viernes, 1 de octubre de 2010

ECOS DE LA HUELGA GENERAL


    Dícese que no ha ganado nadie, que la huelga ha sido un “éxito” y también “un fracaso”. A mi parecer, ha sido la que cabía esperar, ni gorda ni flaca, la que corresponde al momento, pero no por ello menos significativa.
   Los trabajadores y los parados europeos contemplamos con indignación los recortes en beneficio de unos piratas de guante blanco y el manifiesto servilismo de nuestros representantes ante su majestad el mercado. Y eso es lo que hemos querido decir, con los mejores modales, con servicios mínimos, y espero, francamente, que hayamos sido oídos.
    Que esta huelga haya sido tan cívica, con unos trabajando, con otros manifestándose bajo la atenta mirada de los guardias, con piquetes simbólicos y demás delicadezas no quiere decir que la partida haya concluido, tampoco que nos encontremos en la inopia, en situación de ser chuleados ad infinitum. Al juego elegante de esta huelga general le debe seguir una rectificación, con la misma elegancia, con la misma cordura y sensatez. He escrito “le debe” a conciencia. Lamentablemente, estamos ante un asunto de poder, y me temo que las altas autoridades españolas y europeas lo pasarán por alto, creídas de con esta ceremoniosa huelga general  "la protesta"  ha tocado a su fin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario