En
nuestro tiempo, ahora que abarcamos con la vista el planeta entero, las
consecuencias morales de la guerra nos afectan a todos sin excepción, con muy
poco margen para el engaño. Acabo de oír el testimonio de un joven soldado
norteamericano [http://www.youtube.com/watch?v=9kWU-JHetMM&]
que ha cobrado conciencia del mundo en que le ha tocado vivir y que se revuelve críticamente contra el
orden establecido, al que condena de forma inapelable. Es muy difícil, por no
decir imposible, refutar sus afirmaciones. Hágase la prueba, y se verá que,
para llevarle la contraria, sólo contamos con palabras huecas y con
argumentaciones insostenibles. Esta impotencia ante las palabras de un soldado
revela, a las claras, en qué clase de atolladero se ha metido nuestra
civilización.
martes, 23 de febrero de 2010
viernes, 19 de febrero de 2010
DE IZQUIERDA A DERECHA: EL FENÓMENO DE LOS CONVERSOS
Siempre se dijo que los jóvenes tienden al idealismo y los mayores a la
acomodación, lo que tiene su lógica: a medida que las fuerzas se gastan, es más
difícil nadar contra la corriente.
Pero hoy se presencian fenómenos extraños, que no tienen nada que ver
con el cansancio, ni tampoco con búsquedas existenciales más o menos honradas.
Roger Garaudy –por poner un ejemplo extremo– pudo pasar del existencialismo al
comunismo, de ahí al cristianismo y después al islamismo. No sé en que anda
ahora, si vive o no, pero podemos estar seguros de que, a su manera, buscó la
verdad, y no seré yo quien se lo eche en cara. Lo que me intriga es que hoy
haya tantos intelectuales que, de
pronto, sin haber hecho la menor autocrítica, pasen de la izquierda a la
derecha sin escalas y sin razones, siendo muy celebrados por ello. Es un fenómeno de tipo migratorio, en esa
dirección.
El
converso pasa de un sistema de creencias en crisis a otro que también lo está.
Y ya se sabe como son todos los conversos, más bien fanáticos. La
experiencia no ha tenido tiempo de limarles las aristas y son muy propensos a
hacer méritos, lo que les lleva a decir lo que las personas de derechas de toda la vida pueden callar sin ver alterada su autoestima. El sujeto cambiado es interlocutor molesto porque se comporta como si hubiese descubierto
el Mediterráneo y te demanda una comprensión absoluta, lejos de haber recibido una lección de humildad. Por lo visto, se ha caído
del caballo en el camino de Damasco, y a su autorizado parecer no te queda otra
opción que tirarte tú también, aunque vivas en Madrid y sólo veas propiamente
el vacío a los pies de tu cabalgadura. Me los quedo mirando, a ver si los entiendo. ¿Hablaban como loros también
antes? ¿Será sólo una cuestión de dinero? Hay que tomarse en serio este
fenómeno, porque estos transformistas parecen haberse aplicado todos a una a la tarea de ganar la batalla de las
ideas por segunda vez, ahora desde el campo contrario, lo que –me temo– no augura nada
bueno para la verdad, ni menos aún para la búsqueda de la verdad.
miércoles, 17 de febrero de 2010
UNA FOTO ME OBSESIONA
La
terrible foto ha desaparecido, no soy capaz de encontrarla, pero no me la puedo
quitar de la mente. En ella se ve a un afgano barbudo ante un soldado que le
apunta con una cámara; otro soldado, con dos dedos, le está abriendo bien un
ojo, pues de lo que se trata es de fotografiarle el iris. Me parece estarlo
viendo. Me duele. No es que le estén haciendo daño: se procede con él como con
un niño pequeño al que hay que ponerle una inyección. La foto es en colores,
pero me trae a la mente fotos de
pesadilla, en blanco y negro, en las que se veía a unos tipos siniestros
midiendo cabezas y estudiando rasgos faciales de personas tratadas como cosas. Deberíamos
avergonzarnos.
lunes, 15 de febrero de 2010
A VUELTAS CON LA EDAD PENAL
El
juez decano de Madrid, señor González Armengol, considera procedente rebajar la
edad penal hasta los trece años, de forma que los muchachos dejen de “campar a
sus anchas” por las calles, entendidas como academia de la delincuencia. Entre
sus argumentos a favor de la medida, nos pone ante un dato que yo desconocía:
en Suecia, con siete años de edad el sujeto se encuentra en edad penal…
Espero que la propuesta del señor González
Armengol no prospere y, por supuesto, que no se nos ocurra jamás imitar a los
suecos. Me parece el colmo que en lugar de atender las necesidades reales de la
infancia y de la adolescencia, francamente descuidadas, haya tanta gente maquinando
“soluciones” policiales y judiciales a los problemas humanos más elementales.
