sábado, 6 de febrero de 2010

EL PRESIDENTE ZAPATERO Y EL MODISTO

   Haga lo que haga, el presidente Zapatero se encuentra bajo el fuego cruzado de críticos diversos, tanto de derechas como de izquierdas, que le instan a “hacer algo”, una moda que, sinceramente, empieza a olerme a cuerno quemado.
     Cuando el presidente Sarkozy no sabe por dónde tirar, cuando Obama parece empantanado, cuando el G20 se dedica simplemente a marear la perdiz, cuando se suceden las cumbres inútiles, cuando unos y otros van de renuncio en renuncio, precisamente le pedimos a Zapatero que de el do de pecho, poniendo remedio a los graves males económicos que  nos aquejan. Incluso, se va más lejos, y se le hace responsable directo de los mismos, lo que ya es el colmo, pura mala fe. 
    Naturalmente, a ciertas eminencias grises del sistema les encantaría que un presidente socialista les hiciera el trabajo sucio de reducir el Estado, de descargarlo de sus obligaciones sociales. A esas eminencias les habría gustado contar con una especie de Blair o con un  Menem…  Podría darse el caso de que el día de mañana echemos de menos a Zapatero, reconociéndole –ay, demasiado tarde– el mérito de haber intentado impedir que se nos vayan por el sumidero de la historia bienes tales como la protección de los más débiles y la cohesión social, esos bienes que al señor Domínguez le traen sin cuidado.
   Ya he dicho alguna vez que entre el “buenismo” y el “malismo” me quedo con aquel. Me reafirmo en ello, pero añado una consideración: si hemos de guiarnos por la experiencia, haríamos bien en no dejarnos obnubilar por la creencia de que personajes tan efectivos y desenvueltos como el señor Blair o el señor Menem aportaron a sus respectivos pueblos los bienes prometidos por sus espectaculares “reformas”. Y otra más: no es lo mismo navegar contra la corriente –o simplemente, resistir con mayor o menor fortuna– que ir, como fueron estos dos, a su favor… Zapatero es de otra madera, mucho más noble.

jueves, 4 de febrero de 2010

CHANTAJISTAS DE GUANTE BLANCO

   Desde los altos organismos que rigen la economía mundial y la europea recibimos interesantes “consejos” un día tras otro. El Estado español  “debería” recortar sus gastos, “debería” acometer importantes reformas estructurales y someterse a un plan de ajuste, etcétera. Los españoles de a pie “deberíamos” estar dispuestos a apretarnos el cinturón y consentir un recorte de nuestros derechos, pues, para empezar, deberíamos trabajar más por menos. Nada nuevo bajo el sol.
    Los  habitantes de otros países han recibido los mismos consejos de manera más o menos insidiosa antes de que el poder propiamente dicho, con modales de chantajista, tomase cartas en el asunto, sumiéndolos en la desesperación. Aquí la única novedad es  que los “aconsejados” seamos nosotros, unos europeos. Si nos creíamos a salvo de semejante humillación por “estar en Europa”, estábamos equivocados. La Europa de los mercaderes tiene sus limitaciones. 
  Si creíamos que, dada la poquedad de nuestro Estado de Bienestar, podríamos conservarlo, también nos equivocábamos. Si creíamos que ya nos habíamos liberalizado lo suficiente, igual… Pero hay algo claro: lo que corre peligro, aquí como en todas partes, es la cohesión social, como corre también un serio peligro la legitimidad del sistema político en que hemos depositado nuestra confianza. Ya sé que no son temas que importen en absoluto a los primates de la “revolución de los muy ricos”, como la llamó Galbraith, pero, al menos, que quede constancia de que a mí me importan. Si queremos averiguar hasta qué extremos se puede llegar, lo mejor será releer ahora  La doctrina shock. El auge del capitalismo del desastre, de Naomi Klein.    [véase http://www.naomiklein.org/shock-doctrine/materiales-espanol]

domingo, 31 de enero de 2010

BLAIR Y LA GUERRA DE IRAK: PREOCUPANTE

 La deposición de Tony Blair  sobre sus razones para ir a la guerra ha sido más bien patética; no ha hecho más que repetirse con senil obstinación. Que si las armas de destrucción  masiva, que si la maldad de Sadam Hussein, “un pscópata”,  que los peligros futuros, lo de siempre. El problema que por lo visto no atañe al señor Blair es el siguiente: si con tales “razones” se ha ido a la guerra, ¿quién nos garantiza que esta escalada ha terminado,  que la humanidad se encuentra a salvo? Que el señor Blair sea un supuesto líder progresista, ex presidente de un nación libre, agrava el cuadro...
    Reagan bombardeó Libia tras un incidente en el club nocturno berlinés La Belle, con sus buenas “razones”: una supuesta conjura libio-sandinista, que hacía temer por la seguridad de los Estados Unidos, a punto de sufrir –no exagero– una invasión… Luego vino lo de Panamá, con el publicitado propósito de raptar al presidente Noriega. A creer a Bush padre, Noriega, viejo compadre como Sadam Hussein, era  –se había descubierto de repente– un peligro para la seguridad de Estados Unidos, un tipo que esnifaba coca en calzoncillos, que hacía vudú, un monstruo. Ni se habló del Canal … y con eso bastó para bombardear e invadir el país, lo que costó la vida a millares de inocentes. ¿Vamos a seguir en este plan?
    Como desde Tucídides hemos aprendido a distinguir, en caso de guerra, entre los pretextos, la ocasión y los verdaderos motivos, las explicaciones del señor Blair nos causan –hablo en plural, si me permite la licencia–, más que perplejidad, auténtica angustia existencial.

