miércoles, 13 de enero de 2010

SOBRE LA RETIRADA DE LOS SÍMBOLOS FRANQUISTAS


    Según la Ley de Memoria Histórica, se debe  proceder a la retirada de los símbolos franquistas, lo que causa un comprensible malestar a las personas que los tienen en un alto aprecio. Después de mucho darle vueltas al asunto, creo que esta Ley, acertada en parte, demasiado tímida en algún sentido,  falla en este punto, por llevar la lógica de la eliminación mucho más allá de lo estrictamente necesario.  Una sociedad abierta tiene que estar en paz con su pasado y respetar los símbolos de unos y de otros, y abstenerse de reescribir la historia a golpes de piqueta.
    Las  formidables estatuas de Largo Caballero e Indalecio Prieto “equilibraron” Nuevos Ministerios; la eliminación de la estatua  ecuestre de Franco causó el efecto contrario... Aparte de que el tiempo todo lo borra, lo más práctico, lo más saludable, lo más pedagógico, en lugar de picar los símbolos del contrario, es añadir los propios al paisaje urbano.

lunes, 11 de enero de 2010

EN DEFENSA DE LA SEÑORA ROBINSON


   La señora Robinson debe ser rehabilitada de inmediato, debe ser consolada. Necesita tiempo para madurar por sí misma las lecciones del caso. Salgo en su defensa a pesar de que ella, con su puritanismo extremoso, con su manía de juzgar y condenar al prójimo a la luz de un texto antiquísimo, me lo ha puesto lo que se dice difícil.  Pero la defiendo porque no me ofende en absoluto el hecho en sí: ¿Qué tiene de malo que una señora mayor y un muchacho se involucren en una relación sentimental, aunque no dure eternamente? ¿Juzgamos con la misma vara de medir a los sexagenarios y a las sexagenarias? ¿A santo de qué tanto titular, tanto escándalo, tanto rechinar de dientes, tanta angustia? ¿Todavía tenemos la jeta de burlarnos de los sentimientos ajenos, de ensuciarlos por principio? No deja de ser admirable la forma en que ciertas  personas retrógradas  acaban saltándose las reglas... 

jueves, 7 de enero de 2010

750 EUROS POR USAR BURKA…


      Tal es la multa que se proponen imponer en Francia a las usuarias de la polémica prenda. Ya veremos si la ley sale adelante o no, pero ya veremos también lo que queda de nuestro liberalismo por tan absurdo método de ganar terreno a quienes no piensan como nosotros. No es que a mí me guste el burka, pero estamos ante una cuestión de principios, de respeto por las creencias ajenas y de sentido pedagógico. A los partidarios de la ley anti-burka, con dárselas de progresistas les basta. Evidentemente, no piensan en las tribulaciones que causarán a sus usuarias, a las que, por anticipado, están negando la opción de guardar la prenda en el armario por propia voluntad, lo que nada tiene de progresista. Quienes pierden la compostura ante un minarete o ante un chador, o ante un burka, me causan preocupación, pues parecen no darse cuenta de que están dando clases prácticas de intolerancia. Los noto tan nerviosos como a los fundamentalistas del otro lado, lo que ya es decir. Va siendo obligación de todos releer, al menos, la "Carta sobre la tolerancia" (1689), de John Locke...
  

martes, 5 de enero de 2010

EL PODER ATONTA...

     Solemos atribuir a los poderosos capacidades extraordinarias, rigor analítico, sentido de la previsión, competencia técnica, control de los factores en juego, en una palabra, inteligencia. Sin embargo, haríamos bien en contar siempre, al estudiar cualquier fenómeno histórico,  con las chapuzas inherentes al ejercicio del poder. “El poder atonta”, dijo Nietzsche, y es la pura verdad.
   Después de habernos reído muchísimo de las chapuzas soviéticas, resultado de la concentración del poder,  deberíamos tener, al menos, la capacidad de prestar atención a las nuestras, por norma además. El exceso de poder, en cualquier ámbito, es inseparable de la arrogancia,  de la pérdida del sentido de las proporciones y, por descontado, de la capacidad de autocrítica.
    Me permito recomendar la lectura de El imperio de Hitler, de Mark Mazower. El mito de la “eficacia alemana” se ve definitivamente  puesto en su lugar, pues aquello fue, aparte de criminal, una completa chapuza.  Siempre, queridos amigos, hay que contar con el factor chapuza y no dar por supuesto jamás que quienes tienen la sartén por el mango saben lo que se hacen. Porque pueden haber perdido la razón y ser no sólo unos atolondrados sino también unos tipos muy peligrosos.

