jueves, 6 de mayo de 2010

PAPANDREU COMO SÍNTOMA

   Le ha tocado al socialista Papandreu, recién elegido, hacerse cargo de una situación económica desastrosa. Lo vemos imponiendo a sus compatriotas un duro plan de ajuste bajo la férula de la Comunidad Europea y del Fondo Monetario Internacional. He oído alabar su realismo y su elevado sentido de la responsabilidad. Las alabanzas se ven acompañadas por una demonización de los huelguistas,  unos holgazanes de la peor especie, unos egoístas contumaces, quedando claro que, con Papandreu a la cabeza, los griegos deben pasar por el aro de los “recortes” sin chistar. El espectáculo no es agradable, al menos para quienes ya hemos puesto las barbas en remojo.
    Papandreu es un síntoma de la época que nos toca vivir, caracterizada por una posmoderna e interesada confusión entre la derecha y la izquierda, y por un miedo reverencial a las altas autoridades económicas del planeta, portavoces del poder financiero y de nada más.  Si uno piensa en la salud del sistema político y no en cuestiones meramente partidistas o económicas, mucho me temo que, para seguir siendo socialista, el señor Papandreu debería dimitir antes de que sea tarde. Entiendo sus razones para mantenerse firme en el puesto, pero no son saludables. Obligado a jugar por la derecha,  privará al sistema griego de una referencia socialista sensata. ¿Quién va a defender a las víctimas del ajuste? ¿La derecha griega, en parte responsable de lo ocurrido y feliz de que los socialistas paguen el pato político y desmonten ellos mismos el Estado de bienestar? ¡Nadie las va a defender! En cuanto las víctimas del atropello se sientan privadas de representantes políticos serios, mal asunto. Europa ya debería saber lo que pasa cuando una democracia deja de ser percibida como la mejor defensa de los intereses de la gente corriente.

lunes, 3 de mayo de 2010

BERIVÁN SAYACA

    Me pregunto qué tienen  en la cabeza las autoridades turcas. ¿Cómo es posible que hayan sido capaces de condenar a esta chica a ocho años de prisión por un delito de terrorismo? Es bastante más fácil echar el guante en la calle a una muchacha de quince años que atrapar a un terrorista, lo que no vale como disculpa ni en este caso ni en ninguno. 
    La persecución de menores de edad es signo de inconcebible perversidad. Y he aquí que en Turquía es muy común detener a menores y acusarlos de terrorismo, exactamente como si fuesen adultos, lo que puede acarrearles condenas de hasta cincuenta años de cárcel. El caso de Beriván: iba a visitar a unos tíos cuando fue detenida, acusada de lanzar piedras. Luego, tras algunas comprobaciones, se limitaron a acusarla de asistencia a una manifestación ilegal y de propaganda tenebrosa, cayéndole encima ocho años de condena. Aborrezco al sistema de poder que  la ha juzgado y condenado. ¡Libertad inmediata para Beriván! (http://www.cuartopoder.es/terramedia/2-600-ninos-cumplen-penas-en-las-carceles-turcas/318). 

martes, 27 de abril de 2010

KANT, INTERNET Y LA OPINIÓN PÚBLICA

     El viejo Kant nos propuso una curiosa fórmula para andar sobre seguro por el camino del progreso. Nos dijo que, como funcionarios, soldados, sacerdotes o lo que sea, todos tenemos la más estricta obligación de cumplir con nuestro deber, en cualquier circunstancia. En esto del deber era conservador hasta la obcecación. Pero añadía que, si se practicaba simultáneamente la libertad de expresión, se podría progresar de manera no traumática.  Pensaba que si el obediente ciudadano ejercía el inalienable derecho de  hacer públicas sus críticas al poder, éste se vería obligado –tarde o temprano– a tenerlas en cuenta, con lo que todos saldrían ganando, también la justicia. 
    Viene esto a cuento de que Internet, con sus redes sociales, pone a nuestra disposición herramienta para hacer oír nuestras críticas de manera nunca vista ni soñada. En rigor, eso que se llama “opinión pública” podría convertirse en algo serio y nada fácil de manipular por el poder establecido. A condición, claro es, de que tengamos en cuenta nuestra responsabilidad en el uso de tan  impresionante medio de comunicación. Hasta ahora, elecciones y plebiscitos han venido siempre de arriba. Podrían venir de abajo. Hasta la fecha, los partidos políticos han podido dormitar y marear la perdiz interminablemente, pero no tendría por qué ser necesariamente así.
   Ya sé que es mucho pedir que esto de Internet se use para devolver el pulso y la probidad a nuestra actividad política, y mucho me temo que, en la era de la comunicación, seguiremos luchando por meter papeletas en unos sobres cada cuatro años. Pero, si nos tomamos en serio la herramienta, el poder establecido, tendrá que vérselas con redes de opinión ante las cuales no podrá seguir haciéndose el bobo. Puede que la fe de Kant en la libertad de expresión fuese ingenua, pero quizá la pongamos a prueba con fe o sin ella, al menos mientras dure.