jueves, 21 de enero de 2010

LA DEMOCRACIA DE LAS “PERSONAS INMORTALES”


    El Tribunal Supremo de los Estados Unidos ha decidido que las empresas puedan intervenir, con sus dineros, en las campañas electorales; en adelante, podrán actuar a las claras, sin necesidad de esconder la mano.
    Es una monstruosidad transferir a las empresas los derechos del ciudadano. Es realmente escandaloso que la humanidad ceda graciosamente tales derechos a esas entidades de por sí nada democráticas. Claro que, como apuntó Chomsky hace una década, con ironía, éstas tienen la ventaja de ser, aparte de ricas,  algo así como “personas inmortales”… Lo que vemos es, desde luego, parte de un proceso contrario a la esencia del liberalismo y de la Ilustración. La prepotencia va en aumento.

viernes, 15 de enero de 2010

MONSEÑOR MUNILLA AMENAZA

    El nuevo obispo de San Sebastián advierte al presidente Zapatero, para que no  tenga la infeliz ocurrencia de acercarse a comulgar. El sacramento le sería negado por su responsabilidad en la promulgación de la Ley del Aborto. Monseñor Munilla considera que la Iglesia es víctima de una movida  “anticlerical”…
    Que la Iglesia tiene derecho a negar los sacramentos a quien le de la gana, por tales o cuales razones, no es algo que yo discuta. Pero, ¿qué está pasando? Detecto una creciente intromisión de la Iglesia en la esfera política, al tiempo que oigo repetirse eso del "anticlericalismo". Muy raro todo, porque la atmósfera se puede cortar con un cuchillo si uno pregunta de qué estamos hablando.
    En cierta ocasión tuve que vérmelas con unos muchachos universitarios que se tienen muy creído que los socialistas, y especialmente ZP, son unos  ateos sulfúricos, metidos ya en ataque frontal contra la Iglesia.¿Cómo es posible que los alumnos de una universidad católica, a los que debo atribuir cierta instrucción, se consideren perseguidos? ¿Qué clase de lecciones reciben de sus  profesores y confesores?  Ya sé que no es  fácil conciliar el liberalismo con el dogmatismo, pero yo tenía la esperanza de que se hubiera avanzado un poquito más…

jueves, 14 de enero de 2010

HERMES A LA VISTA…

   El monstruo creado por la Universidad Autónoma de Barcelona, cuya presentación oficial acaba de celebrarse, se llama Hermes. Con varias cámaras y un potente sistema informático, Hermes, con algo más de dos millones de euros de  patrocinio comunitario, promete grandes cosas: se le supone capaz de predecir los movimientos de las personas, casi de leerles el pensamiento. Los mentirosos serán cazados al momento, pues descifra como nadie el lenguaje corporal. Quienes anden con malos propósitos en medio de una multitud, serán descubiertos, seguidos y neutralizados.  
     Hermes permitirá controlar los movimientos de las personas que están solas, de forma que antes de que pase lo que no debe pasar, dará la voz de alarma. Por ello será, nos dicen, de gran utilidad para controlar a las personas ancianas que duermen solas: al menor suspiro extraño habrá intervención.  Será de lo más normal pillar a los delincuentes con las manos en la masa: las fuerzas del orden los estarán esperando. 
   Hermes pretende acabar con la impredecibilidad, una de las características más preciosas del homo sapiens como nos hizo notar Kierkegaard… Dudo que lo consiga, pero ya  me repugna la intención. Vamos, como dije en otra ocasión, hacia un mundo panóptico, fatídico para la libertad pero también para la dignidad. 

miércoles, 13 de enero de 2010

CONFESIONES SOBRE LA GUERRA DE IRAK

 Un día sí, otro también, van saliendo a la luz cabos sueltos sobre la decisión de meternos en esta  guerra que de ninguna manera el buen Santo Tomás hubiera calificado de “justa”. En rigor, las confesiones británicas y holandesas de estos días no añaden gran cosa a lo que ya se sabía, pero ponen de relieve, con la mayor crudeza, el déficit democrático que nos aqueja, la inanidad de las leyes y los organismos internacionales, la falta de criterio, la  ausencia de respeto por los derechos humanos, la perfidia, la estrechez de miras...  El poder anda suelto entre nosotros, indiviso, desnudo, descarado, prepotente, y no cabe esperar de él ni una confesión de verdad, ni lo que se entiende por propósito de enmienda.  ¿Poniendo a trabajar unas comisiones de estudio con casi diez años de retraso estamos haciendo algo al respecto? Me gustaría creerlo, pero en el futuro, a puerta cerrada naturalmente, alguien dirá: “Ya vendrán ellos con sus  comisioncitas  dentro de diez años, ¿y qué diablos nos importa?” Me parece estar oyendo las risotadas.