No entiendo cómo es posible que se mantenga en pie la discriminación
sexista, que viene de los tiempos de cuando la tierra era plana. Según un
informe de la OIT, para lograr la igualdad salarial, de seguir las cosas a este
ritmo, la mujer tardará otros 500 años en ganar lo mismo que el hombre. Parece mentira que los cuentos de
viejas sociedades guerreras, como la griega y la hebrea, sigan operativos en la
actualidad. La idea de reciclar esos cuentos sobre bases “científicas”, tras
mucho pesar cerebros y amañar tests de inteligencia, acabó en nada. ¿A qué
viene eso de un sexo de segunda clase, cuando, encima, el macho proveedor está
por los suelos y la preparación de la parte femenina de la humanidad, a
diferencia de antaño, es sobresaliente? No deja de parecerme triste que el
poder establecido se aproveche con
tanta facilidad de la división entre los explotados de ambos sexos, en lo que
todos tenemos parte de culpa.
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