Se trata
de una repetición, de un caso más a añadir a la lista de países damnificados.
Los gastos de la juerga, como viene siendo norma, acaban de ser cargados en la cuenta del desprevenido
contribuyente. Desplumar a las buenas gentes es lo que se lleva. El Estado
posmoderno no es más que un testaferro del poder organizado del dinero, y hace
estupendamente su trabajo. Si alguien cree que esta serie de latrocinios va a
terminar se equivoca de medio a
medio.
domingo, 28 de noviembre de 2010
IRLANDA Y LA REGLA FATAL
Después de haber sido puesta por las nubes la sapiencia de las
autoridades económicas irlandesas, todas ellas de la cofradía neoliberal, la maravillosa pirámide de Ponzi se derrumbó.
martes, 23 de noviembre de 2010
EL PODER ATONTA
El
poder no sólo corrompe; también atonta, como nos hizo notar Nietzsche. A lo
largo de los siglos, incontables sabios se han devanado los sesos para ponerle
límites al poder, no sólo por un
acendrado humanitarismo sino también, y sobre todo, para impedir que sus usufructuarios
acaben peor que sus víctimas.
Maquiavelo,
que de buenista no tenía un pelo, dedicó bastantes páginas a hacerle ver al
príncipe que no se va ninguna
parte sin una conciencia clara de los límites del poder. Por tremendo que éste
sea, siempre hay que acordarse de cuidarlo, de conservarlo, lo que no suele
entrar en el repertorio natural de los déspotas.
Viene
esto a cuento de que no acierto a entender cómo ha sido posible que los Estados
Unidos hayan dilapidado su poder blando y su dinero de forma tan vesánica. Es fácil suponer que se sigue algún tipo de plan de largo alcance, muy bien pensado… Pero no. A juzgar por la experiencia, es prácticamente seguro que no hay nada “bien pensado”.
Si esta impresión es acertada, el mundo y el presidente
Obama tienen que vérselas con una potencia perfectamente irracional, de la que
caben esperar tremendas convulsiones. Téngase en cuenta que lo que más irrita a sujetos que no están en sus cabales es que alguien o algo les lleve la
contraria. Lo más cómodo parece
seguirles la corriente, pero no se puede, a menos que uno quiera acabar con las
facultades mentales y morales a cero. La locura es contagiosa, y la locura del poder no digamos.
martes, 9 de noviembre de 2010
LOS BUENOS SOLDADOS
Así se titula un libro de necesaria lectura, escrito por David Finkel, publicado por Crítica, cuyo subítulo, muy preciso, reza así: muerte, miseria y decepción en la guerra de
Irak.
Finkel convivió en el frente, durante ocho meses, con los hombres del
Batallón 2-16, y el resultado ha sido este testimonio francamente estremecedor.
La sufriente humanidad de estos soldados, algunos de sólo diecisiete años,
metidos en una experiencia límite, se proyecta sobre la conciencia con la
fuerza de lo indeleble. Finkel ni siquiera se ve en la necesidad de condenar
esta guerra. Le basta con contarla desde la perspectiva de los soldados.
El
libro nos debe servir para recordarnos que al sufrimiento que se inflige al
pueblo iraquí es de rigor sumar el de los propios soldados norteamericanos. Al
menos, desde el punto de vista de quien se permita contemplar esta desventurada civilización desde una perspectiva humanista.
viernes, 15 de octubre de 2010
ESPERANZA AGUIRRE Y EL TEA PARTY
En
Los desayunos de TVE, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha mostrado una llamativa
simpatía por el Tea Party. En referencia a la señora Palin y sus seguidores, no
mostró el menor distanciamiento crítico. "Sólo piden menos impuestos,
menos intervención del Gobierno y más nación americana, no me parece mal".
Por
lo visto, no le parece turbador que el partido republicano derive hacia las
aguas de la señora Palin y hasta da por seguro que a la izquierda ese
movimiento le causa terror… Esperemos que no siga por allí, lo que sería una
irresponsabilidad por su parte.
Mal
asunto que nuestra presidenta se exprese en términos tan frívolos.
Contrariamente a lo que ella cree, el Tea Party le causa asco a la izquierda,
no terror. Y por lo que se refiere a los observadores sensatos, tanto de
izquierdas como de derechas, dicho movimiento es motivo de vergüenza ajena. Por allí anda el señor David Harmer, socio californiano de la Palin, conciliando el amor a la bandera con la iniciativa de abolir la enseñanza pública... ¡En la patria de Dewey! Estamos hablando de un movimiento retrógrado, que nada tiene de liberal, como acredita su devoción por el creacionismo.
Que en
Estados Unidos cunda el fundamentalismo
de la señora Palin y de sus muy paletos seguidores –tras los que se ve
la mano de gentes poderosas y avispadas decididas a manipular el invento–, no
es una buena noticia para los demócratas del mundo entero. Algo debe ir muy mal
en aquel país. Y la pregunta es: ¿a
qué viene en España la simpatía por una cosa así? ¿Ganas de estar en la onda? ¿Ganas de provocar? ¿O ganas de importar la enfermedad, algo que por lo visto tienta al señor Berlusconi?
Y
hay una cuestión de fondo a considerar: cuando la derecha se deja abducir por
movimientos emocionales y avasallantes de ese estilo, los sistemas políticos
mejor pensados acaban saltando por los aires.
lunes, 11 de octubre de 2010
¿CÓMO SALIMOS DE ÉSTA?
