Gobernará el PP gracias a
la abstención del PSOE. Como se veía venir. Fin de los pases trileros. Y fin
también de la confusión tragicómica en que nos veíamos inmersos, lo que, dentro
de lo desagradable, no me parece una mala noticia. En adelante todos sabremos a
qué atenernos, lo que nos permitirá orientarnos mejor y en su día, más bien
pronto que tarde, acudir a las urnas con menos pajaritos en la cabeza.
De momento, lo que más llama la atención es el daño que el PSOE se ha
hecho a sí mismo. Pero ese daño no es ni mucho menos tan trascendente como el
daño que el establishment político tendrá que arrostrar de aquí en adelante.
¿Se acuerdan de aquellas voces del 15-M que identificaban al PP con el PSOE, se
acuerdan del “no nos representan”? Pues eso. ¡A ver quién convence ahora a las
buenas gentes de que estaban equivocadas, de que erraban el diagnóstico, de que
pecaban de injustas!
Seguro estoy de que el PSOE, viéndose ya en trance de ser engullido por
las mismas arenas movedizas que se tragaron al PASOK, hará toda clase de gestos
y visajes encaminados a mantener el mito de que se encuentra en situación de seguir
representando a la izquierda de este país. Será un espectáculo digno de verse,
bien que de género patético.
La
abstención incondicional a favor de Rajoy, con férvidas invocaciones a la
responsabilidad, permite predecir, con muy poco margen de error, lo que cabe
esperar del PSOE en el futuro inmediato. ¿Se puede alguien imaginar a este PSOE
tan “responsable” ofreciendo una resistencia seria a la políticas austericidas
de Bruselas, arremetiendo contra el artículo 135, suprimiendo la ley mordaza o
poniendo fin a los desahucios?
Los asuntos insignificantes serán
motivo de desproporcionadas discordias, pero en todos los temas graves,
empezando por los recortes, el PSOE le hará el juego al PP, flanqueándolo y
apoyándolo. Y esto porque forma parte de su espíritu acomodaticio de toda la
vida. Además, ya sabemos que
el PSOE se ha unido fuertemente al PP en un tema de la mayor trascendencia para
nuestro sistema de partidos: PP y PSOE se prefieren a sí mismos bien juntitos, en la
batalla contra Unidos Podemos, al que odian por igual. Esto quiere decir que el
PSOE, con independencia de lo que diga, se nos ha desplazado todo él hacia la
derecha, dejando el otro lado a merced de la fuerza emergente. Y lleva todas las de perder, por la sencilla razón de que ha quedado en evidencia. Nadie, nunca, ha podido gobernar indefinidamente contra el bien común sin causar graves daños sociales y sin acabar mal. El PSOE tiene que vérselas con esta verdad conocida desde el neolítico. Como el PP no ha presumido de socialista tardará un poquito más, pero a buen seguro que llorarán juntos sus culpas.