Un
día sí, otro también, van saliendo a la luz cabos sueltos sobre la decisión de meternos en esta guerra que de ninguna manera el buen Santo Tomás hubiera
calificado de “justa”. En rigor, las confesiones británicas y holandesas de estos días no
añaden gran cosa a lo que ya se sabía, pero ponen de relieve, con la mayor
crudeza, el déficit democrático que nos aqueja, la inanidad de las leyes y los
organismos internacionales, la falta de criterio, la ausencia de respeto por los derechos humanos, la perfidia, la estrechez de miras... El poder anda
suelto entre nosotros, indiviso, desnudo, descarado, prepotente, y no cabe esperar de él ni una confesión de verdad, ni lo que se entiende por propósito de enmienda. ¿Poniendo a
trabajar unas comisiones de estudio con casi diez años de retraso estamos haciendo
algo al respecto? Me gustaría creerlo, pero en el futuro, a puerta cerrada
naturalmente, alguien dirá: “Ya vendrán ellos con sus comisioncitas dentro de diez
años, ¿y qué diablos nos importa?” Me parece estar oyendo las risotadas.
miércoles, 13 de enero de 2010
SOBRE LA RETIRADA DE LOS SÍMBOLOS FRANQUISTAS
Según la Ley de Memoria Histórica, se debe proceder a la retirada de los símbolos
franquistas, lo que causa un comprensible malestar a las personas que los
tienen en un alto aprecio. Después de mucho darle vueltas al asunto, creo que
esta Ley, acertada en parte, demasiado tímida en algún sentido, falla en este punto, por llevar la
lógica de la eliminación mucho más allá de lo estrictamente necesario. Una sociedad abierta tiene que estar en
paz con su pasado y respetar los símbolos de unos y de otros, y abstenerse de
reescribir la historia a golpes de piqueta.
Las formidables estatuas de
Largo Caballero e Indalecio Prieto “equilibraron” Nuevos Ministerios; la
eliminación de la estatua ecuestre de Franco causó el efecto
contrario... Aparte de que el tiempo todo lo borra, lo más práctico, lo más saludable, lo más pedagógico, en lugar
de picar los símbolos del contrario, es añadir los propios al paisaje urbano.
lunes, 11 de enero de 2010
EN DEFENSA DE LA SEÑORA ROBINSON
La
señora Robinson debe ser rehabilitada de inmediato, debe ser consolada.
Necesita tiempo para madurar por sí misma las lecciones del caso. Salgo en su
defensa a pesar de que ella, con su puritanismo extremoso, con su manía de
juzgar y condenar al prójimo a la luz de un texto antiquísimo, me lo ha puesto lo que se
dice difícil. Pero la defiendo
porque no me ofende en absoluto el hecho en sí: ¿Qué tiene de malo que una
señora mayor y un muchacho se involucren en una relación sentimental, aunque no
dure eternamente? ¿Juzgamos con la misma vara de medir a los sexagenarios y
a las sexagenarias? ¿A santo de qué tanto titular, tanto escándalo, tanto rechinar de dientes, tanta angustia? ¿Todavía tenemos la jeta de burlarnos de los sentimientos ajenos, de ensuciarlos por principio? No deja de ser admirable la forma en que ciertas personas retrógradas acaban saltándose las reglas...
jueves, 7 de enero de 2010
750 EUROS POR USAR BURKA…
Tal es
la multa que se proponen imponer en Francia a las usuarias de la polémica
prenda. Ya veremos si la ley sale adelante o no, pero ya veremos también lo que
queda de nuestro liberalismo por tan absurdo método de ganar terreno a quienes
no piensan como nosotros. No es que a mí me guste el burka, pero estamos ante
una cuestión de principios, de respeto por las creencias ajenas y de sentido
pedagógico. A los partidarios de la ley anti-burka, con dárselas de
progresistas les basta. Evidentemente, no piensan en las tribulaciones que
causarán a sus usuarias, a las que, por anticipado, están negando la opción de
guardar la prenda en el armario por propia voluntad, lo que nada tiene de
progresista. Quienes pierden la compostura ante un minarete o ante un chador, o
ante un burka, me causan preocupación, pues parecen no darse cuenta de que
están dando clases prácticas de intolerancia. Los noto tan nerviosos como a los
fundamentalistas del otro lado, lo que ya es decir. Va siendo obligación de todos releer, al menos, la "Carta sobre la tolerancia" (1689), de John Locke...
martes, 5 de enero de 2010
EL PODER ATONTA...