jueves, 22 de abril de 2010

NAJWA MALHA, VÍCTIMA DE UN ATROPELLO

    Estoy incondicionalmente de parte de esta alumna y en contra de lo dispuesto por el Instituto Camilo José Cela de Pozuelo de Alarcón, que no la deja ir a clase con el pañuelo islámico, o hiyab. Me parece increíble que a principios del siglo XXI se puedan atropellar los derechos de una muchacha de forma tan mezquina.
    Los responsables de dicho centro docente, así como los que aplauden su reglamento, no son liberales y si pretenden hacerse pasar por tales los consideraré unos  sujetos carentes de preparación alguna. Es probable que ellos no lo sepan, de puro ignorantes: Son unos absolutistas, incapaces de practicar y menos aun de enseñar lo que es el liberalismo. ¿Se les llenará después la boca con bonitas palabras sobre la tolerancia y sobre el respeto que nos debemos los unos a los otros? No sería de extrañar. Lo grave es que tengan que ser personas así quienes explique a los muchachos por qué la Declaración Universal de los Derechos Humanos ampara la libertad de creencias. 

domingo, 18 de abril de 2010

EL CASO DE ALEXA GONZÁLEZ

  Ya me referí al caso de Alexa, una niña de 13 años que fue arrestada, esposada y conducida a la comisaría por el espantoso delito de haber dejado constancia en su pupitre, con rotulador lavable, de su afecto por dos  compañeras de clase. No sé qué se consideró peor, el atentado contra el pupitre o la frase “y love Pepita and Menganita”. La niña, tras  dos horas en comisaría, se pasó dos días seguidos vomitando, lo que figura en la demanda que su madre ha interpuesto contra la policía de Nueva York y contra los responsables de Educación, por daños y perjuicios.  Así nos enteramos de que este no ha sido el único caso. Estoy incondicionalmente de parte de Alexa y a duras penas puedo contener el asco que me inspiran los partidarios, cada vez más numerosos aquí como allá, de apelar a la “mano dura” para encubrir los problemas de la gente menuda.Seguiré informando.

miércoles, 14 de abril de 2010

LA POLÍTICA DEL JUZGADO

   No me parece normal que el debate político se traslade a los juzgados. ¿No será este un pequeño anticipo de la política del futuro? Esperemos que no. Lo que está claro es que, si se meten bajo la alfombra ciertas responsabilidades históricas, acaba por ser necesaria la intervención de un juez como Garzón. Pero ahora resulta que lo acusan, a pesar de los matices de su auto, de prevaricación, y que corre el peligro de ser inhabilitado por veinte años. De ahí pasamos, sin posible remedio, a que sus acusadores se vean asimismo acusados de prevaricación. La cosa va para largo, como el Estatuto catalán, no por casualidad atascado en el Tribunal Constitucional. Si las cosas se hubieran hecho bien, no habría llegado allí y el alto tribunal no se vería forzado a tomar decisiones políticas.
   Ya estamos todos  pendientes, con esquinada mentalidad de leguleyo, de tal o cual frase, sin el menor avance político, como si aquí siempre hiciera falta una autoridad superior, encargada de establecer la blancura o la negrura de asuntos que a todos nos compete. En lo tocante a la trama Gürtel, por ejemplo, vivimos pendientes del sumario, cada vez más gordo, a la espera de la sentencia, ya que no de de unas consecuencias políticas  lógicas e inteligibles.
    Y por encima, un lenguaje tremendo: una manifestación de apoyo a Garzón se convierte en un golpe de Estado contra la democracia, en guerracivilismo; el  fascismo está alojado en el Tribunal Supremo, se responde; lo de Gürtel se convierte en una conjura policial contra el PP, nos dice Alvarez Cascos, como si la cosa tuviera ramificaciones judiciales mucho más complicadas... Si se menta el Estatuto catalán, se oyen cosas tremendas también: que España se rompe o que  o Cataluña sufre una asfixia intolerable.  Yo no lo veo normal. 

lunes, 12 de abril de 2010

¿QUIÉN PAGARÁ EL PATO?

  Estamos metidos en una crisis de pésimo pronóstico, por lo que, más que nunca, los ciudadanos del montón debemos estar en guardia, ante la eventualidad de que el “sindicato de intereses” (banqueros, financieros, burbujistas, etc.)  nos obligue a pagar el pato mediante una sucesión de chantajes mucho peores que los padecidos hasta la fecha.
    Las llamadas a la austeridad y las predicaciones a favor de la flexibilización del mercado laboral, las rebajas salariales y los recortes del Estado de bienestar, aunque ya clásicas, están de moda. Se trata, se masca en el aire, de preparativos para una acción encaminada a que paguemos  el pato sin chistar.  
   Nótese que ni por descuido se habla de meter mano a las arcas de los acaudalados (por ejemplo a las misteriosas Sicav). Tampoco se habla de limitar los gastos militares, ya comprometidos, ni menos de poner fin a la escalada de gastos suntuarios o futbolísticos.  Aquí, nos dicen, el problema es el Estado de bienestar, acerca de cuyo consensuado raquitismo no se considera oportuno decir ni pío.
   Por lo visto, aquí nadie ha traficado ni traficará con el sudor ajeno y nadie, salvo nosotros,  ha hecho el loco y merece castigo. De donde resulta que los mileuristas, los pensionistas y los parados, tanto los que tienen esperanza de trabajar como los que no, se verán racionalmente forzados a apretarse el cinturón…  Ante todo, la sostenibilidad del Sistema y dar aire los “creadores de riqueza”, campeones de la justicia social.
   Se pueden decir muchas tonterías, pero no nos llamemos a engaño: lo que está en juego es la propia salud del sistema democrático en que habitamos, pues si éste se limita a servir al sindicato de intereses,  veremos evaporarse su legitimidad de la noche a la mañana. Es de lamentar que los que nos hablaron del fin de la historia se hayan creído su propio cuento.