Así se
titula el libro de Nouriel Roubini y Stephen Mihm que acaba de publicar
Destino, a mi juicio de necesaria lectura. Roubini, como se recordará, saltó a
la fama por haber pronosticado esta crisis. El libro ofrece un diagnóstico
sobre la enfermedad que aflige a la economía planetaria, un diagnóstico
plausible, aunque incompleto, por falta de atención a los aspectos que no son
puramente económicos.
Como
Stiglitz en Caída libre, Roubini y Mihm
procuran ir más allá del diagnóstico, ya con una idea del tratamiento a seguir
en evitación de males mayores. A los tres se les nota un loable esfuerzo por no
caer en el pesimismo, pero la enfermedad seguirá su curso, pues nadie les hará
el menor caso.
A la luz
de estos libros, y de lo que podemos llamar experiencia histórica, cada vez
tengo más claro que, si hemos llegado hasta aquí, llegaremos a un sitio mucho
peor cualquier día de estos. Los intereses financieros han prevalecido,
prevalecen y prevalecerán sobre los intereses humanos y planetarios. Media un abismo entre lo que habría que
hacer y lo que se ha hecho. Y además, bien claro me queda que el problema no
tiene solución si uno se limita a un enfoque puramente económico.
Los
gobiernos, y no me refiero sólo al de España, actúan como meros criados del sistema de explotación, que se distingue por vivir completamente de espaldas a eso que antes se llamaba
bien común. Me refiero a un sistema depredador que tiene vida propia y que ya
ha demostrado fehacientemente lo poco que le importamos. Pensar que en él se
esconde la solución de nuestros males, pensar que es sensible a los consejos y
que es capaz de arrepentirse y de rectificar, sería propio de tarados, a juzgar
por cómo se ha comportado hasta la fecha.
Ya nos
hemos hartado de oír aquello de “¡es la economía, estúpidos!” ¡Hay que ver! Tanto genio, tanta materia
gris metida a pensar en términos económicos, tanta gente puesta a hacer sumas y
restas, para ir todos a caer en este lodazal… Al próximo que me venga con esa
máxima, le haré ver su grosería, su falta de educación, su falta de sano
juicio. No es la economía, amigo, lo principal, es el ser humano. Sólo si
obramos en consecuencia, saldremos de ésta. Pero parece que necesitamos que nos
desplumen para comprenderlo.
sábado, 9 de octubre de 2010
SOBRE LA REFORMA DE LAS PENSIONES
Ahora se lleva reformar el sistema de
pensiones. Antes bastaban diez años de cotización para acceder a una pensión; de ahí pasamos a quince, y ahora se
habla de exigir veinte. También se habla de aumentar la edad de jubilación.
Todos nos vemos invitados a estimar a ojo la situación futura, sobre la base de
que “así no se puede seguir”, ya con la idea fija de que las normas convenidas
apuntan a un colapso. La idea es que tú y yo seamos más previsores y sensatos que los beneficiarios de la gran juerga.
Llueve sobre mojado, pues se exige también una reforma laboral “en
condiciones”, supuesta panacea para la reactivación económica y para una
hipotética creación de empleo. Según nuestros dirigentes y sus asociados mediáticos, no hay más
remedio. Las medidas ya están encima de la mesa y, por lo visto, sólo nos
queda el derecho al pataleo, mientras nos vemos obligados a tomar conciencia de
nuestra precipitación en lo que antes se llamaba el Tercer Mundo.
Me
parece vergonzoso que nos vengan con estas “reformas” cuando nada
serio se ha hecho contra los causantes de la catástrofe económica global. Constato que a los gobiernos les resulta mucho más fácil
obligar a sus ciudadanos a apretarse el cinturón que meter en cintura a los tiburones de las finanzas. No sólo se inyecta
nuestro dinero para salvarlos (el que tenemos y el que supuestamente ganaremos) ; también se nos priva de derechos adquiridos tras
un prolongado esfuerzo colectivo, de varias generaciones, lo que ya es el
colmo. No he visto forma más loca
de poner en entredicho el contrato social, ni forma más demente de abusar de la
legitimidad democrática, ni manera más imperdonable de poner en peligro la
cohesión social.
viernes, 8 de octubre de 2010
EXPERIMENTOS INMORALES
Estados Unidos acaba de verse obligado de pedir perdón a Guatemala: ochocientos
guatemaltecos fueron utilizados como cobayas humanas para estudiar los efectos
de la penicilina sobre la sífilis y la blenorragia, allá por los años cuarenta…
Ya es una regla fatal que de estas cosas nadie se entere a tiempo.
Hemos llegado al colmo de sentirnos buenos. El doctor Mengele, ese sí que era
malo… Pero, ay, resulta que la desvalorización del ser humano es lo que tienen
en común tanto el comunismo, como el nazismo y el dolarismo. No hay otra explicación.
Mengele anda entre nosotros como Pedro por su casa. Nuestra
civilización está lo que se dice podrida. Sólo así se explica el trato
dispensado a los ochocientos guatemaltecos, nada sorprendente si tenemos en
cuenta que en centros universitarios de Nueva York, Illinois, California y
Tenessee se administraron, hasta bien entrados los años sesenta, inyecciones de
yodo radiactivo a pacientes desprevenidos, incluidas no pocas mujeres
embarazadas y niños subnormales... Sobre lo que está pasando en estos momentos nada sabemos y es inútil hacer preguntas, lo que no es lo que se dice tranquilizador.
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