domingo, 3 de enero de 2010

BLASFEMAR, CON MULTA…

     Por  si el miedo al infierno no bastase,  en Irlanda van a multar a los blasfemos con 25.000 euros, lo que, se mire por donde se mire, representa un claro retroceso del sentido liberal de la convivencia y un nuevo deslizamiento por el camino que conduce a nuevas formas de absolutismo. Ser liberal de verdad consiste en cultivar la capacidad de aguantar la libertad de expresión del prójimo, ya deberíamos saberlo, por lo no me tomo el odioso trabajo de exigir que se multe a quienes no piensan como yo, a quienes me irritan, por ejemplo a quienes creen que la religiosidad humana se puede mantener a base de castigos.
      No es que a mi me parezca educado soltar blasfemias, pero a saber qué se acaba entendiendo aquí por blasfemia.  Al final, puede resultar que, sin decir ninguna cosa malsonante, uno acabe siendo acusado de la horrible falta. 
   Tengo la desagradable sensación de que el número de inquisidores y de fundamentalistas en general está yendo en aumento, pues hasta gentes hasta ayer mismo  ilustradas –caso Habermas–, no tienen ningún inconveniente en ver la "parte buena" de no sé qué “postlaicismo”,  antesala de un nuevo oscurantismo. Si no se para la deriva fatal con una masiva oposición (remitámonos a blasphemy.ie), la libertad de expresión se  expone a una sucesión de recortes, lo veo venir.Las grandes regresiones empiezan así.


domingo, 27 de diciembre de 2009

LA LLAMATIVA DESLOCALIZACIÓN DE MERCEDES…

  Como es sabido, el Tercer Mundo está creciendo dentro de las sociedades antes llamadas “opulentas”, donde, desde hace tiempo, las buenas gentes penan por el “privilegio de ser explotadas”, como ya denunció Himkelamert. La crisis en  curso no ha hecho sino agravar el fenómeno, que más pronto o más tarde pondrá en entredicho la legitimidad de todo el sistema político en el que algunos viven todavía muy confortablemente. Paul Krugman  ha dejado caer que en España, no siendo posible devaluar la moneda como antaño, no nos va a quedar más remedio que devaluar el trabajo, lo que,  desgraciadamente, añado yo, implica una devaluación de las personas que necesitan trabajar para comer. ¿Hasta qué punto hay que llegar? Eso no lo dijo, pero está bastante claro: Los trabajadores españoles deberíamos depreciarnos hasta equipararnos a los trabajadores chinos… Si tal cosa se impusiese en plan ricardiano, los señores inversores, raza estupenda, volverían a entusiasmarse con nosotros, tan mansos, tan puntuales, tan buenecitos, tan tirados. El mundo va lanzado por ese infame camino. Tomemos nota:  Mercedes Benz ha optado por traspasar parte de su producción a Estados Unidos, donde el crecimiento del Tercer Mundo ha creado inmensas bolsas de trabajadores a precio de saldo… La lógica de este sistema oligarco-coroporato-cleptocrático no perdona ni siquiera a los ciudadanos de la potencia hegemónica, un serio aviso para caminantes.

lunes, 21 de diciembre de 2009

LECTURAS RECOMENDADAS

Hace mucho, mucho tiempo que el poder se desbocó. De manera que no tiene nada de extraño que asistamos a grandiosas puestas en escena, destinadas a marear la perdiz. Lo de Copenhage se veía venir. Cada vez que parece que se va a entrar en razón, resulta que no.
El poder va a lo suyo, como siempre, burlando nuestras expectativas de la forma más burda. Hasta el punto de que uno llega a dudar de los fundamentos morales de nuestra civilización, ya metida en una galopada nihilista.
Para tener una idea aproximada de la clase de mundo en que nos ha tocado vivir, considero recomendable la lectura del valiente libro de Naomi Klein, La doctrina del shock, El auge del capitalismo del desastre (Paidós, 2007), donde se muestra a las claras el absoluto desprecio por el ser humano que se ha apoderado esta civilización arrogante. Se deduce que, como han sido tratados los rusos o los sudafricanos, seremos tratados todos, con la correspondiente mezcolanza de medidas coercitivas y chantajes. También parece recomendable leer con sumo detenimiento el libro de Niall Ferguson, La guerra del mundo (Debate, 2009), no sea que nos creamos demasiado buenos. Y añadiría también Democracias S.A - La democracia dirigida y el fantasma del totalitarismo invertido (Katz, 2008), de Sheldon Wolin. Avisados sí que estamos, ilustrados también. Ya están todas las cartas bien visibles, boca arriba…