lunes, 21 de septiembre de 2009

EL PLAN BOLONIA: HACIA UNA UNIVERSIDAD PROSTITUIDA

Se ha hablado mucho, desde hace tiempo, de modernizar la Universidad, de acomodar la formación académica a las demandas del mercado laboral, de favorecer la movilidad europea de los estudiantes, de barrer el polvo y de quitar las telarañas… Y aquí tenemos el Plan Bolonia, llegado, por lo que parece, en el momento oportuno, tras madura reflexión.

Lo malo –lo terrible–: so pretexto de modernizar y vivificar, el Plan comporta un latrocinio encubierto, una aviesa liquidación de la universidad pública. No me sorprende en absoluto que muchos estudiantes se rebelen contra semejante atropello.

De aplicarse el Plan, entregada a intereses privados, la Universidad perderá su necesaria autonomía, esto es, abdicará de su función social y de su compromiso con búsqueda de la verdad, su razón de ser.

A nuestros hijos y nietos les espera una Universidad pública prostituida, clasista, elitista, controlada y exprimida desde fuera con criterios empresariales. Sólo se podrá hacer con un currículo decente aquel que se lo pueda pagar… Las pobres humanidades tendrán que contentarse con una existencia fantasmal. Y todo ello con el mayor descaro, en nombre de la eficiencia y contando con la pasividad y la complacencia de una sociedad que prefiere no prestar atención a lo que nos estamos jugando.

Presenciamos una operación de largo alcance. Se trata, por un lado, de disfrutar de un cómodo monopolio del conocimiento; por el otro, de absorber recursos públicos desde el mundo empresarial; y lo que es decisivo, se trata de acabar con la Universidad como referencia crítica, algo que siempre formó parte del abecé del… totalitarismo.

Por haber sido el epicentro de los movimientos críticos de antaño, la Universidad pública ha venido padeciendo, desde hace varios lustros, una dolorosa erosión. Y ahora, si nada lo impide, asistiremos al último capítulo, titulado “la venganza del orden establecido”.

Al respecto, considero de obligada lectura el libro de Carlos Fernández Liria y Clara Serrano García, titulado El Plan Bolonia (Catarata, Madrid, 2009, http://firgoa.usc.es/drupal/node/41906).

BASURA RADIACTIVA

Me dicen que, a no dudar, se encontrará la manera de reciclar la basura radiactiva “el día de mañana”… Basta un pequeño gesto de escepticismo para que mi interlocutor ponga cara de pocos amigos… Tomemos nota: lo nuclear se ha convertido en una materia tan delicada como la religión, por lo que nada tiene de extraño que las grandes promesas vengan en el lote.

Los fundamentalistas de la energía nuclear son, por lo que he podido comprobar, gentes de fe sumamente tercas. Creen que la capacidad técnica del homo sapiens es ilimitada y creen, de paso, en la bondad y en la seriedad del sistema en que vivimos.

Chernobil no les impresiona; ni se acuerdan de Three Miles Island ni del susto de Tokiamura… Las fisuras y los “pequeños fallos” de las actuales centrales no les quitan el sueño; la vetusta Garoña debería funcionar diez años más; el poder contaminante de los proyectiles de uranio enriquecido es un asunto secundario; está muy bien que Rusia y otros países en apuros se conviertan en vertederos para la basura nuclear europea…

Y ya puede la mafia calabresa hundir toneladas de basura radiactiva en el Mediterráneo y en aguas africanas, que ellos seguirán convencidos de que la humanidad está en buenas manos y la situación bajo control. Así nos va.

lunes, 31 de agosto de 2009

ADENDA SOBRE EL CHANTAJE NUCLEAR

Un lector se ha enfadado conmigo por mi anotación sobre el chantaje nuclear que estamos padeciendo. Como falta a las reglas elementales de la cortesía, como no razona, como lee mal, me veo compelido a aumentar su irritación.