Solemos atribuir a los poderosos capacidades extraordinarias, rigor
analítico, sentido de la previsión, competencia técnica, control de los
factores en juego, en una palabra, inteligencia. Sin embargo, haríamos bien en
contar siempre, al estudiar cualquier fenómeno histórico, con las chapuzas inherentes al
ejercicio del poder. “El poder atonta”, dijo Nietzsche, y es la pura verdad.
Después
de habernos reído muchísimo de las chapuzas soviéticas, resultado de la
concentración del poder,
deberíamos tener, al menos, la capacidad de prestar atención a las
nuestras, por norma además. El exceso de poder, en cualquier ámbito, es
inseparable de la arrogancia, de
la pérdida del sentido de las proporciones y, por descontado, de la capacidad de
autocrítica.
Me
permito recomendar la lectura de El imperio de Hitler, de Mark Mazower. El mito de la “eficacia alemana”
se ve definitivamente puesto en su
lugar, pues aquello fue, aparte de criminal, una completa chapuza. Siempre, queridos amigos, hay que
contar con el factor chapuza y no dar por supuesto jamás que quienes tienen la
sartén por el mango saben lo que se hacen. Porque pueden haber perdido la razón
y ser no sólo unos atolondrados sino también unos tipos muy peligrosos.
domingo, 3 de enero de 2010
BLASFEMAR, CON MULTA…
Por si el miedo al infierno no bastase, en Irlanda van a multar a los blasfemos con 25.000 euros, lo que, se
mire por donde se mire, representa un claro retroceso del sentido liberal de la
convivencia y un nuevo deslizamiento por el camino que conduce a nuevas formas
de absolutismo. Ser liberal de verdad consiste en cultivar la capacidad de aguantar la libertad de expresión del prójimo, ya deberíamos saberlo, por lo no me tomo el odioso trabajo de exigir que se multe a quienes no piensan como yo, a quienes me irritan, por ejemplo a quienes creen que la religiosidad humana se puede mantener a base de castigos.
No es que a mi me parezca educado soltar blasfemias, pero a saber qué se acaba entendiendo aquí por blasfemia. Al final, puede resultar que, sin decir ninguna cosa malsonante, uno acabe siendo acusado de la horrible falta.
No es que a mi me parezca educado soltar blasfemias, pero a saber qué se acaba entendiendo aquí por blasfemia. Al final, puede resultar que, sin decir ninguna cosa malsonante, uno acabe siendo acusado de la horrible falta.
Tengo la desagradable
sensación de que el número de inquisidores y de fundamentalistas
en general está yendo en aumento, pues hasta gentes hasta ayer mismo ilustradas –caso Habermas–, no tienen ningún inconveniente en ver la "parte
buena" de no sé qué “postlaicismo”,
antesala de un nuevo oscurantismo. Si no se para la deriva fatal con una
masiva oposición (remitámonos a blasphemy.ie), la
libertad de expresión
se expone a una sucesión de recortes, lo veo venir.Las grandes regresiones empiezan así.
domingo, 27 de diciembre de 2009
LA LLAMATIVA DESLOCALIZACIÓN DE MERCEDES…
Como es sabido, el Tercer Mundo está creciendo dentro de las sociedades antes llamadas “opulentas”, donde, desde hace tiempo, las buenas gentes penan por el “privilegio de ser explotadas”, como ya denunció Himkelamert. La crisis en curso no ha hecho sino agravar el fenómeno, que más pronto o más tarde pondrá en entredicho la legitimidad de todo el sistema político en el que algunos viven todavía muy confortablemente. Paul Krugman ha dejado caer que en España, no siendo posible devaluar la moneda como antaño, no nos va a quedar más remedio que devaluar el trabajo, lo que, desgraciadamente, añado yo, implica una devaluación de las personas que necesitan trabajar para comer. ¿Hasta qué punto hay que llegar? Eso no lo dijo, pero está bastante claro: Los trabajadores españoles deberíamos depreciarnos hasta equipararnos a los trabajadores chinos… Si tal cosa se impusiese en plan ricardiano, los señores inversores, raza estupenda, volverían a entusiasmarse con nosotros, tan mansos, tan puntuales, tan buenecitos, tan tirados. El mundo va lanzado por ese infame camino. Tomemos nota: Mercedes Benz ha optado por traspasar parte de su producción a Estados Unidos, donde el crecimiento del Tercer Mundo ha creado inmensas bolsas de trabajadores a precio de saldo… La lógica de este sistema oligarco-coroporato-cleptocrático no perdona ni siquiera a los ciudadanos de la potencia hegemónica, un serio aviso para caminantes.
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