Ya lo dije: vamos hacia un mundo panóptico. Pero tenía la esperanza de que los niños se libraran de pagar el pato.
jueves, 11 de febrero de 2010
GRECIA, PAPANDREU Y LOS TIBURONES DE LAS FINANZAS
Los españoles tenemos buenos motivos para prestar atención al caso
griego. De momento, lo único que ha obtenido el mendicante Papandreu es un vago
compromiso de “apoyo político”. Como lo que menos le conviene a la Europa
pudiente es que Grecia acabe a las órdenes del Fondo Monetario Internacional,
con un previsible daño para el euro, ¿cómo es posible que no haya
recibido auxilio económico inmediato? ¿Acaso la Europa comunitaria no está en condiciones de echarle una
mano a Grecia? ¿O hemos de suponer que no quiere y que por eso se aferra a la letra pequeña del contrato de
adhesión a la moneda única?
Ya dije
que la Europa de los mercaderes tiene sus limitaciones… Y entre ellas figura la
incapacidad para hacer los deberes en el plano de la cohesión social. El plan
de ajuste que el socialista Papandreu va a imponer a los griegos para
satisfacer las exigencias del Sistema implica, como es obvio, el traslado a las
buenas gentes de la factura de la monumental juerga de otros, lo que empieza a
aparecer como lo que es: una costumbre de los juerguistas. Cuando Grecia se
encuentre totalmente postrada, cuando su suelo y su gente, quizá el Partenón
mismo, no valgan nada, entonces y sólo entonces se convertirá en un bocado apetitoso
para los señores inversores del mundo entero.
Ya
decía Himkelamert que el Tercer Mundo está creciendo en el espacio del Primer
Mundo. Vamos hacia un mundo de ricos sin nacionalidad y pobres sin fronteras,
sin lo que antes se entendió por clase media, demasiado cara de mantener o, mejor dicho, suculenta como alimento
para los tiburones. No hace
falta ningún adivino para predecir un desastre.
lunes, 8 de febrero de 2010
EL PRECIO DEL AIRE
Quienes hemos sido educados en la fe en eso que se llamaba progreso, tenemos la antenas muy finas, demasiado sensibles para estos tiempos extrañamente retrógrados. Hoy, por primera vez en mi vida, bastante larga, me he topado con un extraño aparato, con el logo publicitario de una afamada empresa petrolera. Si quería aire para los neumáticos de mi coche, tenía que meter un euro en una ranura y hacer uso de un panel digital. Tuve que ponerme las gafas: Nunca vi nada igual. Eso si, pongas mucho o poco aire, te cobran lo mismo... lo que quizá deba ser entendido como una gentileza de la casa. De la otra punta del mundo me llega la noticia de que una niña de doce años fue arrastrada fuera de la clase, debidamente esposada, conducida a la comisaría y juzgada... por haber escrito unas niñerías con tinta lavable en su precioso pupitre. He acabado el día con una especie de náusea.
sábado, 6 de febrero de 2010
EL PRESIDENTE ZAPATERO Y EL MODISTO
Haga lo que haga, el presidente Zapatero se encuentra bajo el fuego
cruzado de críticos diversos, tanto de derechas como de izquierdas, que le
instan a “hacer algo”, una moda que, sinceramente, empieza a olerme a cuerno
quemado.
Cuando el presidente Sarkozy no sabe por dónde tirar, cuando Obama
parece empantanado, cuando el G20 se dedica simplemente a marear la perdiz,
cuando se suceden las cumbres inútiles, cuando unos y otros van de renuncio en
renuncio, precisamente le pedimos a Zapatero que de el do de pecho, poniendo
remedio a los graves males económicos que
nos aquejan. Incluso, se va más lejos, y se le hace responsable directo
de los mismos, lo que ya es el colmo, pura mala fe.
Naturalmente, a ciertas eminencias grises del sistema les encantaría que
un presidente socialista les hiciera el trabajo sucio de reducir el Estado, de
descargarlo de sus obligaciones sociales. A esas eminencias les habría gustado
contar con una especie de Blair o con un Menem… Podría darse el caso de que el día de
mañana echemos de menos a Zapatero, reconociéndole –ay, demasiado tarde– el mérito de haber intentado
impedir que se nos vayan por el sumidero de la historia bienes tales como la
protección de los más débiles y la cohesión social, esos bienes que al señor
Domínguez le traen sin cuidado.
Ya he
dicho alguna vez que entre el “buenismo” y el “malismo” me quedo con aquel. Me
reafirmo en ello, pero añado una consideración: si hemos de guiarnos por la
experiencia, haríamos bien en no dejarnos obnubilar por la creencia de que
personajes tan efectivos y desenvueltos como el señor Blair o el señor Menem
aportaron a sus respectivos pueblos los bienes prometidos por sus
espectaculares “reformas”. Y otra más: no es lo mismo navegar contra la
corriente –o simplemente, resistir con mayor o menor fortuna– que ir, como fueron estos dos, a su favor… Zapatero es de otra madera, mucho más noble.
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