El problema de los residuos: Un "experto" en energía nuclear me dijo con la mayor seriedad que, a no dudar, la ciencia encontrará "pronto" la manera de hacerse cargo de ellos con “total seguridad”… Mi airado lector pertenece a la misma capilla, y lo sé incapaz de asumir el reto en su totalidad. Porque, amigos, una cosa es empaquetar y tener bajo vigilancia los residuos nucleares durante miles de años… y otra respetar el abecé de una organización hecha para durar. Un sistema ecológico sostenible exige que los residuos generados por cualquier actividad sean reciclables, lo que sitúa el problema de los desperdicios nucleares en su verdadera dimensión. Hablar de ello es, por lo que parece, un tema tabú, de donde se sigue que no habrá debate alguno sobre las cuestiones de fondo.

Se nos hace saber que la energía nuclear permitirá a nuestra civilización no sólo mantenerse en pie sino también seguir adelante sin necesidad de ninguna autocrítica seria. Como si no vivieran en un planeta limitado, los publicistas de la energía nuclear pasan sistemáticamente por alto una sencilla evidencia: a mayor cantidad de energía disponible, mayor devastación. Dichos publicistas están perfectamente dispuestos a legar a sus hijos y nietos un planeta cadavérico. Lo importante, creo haber entendido, es "tener energía"...

miércoles, 12 de agosto de 2009

MARIO VARGAS LLOSA CONTRA EL FANTASMA DEL 68


Una y otra vez, gentes bienpensantes se toman su tiempo para arremeter contra mayo del 68, momento en el que focalizan su resentimiento contra el espíritu de la llamada “década prodigiosa”. Se trata de una moda bastante rara, por no decir maliciosa, a la que Mario Vargas Llosa acaba de aportar su granito de arena (“Prohibido prohibir”, El País, 26 de julio de 2009).

Por lo visto, para entender la ruina de la enseñanza pública haríamos bien en llevar nuestras pesquisas hasta al lema “prohibido prohibir” que apareció escrito en una pared hace cuarenta años… con motivo de la revuelta parisina...

Bajo ese lema, nos dice Vargas Llosa, el principio de autoridad fue anulado en el ámbito de lo público, con desastrosas consecuencias sociales. Dicho principio sólo pudo conservarse en el campo de la enseñanza privada, la gran vencedora. Así pues, con aquello de “prohibido prohibir” no se sirvió a la causa de los pueblos, sino a la de los ricos. El juicio de Vargas Llosa cae sobre una generación entera, errada en sus medios, en sus fines y en sus efectos.

Si dejamos a un lado lo que este juicio tiene de moda, es inevitable que uno se sobresalte al ver reducido el principio de autoridad a la función de prohibir, así, sin más. No sé qué clase de autoridad desea ver restaurada Vargas Llosa, ni tampoco qué es lo que se aspira a prohibir, pero he de confesar que percibo un desagradable tufo antilustrado, un regusto a antiguo régimen e incluso a mero despotismo (a ordeno y mando, que por algo soy la autoridad).

Eso sí, el elegante análisis dialéctico de Vargas Llosa, lleva su parte de verdad en un punto, en el que se cuida de ahondar. Porque es cierto que, tras las revueltas estudiantiles de los sesenta –las hubo en todas partes, no sólo en París–, se inició, y no precisamente por parte de los jóvenes contestatarios, el escalonado y metódico ataque contra la enseñanza pública, hoy una caricatura de lo que fue.

Vistas las cosas desde la óptica del poder, nada peor que contar demasiados muchachos instruidos y despiertos: el saber y el conformismo no van de la mano, como acababa de demostrarse. En ello veo yo el verdadero motivo de la destrucción de la enseñanza pública y el paulatino robustecimiento de la enseñanza privada. Echarle la culpa a la “generación del 68” no pasa de ser un ejercicio de prestidigitación intelectual, cargante a decir verdad.

domingo, 19 de julio de 2009

LA SALUD, OBJETIVO GLOBAL

Allá por el año 1946, la Organización Mundial de la Salud, recién creada, definió la salud como el "el estado de completo bienestar físico y social y no solamente como la ausencia de enfermedad". Ya que estamos en una avanzada fase de "globalización", esta definición me parece irrenunciable, valiosísima, un auténtico faro en medio de la oscuridad.

