresista, ex presidente de un nación libre, agrava el cuadro...
Reagan bombardeó Libia tras un incidente en el
club nocturno berlinés La Belle, con sus buenas “razones”: una supuesta conjura
libio-sandinista, que hacía temer por la seguridad de los Estados Unidos, a
punto de sufrir –no exagero– una invasión… Luego vino lo de Panamá, con el
publicitado propósito de raptar al presidente Noriega. A creer a Bush padre, Noriega,
viejo compadre como Sadam Hussein, era
–se había descubierto de repente– un peligro para la seguridad de
Estados Unidos, un tipo que esnifaba coca en calzoncillos, que hacía vudú, un
monstruo. Ni se habló del Canal … y con eso bastó para bombardear e invadir el
país, lo que costó la vida a millares de inocentes. ¿Vamos a seguir en este plan?
Como desde Tucídides hemos aprendido a distinguir, en caso de guerra,
entre los pretextos, la ocasión y los verdaderos motivos, las explicaciones del
señor Blair nos causan –hablo en plural, si me permite la licencia–, más que
perplejidad, auténtica angustia existencial.
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