Quienes no la aceptan, quienes la critican, quienes la tildan de "idealista" no pasan de ser unos cómplices de la antihumanidad militante que amenaza con arruinar nuestras vidas y el planeta. Tomada en serio es, desde luego, una definición exigente, y seguramente hoy se optaría por alguna fórmula rebajada, menos comprometedora, más fácil de manipular en términos estadísticos.

Yo he conocido esa salud, con ese completo bienestar, la he perdido y vuelto a recuperar... Aun no disponiendo de ella en estos momentos, me siento agradecido. ¡En los tiempos que corren es un privilegio haberla experimentado!

¿Acaso debemos tener como objetivo supremo que todo ser humano pueda disponer de una escudilla de arroz? ¡Un poco de ambición! Porque todos merecemos esa salud, para la cual estamos hechos –a menos que persistamos en preferir el viejo y maligno cuento del Valle de Lágrimas.

martes, 14 de julio de 2009

¿CONSEGUIRÁ OBAMA IMPEDIR LA CREACIÓN DE UN SISTEMA DUAL PLANETARIO?

Ojalá que sí. En los próximos tiempos, a no dudar, saldrán a la luz nuevos datos sobre las actividades oscuras de la era Bush-Cheney y se entrará en una fase decisiva.
Todo indica que hemos corrido el peligro de vernos atrapados en un sistema dual de alcance planetario, con gravísimo daño para todos (amigos y no amigos). Es mucho lo que nos jugamos, por lo tanto. Con cárceles negras, con una organización capaz de secuestrar ciudadanos con la complicidad de las autoridades, vuelos misteriosos, cámaras de tortura, mentiras e intromisiones en la intimidad de las personas, ¿adónde se supone que iríamos a parar?
¿Podrá Obama salir airoso de los tremendos desafíos que le saldrán al paso en este frente decisivo? Ojalá que sí, porque en este tipo de asuntos no suele haber segundas oportunidades.
Un sistema dual es aquel que tiene dos caras, una presentable, otra impresentable; una legal y otra ilegal, una limpia y otra sucia. Los sistema democráticos tienden, mal que nos pese, a cierta dualidad, pero más allá de un punto, no se sostienen.
El ejemplo mejor estudiado de sistema dual fue el Tercer Reich, con sus tribunales por un lado y sus campos de concentración por el otro. ¿Y cómo consiguió establecerse? Poco a poco, con bruscas novedades y períodos de aparente autocontención. Y por supuesto, con la complicidad de mucha gente, dispuesta a continuar como si tal cosa, como si aquello fuera de lo más normal y sólo los malos corrieran peligro.

jueves, 9 de julio de 2009

LOS DEL G8 ANTE NUEVE MILLONES DE NIÑOS MUERTOS


La benemérita organización Save the Children ha puesto sobre la mesa del G8 la situación de millones de niños condenados a una muerte prematura por motivos de salud indignos del siglo XXI. Con nuestros usos y costumbres, dejamos morir, todos los años, a más de nueve millones de niños.
No es la primera vez que que Save the Children reclama que se preste la debida atención al drama de la gente menuda. Sólo durante los tres días de la cumbre de L'Aquila (Italia) fallecerán 75.000 niños.
Si los dirigentes del G8 son capaces de salvar a banqueros y financieros en crisis, ¿por qué no van a ser capaces de hacer algo por la infancia sufriente? A fin de cuentas, sólo se les pide un milagro muy pequeño en comparación.
¿Acaso harán algo al respecto los máximos dirigentes del planeta? No lo creo, francamente, y eso que dejar morir y asesinar es lo mismo cuando se tienen las estadísticas a la vista.
Pero de algo estoy seguro: si no se hace nada por acabar de inmediato con el sufrimiento de los niños de este planeta, se puede dar por perdida la batalla contra el cambio climático y todas las demás batallas de las que depende la suerte de la humanidad. Tiempo al tiempo. Con almas de basalto a los mandos de la globalización, todos estamos perdidos, tan perdidos como esos niños.